martes, 23 de mayo de 2023

 Política y cultura…

Por Rodrigo Sänchez SOsa

En Sayula, de este ayuntamiento y su titular, no podemos más que decir que tienen poca mollera para la cultura, no fueron educados, estos muchachos, en este rubro del quehacer humano.  A su titular lo hemos visto en estos últimos años, lo mismo cantado voz en cuello en un concierto de Gloria Trevi, como luciendo  a la última moda en sus mallas-pantalones (uniforme grotesco de esta administración desde su inició en 2018), hasta disfrazado del hombre araña de Marvel; y no es populismo, es la manifestación de la pobre cultura de esta gente. 


Uno perfectamente puede vivir prescindiendo de la cultura o de la ética, sin ningún problema, como diría el filósofo español Fernando Sabater a su hijo adolecente a quien le explica que, sin ello se vive mal pero se vive. Pasa que la cultura, un término ciertamente polémico pero que no atenderemos ahora para no desviarnos, no es de vital importancia para los intereses inmediatos de un individuo, de ahí lo que dice Sabater; pero, si de ahí se traslada a los intereses colectivos, se vuelve sumamente serio el asunto; tanto que, de ello puede depender  la sobrevivencia de una civilización, de una nación o de un pueblo. 

La cultura es la manifestación de refinamiento humano de una civilización, la cultura nos humaniza, es el patrimonio de nuestra especie, sin ella, nos reduciríamos a instintos, como los animales. Afortunadamente para no deshumanizarnos totalmente como los criminales o los locos, existen grados de cultura. Hay, por supuesto, un mínimo de cultura en las personas que les permite vivir en comunidad, antes de volverse salvajes criminales anti sociales que fragmentan el interés común en mezquinos cotos de poder que capitalizan en beneficio faccioso el interés de todos atentando contra los de su mismo grupo social llámese país, estado, municipio o civilización. 

En un sistema global que desde hace 300 años ha venido poniendo el acento en el dinero como fin y al individuo como eje de un sistema político social, no volverse ANIMAL dominado por los instintos más bajos, es cada vez más difícil cuando el sistema se ha vuelto más eficiente para destruir la civilización. Lo único que se opone a esta forma autodestructiva de lo humano, es, muy claro, la cultura. No puede ser de otra forma. Mire usted, ser un criminal egoísta y hasta asesino, puede generar placeres inmediatos que a nadie le resultarían no apetecibles, pero el engaño de esto resulta evidente cuando el malestar, por más placer que nos generemos, está en un vacio interno, en ese remordimiento que en estos casos alguien experimenta e intentará callar con más placeres, lo cual trágicamente, no vuelve a este sistema hedonista, sino psicópata. La única forma de vivir en un sistema así, cada vez más animalizado es, siendo un psicópata: no experimentando empatía ni remordimiento por nuestra responsabilidad en el mal que provocamos en otros, embriagándonos de toda la comodidad y placer que nos produce un egoísmo bizarro que nos hace exitosos en un sistema bizarro. Resulta curioso saber, como ya aquí lo he mencionado, que el 1% de la población mundial según la ciencia médica, ha nacido con esta condición genética de la psicopatía; y resulta que, el 1% de la población mundial acapara los recursos del planeta: son los inmensamente ricos y poderosos, magnates financiaros y de la producción, políticos y militares que dirigen los grandes ejércitos del mundo y la industria armamentista. ¡Vivimos en un mundo diseñado por psicópatas! Estamos a merced de ellos de Sayula a Beijing, China ¿Qué es lo único que no pueden controlar totalmente los psicópatas en el poder? La cultura, la pueden minimizar, boicotear, perseguir censurar, pero, no desaparecerla; así es señores, la cultura no es un elemento de ornato como el florero en la mesa de su comedor, la cultura es el elemento que nos humaniza  y por lo tanto resiste la desaparición de lo humano en la civilización. La verdadera cultura resiste al poder no porque sea panfletaria o en si una ideología, no, la cultura es lo humano; no solo es, crea el ser, pero tampoco nos detendremos aquí, pues es un razonamiento más avanzado, que a la media de lectores solo confundiría, bástenos decir aquí, que la VERDADERA cultura y sus manifestaciones, es una resistencia a nuestra propia extinción y por lo tanto a nuestra estupidez ¿Entonces hay falsa cultura? ¡Por supuesto! Está usted rodeada de ella, todo lo que produce insatisfacción, dolor existencial, vacio, frustración y nos hace sentir deseosos de consumir cosas que no necesitamos es una imitación sistémica de la cultura como producto colectivo de una civilización. El mercado imita la cultura, crea necesidades existenciales falsas y todo lo reduce al hedonismo y la comodidad de una neurosis narcisista psicópata, solo que como el 99% de los humanos no somos psicópatas nos produce un dolor interno insufrible y la existencia se convierte en un infierno,  Arthur Schopenhauer, filosofo alemán, lo decía a finales del siglo ante pasado cuando el sistema era más joven pero igual de criminal: Lo único que alivia el dolor de la existencia humana es la preocupación por los semejantes y el arte ¿Más claro?...

Esta semana terminó el Festival Rulfiano de las Artes, en Sayula; en la asistencia a los eventos podemos medir nuestra resistencia local a la psicopatía sistémica generalizada…pobre. Pero no solo en la asistencia al festival, sino en la oferta que depende de la inversión en el proyecto, que su vez depende en gran manera del mecenato corporativo local ¿Por qué lo digo así? No solo porque lo financian mayoritariamente las empresas del municipio, sino porque entra en la idea de estas de su imagen y publicidad (como saben poco del asunto no verifican la calidad que dan tres pesos de inversión…) que les hace lógica en este menester pasado de moda de financiar la cultura, en su visión miope de ganancia, ganar-ganar, no le ven otro beneficio. Lo de la magra asistencia de público, lo dejaremos así, el común de la gente no se interesa en lo que siente ajeno y le es desconocido, el público para la cultura se crea y no se improvisa ni la expectativa ni lo que la va satisfacer, cada año en dos días. 

Pero sigamos con el mecenas. Déjeme contarle una historia de hace  dos mil años: El general romano Marco Claudio Marcelo, conquistaba por ese entonces las islas mediterráneas de la región ática, Grecia. El prestigio de esta extraordinaria cultura griega con sus sabios, filósofos y científicos, aún a los  belicosos e imperialistas romanos los deslumbraba. Los altos jerarcas romanos, cultos entre los bárbaros y la barbarie, reconocían con admiración y respeto a Grecia y su cultura. El general citado entró a Siracusa en Corinto allá por el año 70 ac, prohibió a sus soldados que se prestaron a saquear la ciudad (costumbre bárbara que el general aun siéndolo no podía controlar), no atentar contra la vida ni las posesiones del sabio matemático griego Arquímedes que allí vivía. La orden de Marco Claudio Marcelo, no fue obedecida y un soldado de rango inferior asesino al pensador griego más importante del mundo occidental en su tiempo, su casa fue saqueada y el general solo pudo recuperar para sí tres maquinas construidas por el genio matemático que él mismo admiraba pero no pudo proteger del mismo sistema que él representaba y dirigía, el ejercito romano. Tal acción produjo un retraso tecnológico en la civilización occidental de más de mil años, mientras que el soldado que mató a Arquímedes, tuvo como beneficio personal una porción de las modestas posesiones del matemático griego que debió haberse gastado en prostitutas y vino. 

El antagonismo barbarie civilización, es más que claro. La inmediatez de los intereses individuales no tiene visión para el beneficio común y a largo plazo del pensamiento; la impronta de otro antagonismo: perdida-ganancia en el interés particular impone la estupidez de sacrificar lo realmente importante para la civilización en beneficio de los intereses de un individuo o un gripo de individuos generalmente ignorantes o consumidos por la ambición. En nuestro municipio la cultura, el arte y la ciencia no son protegidos, valorados ni apoyados, de tal suerte que la oferta y la demanda de estos es pobre. Y por otro lado se confunden al mismo tiempo que se ponderan y se valoran manifestaciones mediocres, porque lógicamente al no haber ni oferta ni demanda, los criterios para distinguir lo valioso en ello, tampoco existen. Una sola razón para esto: pese a las fortunas locales que se amasan gracias a la tierra, el agua y la gente de Sayula (y migrantes del sur del país), ni un mínimo porcentaje de ellas se invierte en cultura, ciencia o educación, el excedente se gasta en satisfacer los instintos, el hedonismo y el banal ego de un individuo o un grupo de individuos que como el soldado romano que mató a Arquímedes hace dos mil años, son intrascendentes para la cultura y la civilización, pero  a su vez catalizadores del caos, bárbaros con poder producto del azar que determinan la historia de una comunidad en base a sus instintos, entes impúdicos por su ignorancia. 

PD

Y no, no asistí al festival porque los eventos que me interesaban chocaban con mi agenda de sobrevivencia; que en realidad fueron pocos. Pero como el 99% de las personas, primero comer que ser cristiano. Ni modo, tiempo de criminales. 


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