viernes, 22 de noviembre de 2013

Temas de Interés
Por Arturo Fernández Ramírez
Un aniversario más de la Revolución
Justamente este 20 de noviembre se celebró un aniversario más, el CIII, del inicio del movimiento armado que puso fin a la dictadura de Porfirio Díaz y que culminó, de alguna manera, con la promulgación de la Constitución de 1917 que es la que, en teoría al menos, todavía nos rige.
Los historiadores son coincidentes en reconocer que fueron tres grandes logros o conquistas de la Revolución Mexicana que se plasmaron en los artículos 3, 27 y 123 de dicha Constitución, relativos a la educación pública, laica y gratuita; al reparto de la tierra a favor de quienes la trabajan; y, los derechos sociales en la relación obrero patronal.
Analizando entonces el espíritu de esas conquistas de la Revolución Mexicana, tenemos que se ha dado un giro sustancial, ya que en la actualidad se ha desvirtuado la esencia de esos derechos fundamentales.
Con la llamada Reforma Educativa y aún desde antes, mucho se ha cuestionado la gratuidad de la educación pública. El gobierno destina a la educación un porcentaje del PIB muy inferior al que el resto de los países canaliza para abatir el analfabetismo y que su población esté mejor preparada.
Y ante las claras deficiencias de la educación pública, se autorizan escuelas particulares que de alguna manera suplan lo que el Estado por mandato constitucional debería realizar: impartir educación en todos los niveles. Sobre todo en educación superior en donde semestre tras semestre son miles los aspirantes rechazados que en aras de seguir estudiando, se inscriben en escuelas privadas.
Aunque claro está, quienes no tienen la posibilidad económica, simplemente ven frustradas sus aspiraciones de contar con una carrera profesional. Entonces, la educación de ser un derecho para convertirse en un privilegio que solo unos cuantos pueden disfrutar.
De igual manera, con la llamada Reforma Laboral, no obstante que aquí no se tocó la Constitución, también se trastocaron derechos fundamentales de la clase trabajadora, se privilegió a la clase patronal a pesar de que esta tiene y ha tenido todas las ventajas desde el momento mismo en que la oferta de mano de obra supera y ha superado la demanda de fuentes de empleo.
El desempleo está a la orden del día y esto provoca que los patrones impongan sus condiciones laborales aún en contra de la ley. La única herramienta que los trabajadores tenían para frenar los abusos patronales era precisamente cuando promovían juicios que se ventilaban conforme a las disposiciones laborales vigentes, por lo que al haber sido modificadas estas a favor de la clase patronal, los trabajadores se ven todavía más indefensos. Se perdió el espíritu protector que envolvió el original artículo 123 que emanó de la Revolución Mexicana.
Y finalmente, ¿qué podemos decir del artículo 27 de la Constitución que originalmente protegió la tierra a favor de quienes la trabajaban, impidiendo que por cualquier razón la pudieran vender, tal y como ocurría en el porfiriato?
Todos somos testigos del abandono en que el gobierno ha tenido del campo mexicano. Y ha sido aquí, en el campo, donde se han descubierto las más deplorables condiciones laborales.
Solo los que cuentan con recursos económicos pueden competir con una agricultura tecnificada. El resto debe permanecer condenado a la agricultura tradicional o simplemente a vender sus tierras y emplearse como campesino con salarios de hambre.
Así es como a 103 años del inicio de la Revolución Mexicana, se encuentran los derechos ganados con el derramamiento de sangre y de las vidas de todos los que lucharon en ese movimiento armado.
Quizá algunos pudieran pensar que entonces no valió la pena ese movimiento y esas muertes, pero creo que es todo lo contrario, claro que sí valió la pena y mucho, ya que quienes lucharon en su momento hicieron lo que les correspondió, por lo que falta ahora que las generaciones actuales sepamos defender esos derechos, sepamos actuar con valor para honrar la memoria de quienes dieron su vida por un México mejor. Ellos hicieron lo suyo, falta que nosotros hagamos lo que nos corresponda. O usted que opina estimado lector. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com


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