viernes, 6 de diciembre de 2013

La Mano del Metate
Por Hugo Rodríguez Vázquez
Ya no hallan qué inventar para robar al pueblo
Como se sabe, entre los cambios que vienen con la reforma política está la creación del Instituto Nacional Electoral, que sustituirá al Instituto Federal Electoral. Es decir significa solamente que en lugar de la palabra Federal, ahora se sustituirá por la de Nacional. Lo que los corruptos gobernantes que tenemos no explican al pueblo es para qué sirve dicho cambio si sustancialmente será un organismo igual que el anterior IFE, pero cuyo costo (el cambio) representará por demás otra sangría inútil que pagaremos todos los mexicanos. Fíjese usted amigo lector de Horizontes, el cambio de la palabra federal por nacional tendrá un costo de 870 millones de pesos, todo eso porque existen actualmente en circulación alrededor de 80 millones de credenciales para votar, que tendrían (tendrán) que ser cambiadas obligatoriamente. ¿Y por qué no dejarle el mismo nombre? . Nos preguntamos todos. Ah, ahí está el detalle diría el gran Mimo Cantinflas, es que la edición de 80 millones de credenciales es comisionable, es decir, le habrán de asignar a alguien este trabajito inútil pero que dejará una muy suculenta tajada con dinero del pueblo.  Por ahí alguien pues, se va a hacer rico o mucho más de lo que ya lo es.
Lo que significa AMLO aunque les duela el ano a sus detractores
Hasta ahora, AMLO ha vivido en un extenuante activismo desprovisto de lujos o comodidades. A diferencia de la inmensa mayoría de quienes también se dedican a tareas políticas, incluso de muchos que pertenecen al PRD y a Morena, López Obrador ha llevado con rigor y sacrificio una vida personal y familiar sujeta a la medianía económica que invocaba Benito Juárez para quienes ejercen el servicio público. Entre la selva de corrupción extrema que se vive en diversos ámbitos de la función pública, López Obrador pasó por las arcas suculentas del gobierno de la ciudad de México sin alzarse con un solo centavo. Dos veces vivió el fraude electoral en elecciones presidenciales, en 2006 mediante operaciones manuales y cibernéticas que apenas alcanzaron a fabricar una ínfima diferencia oficial de medio punto para dar paso a un sexenio funerario, y en 2012 a través de una gigantesca maniobra de compra de votos y de coacción de ciudadanos para que llegara a Los Pinos un personaje priísta de incultura e impericia diariamente comprobables que prefigura un sexenio de altísima corrupción.
Objeto de una rabiosa campaña de odio y división sociales desde 2006, López Obrador es factor central de la vida política nacional, por su terquedad implacable que le ha llevado a quedar como único líder de masas realmente opositor al poder priísta reinstaurado y a sus satélites bajo pacto. A pesar del bombardeo mediático inducido cotidianamente en su contra y de los propios errores cometidos por el tabasqueño, los pasos dados por el poder siguen teniendo como referente las eventuales reacciones de él y su movimiento, tratando de evitar que pifias gubernamentales le den material para resurrecciones políticas en las que se ha vuelto especialista.
Enfermo del corazón, que es donde lo han golpeado tanto
¿Cómo no se iba a enfermar Andrés Manuel, y justamente del corazón, si es precisamente ahí donde le han golpeado tanto? Sólo le mueve el corazón, el amor que le tiene a los sin voz, quiere justicia para ellos. Hace años que está dedicado, a recorrer día a día, sin descanso, todas y cada una de las comunidades, a conocer sus carencias, sus dolores. Nadie como Andrés sabe lo que el país necesita. Pero le golpearon directamente al corazón todos aquellos que se organizaron para robarle la presidencia en 2006 y 2012, los empresarios, los políticos del PRI y del PAN para evitar que Andrés acabara con los privilegios de los hombres más ricos del país, los que no pagan impuestos y los que se enriquecieron con el Fobaproa de aquellos que han amasado grandes fortunas gracias a la corrupción gubernamental. Los que se han beneficiado con las privatizaciones y están a punto de enriquecerse aún más con la más jugosa de todas, la energética.
Ha librado una incansable lucha desde jovencito, cuando, escuchando a su corazón, apoyó a los chontales en Nacajuca, Tabasco. Y cuando, siendo jefe de Gobierno de DF, apoyó a personas mayores, madres solteras, personas discapacitadas; becó a estudiantes, levantó 14 prepas, universidades, hospitales,  segundos pisos, puentes, distribuidores, hizo lo que en los últimos 500 años ningún gobernante había logrado. Y a cambio, su corazón seguía siendo golpeado día a día por los comentaristas pagados de los medios con falsas, infames acusaciones "pa' servir al patrón". Pero su corazón ha sido herido aún más por los que se dicen de izquierda, los Santa Anna del siglo XXI, que apoyan la venta de lo único que nos queda, la privatización (de a ¿cómo$ No?) de Pemex. No nos quedará nada, nada, nada… y eso le está rompiendo el corazón a nuestro Andrés a quien estimamos desde hace tiempo porque hace más tiempo aún que él nos ama y tanto, que todos los días expone su vida por nosotros. Por su pronta recuperación y que sirva para ello la energía amorosa de todos los que creemos en él.
Margarita Isabel

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