jueves, 20 de septiembre de 2012


ANESTESIA  Emocional
Por el psicólogo Arturo Fregoso Flores
¡Acérquese! Aquí andamos otra vez en este espacio que es alimento para el ánimo del escritor.
Después de haber escrito durante muchas semanas sobre temas espinosos creo que ya están preparados para avanzar de nivel; y considero que la sexualidad está en segundos o terceros pisos, por ello en esta ocasión con el favor de su atención y con todo respeto, el tema a tratar es: "VOYEURISMO".
La palabra voyeur deriva del verbo voir (ver) con el sufijo -eur del idioma francés. Una traducción literal podría ser "mirón" u "observador".
La característica esencial del voyeurismo implica el hecho de observar ocultamente a personas, por lo general desconocidas, cuando están desnudas, desnudándose o en plena actividad sexual. El acto de mirar se efectúa con el propósito de obtener una excitación sexual y por lo general no se busca ningún tipo de relación sexual con la persona observada. El orgasmo, habitualmente producido por la masturbación, puede aparecer durante la actividad voyeurística o más tarde como respuesta al recuerdo de lo observado. A menudo, este tipo de personas disfrutan con la fantasía de tener una experiencia sexual con la persona observada, pero en realidad esto rara vez sucede.
En su forma más grave el voyeurismo constituye la forma exclusiva de actividad sexual. El inicio del comportamiento voyeurístico acostumbra a tener lugar antes de los 15 años. El curso tiende a ser crónico.
El voyeur suele observar la situación desde lejos, bien mirando por la cerradura de una puerta, o por un resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara, etc. La masturbación acompaña, a menudo, al acto voyeurista. El riesgo de ser descubierto actúa, a menudo, como un potenciador de la excitación.
A la tendencia voyeurista se le asocia frecuentemente la tendencia exhibicionista, esto es, disfrutar mostrándose, más o menos abiertamente, semidesnudo o completamente desnudo. Ambas conductas poseen un fuerte componente compulsivo, irrefrenable, mostrando en las personas un aumento de su tasa cardíaca y sudoración ante la aparición de estímulos relacionados con dichas actividades. Estos efectos físicos desaparecen tras la realización del acto voyeurista.
El voyeurismo se da, en mayor medida, en hombres, mayoritariamente heterosexuales, ya que es el hombre el que depende más del sentido de la vista para alcanzar la excitación sexual.
Es necesario, por lo tanto, distinguir entre voyeurismo y actividad sexual normal, en la que también se produce una excitación al contemplar la desnudez.
El voyeurista atenta contra el derecho de intimidad y la privacidad de las personas por lo que la sociedad lo castiga como un delito. Pero, no necesariamente todo "voyeurista" viola la intimidad de otro. Se dan un sinnúmero de casos de hombres a quienes les gusta ver a sus respectivas parejas en actos íntimos, y ellas son mujeres a quienes les gusta "exhibirse" y lo hacen con agrado y disfrute sexual. En el "exhibicionismo femenino" es una característica obtener la satisfacción sexual mediante la exposición de sus partes íntimas o su desnudez. No debemos confundir el voyeurismo con el deseo de ver sexualmente a la pareja.
Por igual, el hombre y la mujer se excitan viendo tanto como oyendo, tocando, oliendo o saboreando al otro. Algunos autores consideran que ver pornografía es un acto de voyeurismo, pero sólo si la persona depende de ello como principal fuente de su complacencia sexual. Que alguien quiera ver a su pareja masturbándose, con su consentimiento, y ambos tener placer sexual con ello, no es voyeurismo sino otra forma de hacer el amor. Para el "voyeur" observar en secreto es clave. Ve a través de binoculares, coloca cámaras ocultas en baños y dormitorios y el miedo a ser sorprendidos funciona como parte de la exaltación sexual. La taquicardia, la sudoración y la adrenalina que produce el temor a ser descubiertos son parte de su "acto" sexual. Muchos "voyeur" han canalizado su parafília a través de Internet, donde abundan sitios en que se colocan cámaras supuestamente indiscretas y, más que todo, mujeres fingen no saber que las están grabando mientras van al baño, duermen, se masturban o tiene relaciones sexuales.
Agradezco el favor de su atención y sigo recibiendo sus opiniones en mi correo electrónico arturo_fregoso@hotmail.com.  Recuerden algo… Si la única herramienta que tienen es un martillo, piensen que cada problema que surge es un clavo. ¡Atrévanse a soñar!, confíen en ustedes y ¡hagan que las cosas sucedan!


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