martes, 21 de noviembre de 2023

 Las danzas autóctonas en las Fiestas Guadalupanas

Por Arturo Fernández Ramírez


24 grupos de danzas autóctonas, son las que se están preparando en Sayula, Jalisco. Para participar en los próximos festejos religiosos en honor a la Virgen de Guadalupe, que culminarán el 12 de diciembre de 2023. Como fiesta principal de nuestro municipio, en la que también se hacen presentes habitantes de la región. Aunado a la fe Católica, esta tradición se ha convertido en parte de nuestra historia y cultura, que bien vale la pena conservar y acrecentar. Además de reconocer el esfuerzo y sacrificio de las y los danzantes que le dan vida y esencia.

    Las llamadas danzas autóctonas que participan en los eventos religiosos, representan en sí mismas un universo de simbolismos, trasmitidos por la tradición hasta nuestros días. Es importante hacer un análisis para comprender el espíritu que mantiene vivo este legado milenario. Donde se ha logrado una perfecta comunión entre la deidad y la identidad del pueblo.

       En el caso concreto de Sayula, hablar de la celebración a la Virgen de Guadalupe, es pensar en estos bailes. Considerados, si no el único, pero sí uno de los principales componentes. De hecho, de las 24 danzas que participarán este año, únicamente dos o tres se organizan en torno a diversas fiestas religiosas. El resto, es decir, la inmensa mayoría, se preparan de manera exclusiva para el Santuario.

      Y aunque otras festividades han pretendido incluir a estos grupos de baile, la realidad es que hasta el momento la mayor efervescencia se sigue dando el 12 de diciembre. Tan es así, que, pasando este día, prácticamente todos los equipos quedan con pocos danzantes y les resulta casi imposible hacer presentaciones durante el año.

     Desde el mes de octubre, las y los organizadores convocan a sus danzantes para iniciar ensayos. Con el fin de aprender, mejorar, dominar los pasos y lograr una adecuada sincronización. Pero, sobre todo, adquirir la condición física suficiente con la que podrán resistir la ardua e intensa jornada que les espera. Acordémonos que muchas familias en sus domicilios hacen novenarios a la Virgen y piden una danza. Por lo que desde el 11 de diciembre empiezan con el baile, que se prolonga por casi toda la noche y madrugada. Hasta culminar el 12 con la función del medio día y la peregrinación por la tarde.

     Si bien es cierto, que el motor de las danzas autóctonas es la fe y devoción a la Virgen de Guadalupe, la realidad es que hoy en día esta tradición se ha convertido en parte de nuestra historia y cultura. Con el paso de los siglos, ha evolucionado su práctica sin perder su esencia. Por eso, tenemos danzas sonajeras, huaracheras, prehispánicas, entre otros tipos que seguramente hay.

     Como lo dije con antelación, todas representan un universo de simbolismos, que han logrado una perfecta comunión entre la deidad y la identidad del pueblo. Mantengamos viva esta tradición, promoviéndola e inculcándola desde la niñez.


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