miércoles, 17 de septiembre de 2025

 EDITORIAL: La domesticación...

Un cuento de superación personal nos permite una reflexión obligándonos a aceptar que somos humanos de costumbres; la fábula dice así: (Cuando había animales en los circos) Los elefantes pequeños los atan con gruesas cadenas y a unas estacas metálicas de hasta 1.5 metros, porque el animal es inquieto y jala fuerte el ancla y la ligadura, pero inútilmente lo hace o pocas veces logra liberarse, pero cuando crece y se hace viejo se acostumbra a estar atado y ya no es necesario poner tanta exigencia; varan un palo de escoba en el piso y amarran la pata del elefante adulto con una cuerda de tendedero; el animal no hace el esfuerzo por irse, ya vive de esa manera a pesar de tener una fuerza y tonelaje muy superior que cuando era pequeño.

 


En la fotografía, el pequeño orejón jalando la cadena y el adulto resignado a la cautividad, aunque no esté atado.

Igual nos sucede a los humanos. Si somos pobres, descendientes de pobres, ¿por qué en el momento de elegir votamos por los que nos oprimen? ¿Qué provoca esa inconsciencia? ¿serán los medios de comunicación mediante la manipulación? Los dedicados a ese negocio, se basan en estudios donde observan a las personas, y no necesitan hacer encuestas ni andar casa por casa, obtienen la información de las redes sociales ahí se reflejan las ansiedades de la gente; así se sabe  cuál es la manera de pensar, los gustos, las necesidades y los sueños; ejemplo: un sector de población donde se publican individuos cenando en lugares lujosos, o tomándose fotografías frente a vehículos de lujo ¿qué nos indica? El sueño de ser adinerado ¿los políticos qué ofrecerán a ese ser? Sólo una promesa psicológica que si escoge al político fifí tendrá la posibilidad de cumplir su deseo (sin que nadie se lo prometa).

         Existen otros elementos que hacen al pobre creer lo que le dicen los oligarcas; veamos otro claro ejemplo: el señor senador Alejandro Moreno Cárdenas alias "Alito" está montado en una campaña de defensa de la democracia, cuando la realidad es que tiene cinco órdenes de aprehensión porque es un pillo de siete suelas como apropiarse de más de 300 hectáreas a 30 centavos el metro cuadrado en lugares que vale $2000 la unidad ¿es defensa de la libertad de pensamiento?; luego, de risa las declaraciones del señor Anaya y su buena perorata en la que defiende la república y sus materias primas, cuando siendo diputado del PAN votó por el endeudamiento exagerado de Pemex procurando su desaparición para luego hacer negocios con los sistemas verdes. Se visten y se victimizan, para ganar el favor del pueblo. Fingen una moralidad que no tienen, pero al populacho le atrae la gente que parece ser muy moralista y aparentan ser autosuficientes como caudillos.

      Son hábiles en las fórmulas económicas traídas de Harvard o Yale, pero ¿de qué le sirven al campesino u obrero? De nada, en cambio para los dedicados a la vulgaridad ambiciosa si tienen un beneficio ya que aparentan resolver enredados problemas de alcance internacional, cuando todo se soluciona con aritmética simple, sumas lo que obtienes, restas lo que pagas y divides lo que sobra. Generalmente aplican esas fórmulas complicadas para repartir como si fuese un botín en el juego de la pirinola: "todos ponen y nosotros toma todo".

El problema de las personas que no aceptan a los políticos es cuando debe escoger a un representante; votan por el más vanidoso, prepotente y con más títulos que cerebro.

Resumido en un verso de Facundo Cabral: "¿quién fue el que le dio sombrero al que no tiene cabeza?" la respuesta: los que les llenan la cabeza con ilusiones y falsa moralidad.

Moises Zepeda Gomez/ Para Horizontes


No hay comentarios:

Publicar un comentario