jueves, 31 de octubre de 2013

Aquí USMAJAC
Por Rodrigo Carrión Grajeda
En Usmajac mueren dos ministros  
La semana próxima pasada, dejaron de existir físicamente  dos ministros del Señor, uno la madrugada del martes, el  otro por la mañana del sábado dejando con esto un gran vacío que difícilmente otra persona podrá llenar ya que todos somos seres únicos e irrepetibles en todos los aspectos.
    El primer deceso fue el del párroco católico en esta delegación  Casimiro García Córdoba el cual tenía escasos 4 años al servicio en este lugar, mas sin embargo su muerte provocó gran pesar entre la feligresía ya que durante el tiempo que estuvo al cargo de la parroquia, supo ganarse el cariño de la gente de este lugar según lo miramos durante sus funerales gracia a su carácter sencillo y tranquilo siempre dedicado a su ministerio muy diferente, por cierto, al anterior párroco.
     El hermano Gonzalo, pastor cristiano conocido así por la comunidad cristiana en Usmajac, también dejó este mundo físico el pasado Sábado por la mañana después de una larga enfermedad diabética que lo aquejaba desde hace tiempo siendo velado sus restos en el lugar de culto en la colonia el "aguacate" donde con mucho cariño y entrega hasta su muerte predicaba la palabra de Cristo Jesús a sus hermanos en la fe.
    Durante más de 15 años el hermano Gonzalo trabajó incansablemente en Usmajac para hacer su iglesia y edificar el lugar de oración y culto al señor Jesús enfrentando una serie de dificultades mas sin embargo su entrega al servicio fue más fuerte que todas la adversidades logrando de este manera tener un lugar apropiado para venerar a Jesucristo como buen cristiano.
     Después de que sus restos fueron velados entre cantos y remembranzas al cargo de varios pastores de la región que estuvieron presentes la noche del Sábado y el Domingo por la mañana, el hermano Gonzalo después de entregar su alma al creador, pasó a entregar también su cuerpo a nuestra madre tierra en el panteón de la cabecera municipal de Sayula lugar donde fueron depositados sus restos entre aplausos y llantos de sus seres queridos, así como de un gran contingente de hermanos en la fe de Cristo Jesús que lo acompañaron hasta su última morada.
     Vaya pues de mi parte un reconocimiento al hombre que después de enfrentar un fuerte vicio de alcoholismo durante gran parte de su vida, lograra arrancarse tal enfermedad progresiva y mortal entregándose de cuerpo y alma al conocimiento de la Biblia y sobre todo a predicar a su semejantes las escrituras salvando de esta manera muchas almas perdidas que hoy dedican su vida a Jesucristo.
      Durante el tiempo que me tocó conocerlo como cliente de mi negocio, cuando platicábamos, el hermano Gonzalo, aprovechaba la oportunidad y me invitaba a sus prédicas dominicales, refiriendo que solo con Cristo podemos vivir mejor en esta tierra y aspirar algo todavía mejor el día de mañana, pues en él estaba la mejor prueba de que Dios obra en nosotros cuando lo buscamos.
     Adiós amigo querido. A sus familiares aunque poco los conocí personalmente, mi más sentido pésame por tan irreparable pérdida, aunque les diré cosa que ustedes ya saben, el hermano Gonzalo en estos momentos después de su partida, se encuentra gozando de la gloria del señor tal cual lo promete en las santas escrituras que nos dejó por medio de sus seguidores los apóstoles.    

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