jueves, 6 de diciembre de 2012

ANESTESIA Emocional
Por el psicólogo Arturo Fregoso Flores
¡Acérquese! Aquí andamos otra vez en este espacio que es alimento para el ánimo del escritor.

Hoy con el favor de su atención les traigo algo sobre el tema "LA MENTE REACTIVA".

La mente del hombre es el puesto de mando de operación, y está construida para resolver problemas. La capacidad mental de cada persona es distinta, pero sabiendo cómo funciona la mente, se puede lograr una capacidad mental muy por encima de lo usual y llevar una vida mucho más gozosa. Para ello tenemos que saber cómo funciona. La mente reactiva no actúa racionalmente, pues se basa en impulsos instintivos. Todo el mundo posee mente reactiva. ¿Qué es lo que hace esta mente?

Bloquea el recuerdo auditivo, provoca compulsiones, psicosis, neurosis, represiones y evita que el sujeto pueda razonar libremente, bloqueando los mecanismos de análisis.

El ser humano tiene millones de años desde sus comienzos como homínido, y la mente reactiva era necesaria para sobrevivir pues, al basarse en impulsos, permitía a ese hombre primitivo huir en lo inmediato de los peligros (un tigre dientes de sable, un megaterio, etc.) O atrapar a la presa al instante de verla. Como su mente poseía un cerebro de 500 cm. cúbicos, no estaba capacitado para razonar en el sentido abstracto, por eso dictaba lo impulsivo sobre lo meditado. No había que decidir, había que obrar... y la mente reactiva obraba, sin pensar. Con el tiempo, ese ser fue desarrollando su capacidad craneana, hasta llegar al hombre actual, el homo sapiens sapiens. Y entonces surge la mente analítica, llamada también mente consciente, creando así un conflicto de poderes.

La mente analítica es la mente que razona y evalúa las posibilidades antes de tomar una decisión. El ser humano ya no se maneja con instinto ni actúa con impulsos. Eso transforma en insignificante a la mente reactiva, pues el raciocinio reemplazó al instinto, pero... ¿es tan así? Si repasamos, vemos que la mente analítica es la que se expresa luego de analizar y la mente reactiva es la que reacciona automáticamente, sin analizar. Por lo tanto, con el advenimiento de la civilización, esa primer mente ya no tendría razón de ser, pero sigue manejando los hilos en la conducta del ser humano.

¿A qué se debe eso? A que la primer mente está "grabada" en el código genético desde hace millones de años y la segunda, la analítica, apenas está con la humanidad desde hace diez mil años y al no ser impulsiva, reacciona más tarde.

El escritor Jorge Olguín cuenta una anécdota: "Estaba en una parada a la espera de un transporte público y al lado mío se encontraban un señor con un chico de cuatro años. El niño no se quedaba quieto en ningún instante, a

pesar de las advertencias del padre. En un momento determinado, el padre reaccionó y, levantando al hijo del brazo, le golpeó descontroladamente en las piernas. A los cinco segundos reparó en lo que había hecho y alzó al niño, que lloraba desaforadamente, cubriéndolo de besos". ¿Qué había sucedido? El hombre había sido presa de su mente reactiva, actuando impulsivamente. Luego apareció su mente analítica, la que razona antes de actuar. Pero, al ser más lenta, no pudo evitar el hecho.

A partir de los dos años de vida aproximadamente, la mente analítica entra a formar parte del mundo de sensaciones del ser humano en forma definitiva, pero la mente reactiva, que hasta ese momento era absolutamente necesaria para diagramar una conducta que llame la atención, empieza a absorber en forma paulatina el conocimiento de la segunda. Así aprende a "pensar", pero razona impulsivamente. Ahí nacen las equivocaciones, porque la mente reactiva que hasta ese momento era útil para la supervivencia, hace crecer el rol del ego consiguiendo que el pequeño ser humano empiece a necesitar más de la cuenta, creando roles de control. Entonces se genera un cuadro nuevo: la mente reactiva sigue expectante del entorno, pero ahora calcula primero con qué drama de control puede sacar más beneficio de los demás. Por eso surgen distintas facetas del comportamiento y la persona puede cambiar de humor de un instante a otro.

Así es mi querido lector, hágale como en el comercial cuente hasta diez, ¡no se crea! Cuente menos y respire; porque cuando cuenta diez ya hizo muchos disparates.

Agradezco el favor de su atención y sigo recibiendo sus opiniones en mi correo electrónico arturo_fregoso@hotmail.com. Recuerden algo… Si la única herramienta que tienen es un martillo, piensen que cada problema que surge es un clavo. ¡Atrévanse a soñar!, confíen en ustedes y ¡hagan que las cosas sucedan!

¡Acérquese! Aquí andamos otra vez en este espacio que es alimento para el ánimo del escritor.

Hoy con el favor de su atención les traigo algo sobre el tema "LA MENTE REACTIVA".

La mente del hombre es el puesto de mando de operación, y está construida para resolver problemas. La capacidad mental de cada persona es distinta, pero sabiendo cómo funciona la mente, se puede lograr una capacidad mental muy por encima de lo usual y llevar una vida mucho más gozosa. Para ello tenemos que saber cómo funciona. La mente reactiva no actúa racionalmente, pues se basa en impulsos instintivos. Todo el mundo posee mente reactiva. ¿Qué es lo que hace esta mente?

Bloquea el recuerdo auditivo, provoca compulsiones, psicosis, neurosis, represiones y evita que el sujeto pueda razonar libremente, bloqueando los mecanismos de análisis.

El ser humano tiene millones de años desde sus comienzos como homínido, y la mente reactiva era necesaria para sobrevivir pues, al basarse en impulsos, permitía a ese hombre primitivo huir en lo inmediato de los peligros (un tigre dientes de sable, un megaterio, etc.) O atrapar a la presa al instante de verla. Como su mente poseía un cerebro de 500 cm. cúbicos, no estaba capacitado para razonar en el sentido abstracto, por eso dictaba lo impulsivo sobre lo meditado. No había que decidir, había que obrar... y la mente reactiva obraba, sin pensar. Con el tiempo, ese ser fue desarrollando su capacidad craneana, hasta llegar al hombre actual, el homo sapiens sapiens. Y entonces surge la mente analítica, llamada también mente consciente, creando así un conflicto de poderes.

La mente analítica es la mente que razona y evalúa las posibilidades antes de tomar una decisión. El ser humano ya no se maneja con instinto ni actúa con impulsos. Eso transforma en insignificante a la mente reactiva, pues el raciocinio reemplazó al instinto, pero... ¿es tan así? Si repasamos, vemos que la mente analítica es la que se expresa luego de analizar y la mente reactiva es la que reacciona automáticamente, sin analizar. Por lo tanto, con el advenimiento de la civilización, esa primer mente ya no tendría razón de ser, pero sigue manejando los hilos en la conducta del ser humano.

¿A qué se debe eso? A que la primer mente está "grabada" en el código genético desde hace millones de años y la segunda, la analítica, apenas está con la humanidad desde hace diez mil años y al no ser impulsiva, reacciona más tarde.

El escritor Jorge Olguín cuenta una anécdota: "Estaba en una parada a la espera de un transporte público y al lado mío se encontraban un señor con un chico de cuatro años. El niño no se quedaba quieto en ningún instante, a

pesar de las advertencias del padre. En un momento determinado, el padre reaccionó y, levantando al hijo del brazo, le golpeó descontroladamente en las piernas. A los cinco segundos reparó en lo que había hecho y alzó al niño, que lloraba desaforadamente, cubriéndolo de besos". ¿Qué había sucedido? El hombre había sido presa de su mente reactiva, actuando impulsivamente. Luego apareció su mente analítica, la que razona antes de actuar. Pero, al ser más lenta, no pudo evitar el hecho.

A partir de los dos años de vida aproximadamente, la mente analítica entra a formar parte del mundo de sensaciones del ser humano en forma definitiva, pero la mente reactiva, que hasta ese momento era absolutamente necesaria para diagramar una conducta que llame la atención, empieza a absorber en forma paulatina el conocimiento de la segunda. Así aprende a "pensar", pero razona impulsivamente. Ahí nacen las equivocaciones, porque la mente reactiva que hasta ese momento era útil para la supervivencia, hace crecer el rol del ego consiguiendo que el pequeño ser humano empiece a necesitar más de la cuenta, creando roles de control. Entonces se genera un cuadro nuevo: la mente reactiva sigue expectante del entorno, pero ahora calcula primero con qué drama de control puede sacar más beneficio de los demás. Por eso surgen distintas facetas del comportamiento y la persona puede cambiar de humor de un instante a otro.

Así es mi querido lector, hágale como en el comercial cuente hasta diez, ¡no se crea! Cuente menos y respire; porque cuando cuenta diez ya hizo muchos disparates.

Agradezco el favor de su atención y sigo recibiendo sus opiniones en mi correo electrónico arturo_fregoso@hotmail.com. Recuerden algo… Si la única herramienta que tienen es un martillo, piensen que cada problema que surge es un clavo. ¡Atrévanse a soñar!, confíen en ustedes y ¡hagan que las cosas sucedan!

 

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