miércoles, 13 de marzo de 2024

 


                  El Día Internacional de la Mujer

Por Arturo Fernández Ramírez

Simboliza la batalla por la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres, hasta poner fin a todo tipo de violencia y discriminación en su contra. Cambiando las costumbres y tradiciones que histórica, estructural y equivocadamente, las colocaron en un plano inferior frente a los hombres. Debiendo entender que, como seres humanos, merecen respeto y dignidad sin menoscabo ni regateo. Si bien ha habido avances en el ámbito jurídico nacional e internacional con instrumentos e instituciones de defensa. Al grado de que, salvo algo extraordinario, este año la Presidencia de la República será ganada por el sexo femenino. Las denuncias penales que se continúan presentando, pero más los casos que por ignorancia, desconfianza o miedo, ni siquiera se hacen del conocimiento de las autoridades. Demuestran de manera irrefutable que hace falta bastante por hacer. Y esto, es una tarea en la que estamos obligados a participar si queremos vivir en una sociedad mejor.


     Dicen que el 8 de marzo no es un día para felicitar a las mujeres, sino para conmemorar la lucha por sus derechos y ser empáticos con ellas, por las situaciones que enfrentan en razón de su género. Manifestándose con el fin de visibilizar las violencias que sufren. Pero, considero que sí deben ser felicitadas por esa lucha, por las conquistas que han logrado y principalmente, por la resistencia que han tenido. Muchas felicidades a todas.

     Sabemos que histórica y estructuralmente el sexo femenino ha tenido un trato diferenciado injustificado, discriminación sistemática y marginación. Dando como resultado la existencia de barreras o dificultades sociales, culturales y económicas, que las colocan en desventaja frente al hombre. De ahí la justificación de considerarlas como un grupo vulnerable que, para alcanzar la igualdad y equidad, el Estado tiene que intervenir. Dándoles un trato preferencial a través de figuras jurídicas y acciones, que combatan esa disparidad o asimetría de poder.

      En el ámbito nacional e internacional se han logrado avances importantes, particularmente con el reconocimiento de los derechos humanos. Con recomendaciones a los Estados para que hagan mayor uso de medidas especiales de carácter temporal. Dando un trato preferencial a la mujer para que sea posible su integración de manera real y material, en la educación, economía, política, empleo y en general, en todos los ámbitos sociales. 

     Si bien hoy en día existe una mayor participación activa del sexo femenino en los diversos ámbitos, social, económico y político. Tan es así que, su participación en posiciones de toma de decisión en la Administración Pública Federal pasó del 49% en 2019; al 51% en 2023. Y lo más relevante, con seguridad y salvo que algo extraordinario suceda, la máxima magistratura de México, será ocupada el próximo sexenio, por una mujer. Lo que sentará un gran precedente de empoderamiento.

      Con todo y lo anterior, debemos aceptar que todavía falta mucho por hacer en contra de la violencia y discriminación de género. Las denuncias por maltrato, feminicidios y otros hechos, así lo demuestran. Pero más los casos que por ignorancia, desconfianza o miedo, ni siquiera se hacen del conocimiento de las autoridades. A todas y todos nos conviene vivir en una sociedad justa e igualitaria. Sigamos firmes en esta lucha hasta lograr el pleno reconocimiento y respeto de sus derechos. Reitero mi felicitación por su resistencia.


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