EDITORIAL: Colonizar desde Colón
La palabra colonizar tiene dos acepciones; una que es desde la época de los romanos cuando llegaban a tierras de campesinos (colonias) y mediante la guerra los sometían obligándolos a trabajar y pagar tributo en beneficio de los invasores. Otra nacida en el año de 1492 con la llegada de Colón a América y desde ahí se deriva "colonizar", es decir el apellido Colón pasó a ser un verbo regular y conjugable y consiste en una forma de dominar la vida de otros en todas las formas desde cómo trabajar, construir, religión, organización social, construcción mental, lenguaje, costumbres, estratos sociales y economía.
Pero si revisamos un poco desde el peruano Aníbal Quijano quien describe la organización del poder desde una estructura colonial, el "modo de categorizar" en América no fue la clase social sino la raza. Desde la época virreinal aparece el zambuco, indígena, mestizo, blanco, criollos, peninsulares y negros.
Porque muchos pseudointelectuales apuntan que la colonización es la acción de formar colonias y que, cuando México vivió la época colonial, es porque se creó una colonia aquí en esta tierra bendita, desde el punto muy europeo occidentalizado.
Todo giraba en torno a la religión y de tal manera, que se llegó a decir que los indígenas no estaban bautizados y por lo tanto no tenían alma. Lo hacían para categorizar a las personas, determinar cuál tenía más rango que otra: una verdadera aberración humana.
Volviendo a nuestra época. Los enormes poderes fácticos como los criminales organizados que actúan de manera semejante a una colonización, penetran las estructuras sociales, se apoderan de bastiones de gobierno y ponen a éste a su servicio, cambian la cultura de la paz y los valores familiares por la violencia y la superposición por medio de la agresividad, fincan su estatus en el terror, invaden la música y la usan como medio de propaganda haciendo héroes a los asesinos, exprimen a la población con cuotas indebidas
(¿Qué beneficio le traen al pueblo con las cuotas extraordinarias que cobran a ciudadanos, comerciantes, industriales y empresarios? Sólo el aumento a sus ingresos particulares). La cultura de exhibir armas en medios sociales hace creer que lleva al nivel de titanes a los presumidos; la revictimización que se hace de los que padecen algún atropello pasa a ser parte del proceso, el invisibilizar víctimas en complicidad de algunos gobiernos, prensa y medios ya es una norma.
Todas las acciones llevadas a cabo por estas organizaciones han cambiado el pensamiento en valores y cultura de México, muchos niños ya no quieren ser como el papá o bombero o policía, médico o ingeniero, un investigador científico, maestro o un astrónomo que mire y se sorprenda con la inmensidad del universo.
Se han desvanecido la imaginación, la ilusión, la fantasía, han pasado a otro lugar los héroes del deporte, los cívicos, patriotas, humanistas, estudiosos y científicos.
Como ha sucedido a lo largo de la historia de los pueblos: la pesada carga es el resultado de soportar una cultura impuesta en base a la fuerza de la potencia por las armas y el sometimiento.
El camino de retorno es muy largo e implica un gran esfuerzo y consciencia tanto de sociedad como del estado; volver al lenguaje de persona digna y con respeto, a la familia de principios y de valores, a una sociedad de buena convivencia, de ayuda al vecino, al enfermo, al necesitado.
Aplaudo a la Presidenta Sheinbaum por aceptar semejante responsabilidad y además estarlo haciendo bien.
No olvidemos botar a los malos jueces y si votar a los buenos este 1 de Junio.
Moises Zepeda Gomez./ Para Horizontes

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