martes, 3 de octubre de 2023

                  El  02 de octubre no se olvida

Por Arturo Fernández Ramírez

Por encima de toda ideología, la masacre del 02 de octubre de 1968, en la ciudad de México, fue, es y seguirá siendo, un hecho reprobable que manchó para siempre al gobierno de ese entonces. Pero al mismo tiempo, sentó las bases del cambio de nuestro sistema político, que, hoy, a 55 años, aunque muestra avances democráticos, todavía está en vías de desarrollo. Es importante que, como mexicanos, recordemos nuestra historia, en particular, los acontecimientos que han sido decisivos en el derrotero del País. Y que, costaron la sangre y vida, de quienes encabezaron esos movimientos sociales. Que, la memoria histórica, nos ayude a condenar la violencia en todas sus formas y fuentes, para evitar que se repitan acciones represivas.


        Como parte de la historia que nunca pudieron ni podrán borrar, el 2 de octubre de 1968, tuvo lugar en la Ciudad de México, una terrible matanza en Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas. Perpetrada materialmente a través de la "Operación Galeana", por el Ejército Mexicano y el grupo paramilitar Batallón Olimpia. Pero, formalmente, fue fraguada y orquestada desde la cúpula del poder político de ese momento.

        En teoría, la presencia de las fuerzas armadas tenía como única finalidad vigilar la seguridad, ante el temor de cualquier disputa o riña por las protestas de los miembros del Consejo Nacional de Huelga (CNH). Creado por estudiantes de la UNAM, IPN, Colegio de México, Escuela de Agricultura de Chapingo, Universidad Iberoamericana, Universidad La Salle (México), Escuela Normal de Maestros, Escuela Nacional de Antropología e Historia, y otras universidades del interior de la república. La realidad es que todo estaba planeado para reprimir sangrientamente ese gran movimiento social que iba creciendo. Y día con día recibía más respaldos de profesores, obreros, amas de casa, sindicatos e intelectuales. Tanto de la capital, como del resto del país, poniendo en jaque al gobierno autoritario que estaba en turno.

        La decisión de reprimirlos por las armas en lugar de confrontarlos con ideas, opacó la política oficial de promoción internacional de nuestro país. Que, por primera vez en la historia, una ciudad latinoamericana sería la encargada de organizar el acontecimiento deportivo más importante del mundo, los Juegos Olímpicos. Ahora, a nivel mundial, esa época es recordada como la matanza de Tlatelolco, del 2 de octubre de 1968. Sin que nadie o muy pocos, relacionen ese año con esa competencia de atletas que se dieron cita en México.

     Se desconoce el número de muertos, la versión oficial minimiza la cantidad, mientras que fuentes no oficiales hablan de miles. Lo cierto es que fue una masacre, un hecho reprobable e injustificable que manchó de sangre y muerte a los responsables. Con la frase "¡2 de octubre no se olvida!" mantenemos viva la memora histórica del movimiento estudiantil de 1968, evitando la amnesia colectiva. Y aunque sabemos que ningún homenaje será suficiente para devolver la vida a quienes la perdieron, sí fija nuestra postura de condenar la violencia en todas sus formas y fuentes. Para evitar que se repitan acciones represivas.



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