jueves, 23 de diciembre de 2010


Y vuelve la burra al trigo

Por Rodrigo Carrión Grajeda

Aquí Usmajac

Aprovechando estas fechas tan importante donde celebramos el nacimiento del hombre más grande del mundo, aprovecho el espacio de este medio con el fin de hacer una reflexión hacia mis semejantes principalmente a quienes nos rodean. En primer lugar les recuerdo que el noble propósito de Jesucristo hijo de Dios padre fue que viviéramos como una sola familia donde prevaleciera el respeto y el amor, nunca la discriminación o el odio. Pues cuando alguno de los dos primeros elementos falta, inmediatamente el odio y el rencor los suplen, provocando entre los hombres grandes males difíciles de erradicar. Pero al parecer fue en vano todo el sacrificio que Jesús padeció durante su ministerio el cual culminó con una cruel crucifixión en el madero a manos de soldados romanos que gobernaban toda Judea. Pues los tiempos que estamos viviendo nos hablan claramente que después de 2000 años sus nobles enseñanzas de amor y de justicia no dieron los frutos que se esperaba. Pretextos como siempre acostumbramos, podemos poner también por miles, pero ninguno justifica que no cumplamos a cabalidad el propósito de nuestro hermano Jesús. Imagínese estimado lector la desilusión y tristeza que estará padeciendo ahorita mismo al mirar nomas en nuestro país toda la maldad desatada entre criminales que por obtener dinero fácil cometen horrendos actos de barbarie entre sus propios semejantes asesinando sin piedad también gente inocente que nada tienen que ver en sus asuntos como el reciente caso en la vecina Tecalitlan. Qué me dicen de las personas que trafican con seres humanos en pleno siglo XX1 arrojándolas si son mujeres a la prostitución forzada. O de quienes por dinero secuestran y asesinan a sus víctimas dejando un gran dolor a sus familiares como el caso de la señora que por sus propios medios capturó a los asesinos de su hijo. A diario escuchamos por diferentes medios principalmente la TV de personas ejecutadas de diferentes formas, desde decapitadas, hasta descuartizadas completamente cual lo hubiera hecho un animal salvaje sin corazón ni alma como se supone la tenemos los seres humanos. Es tanta la maldad desatada últimamente que ya se nos está siendo normal saber de este tipo de crímenes pues a lo más que llegamos es a medio lamentarlo o de plano no decimos nada.Satanás al parecer está ganando la partida, pues no encuentro otra explicación razonable a tanta maldad en el mundo. En esta navidad es momento de reflexión y volver al buen camino si deberás creemos en un Dios todo poderoso y de salvación como decimos que creemos al adornar nuestras casas con motivos navideños en estas fechas o cuando asistimos a algún evento religiosocomo en el caso del 12 de diciembre pasado en que casi todo el pueblo se volcó hacia el santuario guadalupano y no nomas en el dinero que para muchos como vemos, se ha convertido en su propio Dios el cual les cumple de momento todos sus gustos y satisfacciones personal. Esperemos pues que todos reflexionemos y tengamos una feliz navidad blanca 2010 sin desmanes ni sobre saltos que lamentar y un próspero año 2011.

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