viernes, 6 de diciembre de 2013

Depresión en los ancianos
Por Federico González Alfaro
   Al acercarse una fecha más de la partida de este mundo de una muy querida tía abuela de su servidor,  voy a compartirles mi experiencia personal de la convivencia con una persona de la tercera edad.
    Mi tía Cony padecía de la depresión en el anciano, un trastorno de primer orden en cuanto a frecuencia y tendencia dentro de las enfermedades que aquejan a los ancianos.  A mi tía abuela se le daba un tratamiento para aminorar los efectos de dicho trastorno propio de algunas personas de su edad. El envejecimiento no es sinónimo de depresión, sin embargo, algunos factores biológicos presentes en la estructura cerebral, neurotransmisora y hormonal, hacen que estas personas sean muy vulnerables a estados depresivos.  Puede una persona mayor, estar permanentemente acompañada y sufrir depresión, tristeza. Es muy desgastante para sus familiares, tener un ser querido con estas características.
     Parientes míos pensaban que su servidor era el culpable de su mal, motivo por el cual, se llamo a todo un equipo médico, se le hicieron todo tipo de análisis para comprobar su estado. El resultado, fue que se encontraba en buenas condiciones para su edad y padecimientos clínicos propios de su edad, pero muy bien. Entregue el cuidado a sus “protectores” caminando, comiendo por su propia mano, hablando. Se le contrato todo un equipo médico con doctor y enfermeras las 24 horas. El resultado, en menos de 15 días sufrió una drástica caída en su estado de salud con todo y su equipo médico, dejo de comer, de moverse, hasta que finalmente falleció. Sus “protectores”, como se imaginarán, no se presentaron ni a su funeral, bien sabían que no me iba a quedar callado.
     Si tienen un ser querido en esa situación, lo peor que deben hacer es lo que hicieron mis parientes, dejar que su ser querido tome la iniciativa, deben de motivarla a caminar hasta donde sus límites lo permitan, de hacerla sentir que puede, la aparición de ideas delirantes, pérdida de apetito, insomnio es muy frecuente en estos pacientes. Deben de ser fuertes. La segunda recomendación. No le hagan caso a “protectores” que poco o nada saben y si mucho daño ocasionan, en mi caso, la pérdida de un ser muy querido.
Si están en esta situación, por favor, lean estas líneas varias veces, quizá les sean de mucha ayuda.
Un fuerte abrazo a todos los que viven este momento

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