jueves, 2 de febrero de 2012


Elección entre tres
Enrique Ibarra Pedroza
 A más tardar el siguiente fin de semana el PRI, el PAN y los partidos de izquierda habrán resuelto sus candidaturas al gobierno estatal y a los puestos electivos federales y municipales estratégicos. Aun cuando el primero de esos partidos cuenta ya con su candidato al poder ejecutivo, además de que su selección no causo entusiasmo más allá de su círculo cercano de amigos y colaboradores, desembocó en una unidad cosmética y aparente. Prueba de ello es que a dos semanas de la postulación de Aristóteles Sandoval, las pugnas por las candidaturas municipales y a las diputaciones, se ahondan conforme pasan los días. Al mismo tiempo los propios priístas son los primeros en propagar a voz en cuello que tienen un abanderado vulnerable ante los ataques no solo de sus adversarios políticos, si no de diversos sectores sociales a raíz de su desempeño como alcalde de Guadalajara.
 De la parte de enfrente, el PAN se autoentrampó en un proceso interno entre los índices de mayor popularidad de Alfonso Petersen, y el manejo manipulador de los cuadros panistas de Hernán  Cortez y de la nómina del aparato estatal que sigue manejando Fernando Guzmán. A ello hay que añadir la muy probable derrota de Alberto Cárdenas en la interna de Guadalajara, por su carencia de cuadros operativos al interior del panismo, lo que anímicamente les representaría una sensible merma.
 En contraste a lo que ocurre en el PRI y el PAN, cada día se fortalece más en el ánimo de la gente la decisión de elegir una opción distinta a lo que esos partidos han significado en Jalisco, votando por un gobierno de izquierda. A la fecha esa expresión ha acreditado la eficacia de consultar a la gente a través de encuestas, lo que está próximo a replicarse en nuestro estado. La expectativa de la izquierda se robustece porque más allá  del soporte de sus expresiones partidistas ensanchan día a día su base social en sus diversos segmentos en torno a la figura de Enrique Alfaro.
 Todo ello ha configurado que la elección del próximo gobernador sea una contienda entre tres partes y que por vez primera la izquierda tenga condiciones para ganarla. Numéricamente, las cifras son alcanzables. De acuerdo a la lista nominal de electores, y los grados de participación que se estiman en la elección, la gubernatura podrá ganarse con 1 millón 100 mil votos. El apoyo que concita Alfaro le puede dar para ello.


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