jueves, 2 de diciembre de 2010


Y vuelve la burra al trigo

Por Rodrigo Carrión Grajeda

Se dice que el que no tranza, no avanza

Por lo regular en nuestro país la mayoría de personas que trabajan en alguna dependencia o institución de gobierno tienen la falsa creencia de que si no se tranza, no se avanza. Lo mismo piensa un dueños de un taller mecánico, como los comerciantes deshonestos quienes engañan descaradamente a sus clientes siempre que tienen la oportunidad sin pensar tantito que con su indebida actitud ellos mismos están siendo parte del deterioro económico nacional que hoy nos tiene al punto del colapso económico para todos los que en este país vivimos. De momento quizás el bienestar o aquel favor deshonesto que lograron de una manera fraudulenta les puede redituar algunas satisfacciones, pero a la larga los perjuicios que ellos mismos provocan con sus semejantes los arrastrara al parejo como en la actualidad lo estamos mirando en esta crisis económica por la que estamos atravesando. Si usted se fija estimado lector en nuestro pequeño municipio de escasas 35 o 40 mil personas que lo componemos se dan situaciones mil como las anteriores comentadas. Por ejemplo, quien puede desmentirme lo que pasa continuamente en un jardín de niños, primaria, secundarias u escuelas de medio superior donde para desgracia de los padre de familia se implementaron años atrás las dichosas cuotas "voluntarias" provocando con ello un mal, en vez de un bien, con la avaricia que despertaron en las personas que dirijen dichas escuelas. Algunos aparte de las famosas cooperativas manejan otro tipo de "negocitos" como son parcelas productivas los cuales les reditúan muy buenos dividendos, dinero que no se nota por ningún lado de la escuela. Aun así, no dejan de seguir exprimiendo a los padres de familia quienes son los que pagan los platos rotos cuando realizan algunas mejoras en las escuelas, quienes por no meterse en problemas o vean mal a sus hijos la mayoría de ellos se queda callado. Cuando algún valiente padre o madre de familia osa enfrentar a quien hace mal uso de su dinero inmediatamente los tildan de revoltosos y malos elementos amenazándolos con expulsar a sus hijos de la institución. De antemano sabemos que cualquier escuela de preescolar o cualquier otra requieren de mantenimiento y ampliaciones según la cantidad de alumnos que cada año incrementa las aulas, pero para ello esta el gobierno federal, Estatal y municipal el cual recibe puntualmente nuestros impuestos garantizando con ello la educación de nuestros hijos gratuitamente tal como reza claramente nuestra Constitución. Quizás con este comentario pudiera estar calumniando involuntariamente (que lo dudo) a personas honestas quienes tengan a su cargo algún centro del saber en nuestro querido Sayula, pero por si las dudas, déjeme decirles una frase que por ahí escuche la cual me parece ni mandada hacer para casos como el que hoy nos ocupa. Lo dado, lo hallado y lo robado, nunca ha dado buen resultado. Por lo tanto, pensemos un poquito en esto cuando vayamos a echarnos unos pesos a la bolsa que no son de nosotros. Pues de la nada lo vera convertido en caca. 

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