Semanario Horizontes

Y vuelve la burra al trigo

Por Rodrigo Carrión Grajeda

Después de que los 6 competidores han dejado atrás el nerviosismo que provoca este tipo de competencias y se encuentran mas relajados recorriendo incansablemente lo largo de la pista mostrando a los presentes sus mejores cualidades, el publico ya empieza a distinguir claramente los atributos, capacidades y defectos que caracterizan a cada competidor en lo individual, rechazando a algunos o anotándose muchos de ellos con otros como sus fieles seguidores seguros del anhelado triunfo.
Dado los acontecimientos las cosas empiezan a calentarse en la carrera del pueblo cuando nos encontramos precisamente a la mitad del camino. En la tribuna el público alebrestado empieza a hacer sus apuestas sin tomar ninguna precaución arriesgando hasta su pobre bienestar si su caballo les falla en los últimos momentos. Todo porque su favorito de repente alcanza la punta del contingente sintiéndose el mejor al llevar la delantera durante algunos minutos.
Todos los competidores sin excepción, prometen mejores resultados que el anterior ganador dado que las condiciones se prestan para ello. Mas sin embargo, los espectadores en general ya no se chupan el dedo apostándole a un solo caballo como en anteriores carreras donde al final fueron defraudados descaradamente. Prefieren ser mas analistas apoyando la mejor opción según demuestre sus cualidades.
Sin pretender inclinarme hacia un lado de la balanza, solo como una observación personal, sigo insistiendo que la única yegua participante cada metro que recorre lo aprovecha muy bien y se mira mas fortalecida con fuertes probabilidades de dejar a sus contrincantes con un palmo de narices de un momento a otro si no cambian de estrategia como la potranca lo esta haciendo comprometiéndose a dejar su lugar a otro mas capas si no dar las medidas correspondientes.
El potrillo respondón que no recula ni para agarrar vuelo, haciendo alarde de su juventud tiene la calma de detenerse cuantas veces quiere dentro de la carrera coqueteando con el publico presente como diciendo yo soy el bueno. Lastima que una de sus patas principales le esta causando problemas y no se ha dado cuenta o no quiere reconocerlo.
El que de plano continúa rezagado es el caballo de la cuadra municipal según comentarios de los asistentes a la carrera. Y todo por detenerse unos segundos a juntar unas botellas y bolsas de plástico durante el recorrido, estrategia fallida que en otros tiempos diera buenos resultados. El potro galante como algunas personas lo han bautizado continúa fresco en la contienda sin perder el piso confiado en su carrera con fines de tomar la delantera en cualquier momento.
En fin dentro de competencias de este tipo y otras mas complicadas siempre tiene que haber de todo como en botica. Esperemos pues que al final de la contienda resulte ganador la mejor opción y que los demás no salgan del todo raspados ni molestos al haber desaprovechado esta gran oportunidad de representar a todo un pueblo como el nuestro durante tres largos años.