Por Arturo Fernández Ramírez
A quince días de haber entrado en funciones el nuevo gobierno de Jalisco, si bien es prematuro juzgar su función, sí es oportuno hacer notar que en cuanto a la entrega recepción, se han visto totalmente desorganizados, lo que deja ver que no estaban organizados como se esperaba.
Y es que en la mayoría de las dependencias estatales priva la incertidumbre en el personal porque no se han presentado todavía los mandos medios ni de dirección para que se tomen las riendas en forma total del aparato burocrático del Estado.
Muchos de los anteriores jefes o directores están a la espera de que les reciban sus oficinas, pero esto no ha sido posible porque precisamente no se han presentado los nuevos responsables.
Lo anterior puede resultar perjudicial para el mismo grupo que ahora está en el poder, ya que muchos de los jefes y directores que estuvieron en la anterior administración, se están organizado para definir estrategias legales con el fin de permanecer en el mismo cargo y en caso de que nos los ratifiquen, entonces acudir a los tribunales laborales. Es decir, los panistas les quieren comer el mandado a los priistas.
Todo hace indicar que la desorganización en que se encuentra el nuevo gobierno del estado se debe a los cambios de titulares que hicieron de último momento, empezando por el Secretario General Arturo Zamora, quien al parecer fue invitado a participar en este cargo apenas días antes del 1° de marzo.
La razón de invitar a Zamora a la Secretaría General de Gobierno tuvo su origen en el escándalo en que se vio inmiscuido el hoy Gobernador Aristóteles, aunque también en la intención del PRI de enfrentar al grupo de Enrique Alfaro.
Presuntamente la llegada al gabinete estatal de Zamora trajo como consecuencia que al menos cinco titulares de secretarías sufrieran cambios, ya que en su lugar se nombraron personas afines al Secretario General de Gobierno.
Estos cambios, al haber sido de última hora, provocaron a su vez que no se pudieran tener listos los nombres de los segundos y terceros mandos de cada dependencia.
Y si a lo anterior le agregamos las grandes pugnas internas que se han venido llevando a cabo en el PRI por el reparto de las posiciones, donde, como es natural, todos dicen tener derecho y méritos para ocupar un cargo en el gobierno del estado, tenemos como resultado el desorden y desorganización que prevalece en esta etapa de entrega recepción.
Esperemos que pronto puedan reacomodarse y organizarse los nuevos gobernantes, de lo contrario, la sociedad resentirá este desorden. Sigamos atentos para ver qué sucede. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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