sábado, 30 de mayo de 2015

Especial para Horizontes...
Como eran físicamente los habitantes de Tzaulan
Reportaje e investigación de Rodrigo Sánchez Sosa

Los antiguos habitantes de Tzaulán o la cuenca de Sayula, poblaron el área desde antes del nacimiento de Cristo, más de dos mil años antes, por lo que resulta complejo describirlos siendo  4 distintos periodos culturales los que algunos arqueólogos han determinado para su estudio: prehistórico, fase Verdía, fase Sayula y fase Amacueca. Durante estas fases, las personas han interactuado con otras regiones como Colima y Michoacán, lo que seguramente afectó no solo su forma de vida sino su apariencia física respecto de cada etapa, incluida claro la de la colonia.
    Sin embargo, el estudio de las tumbas de tiro, encontradas por arqueólogos a  lo largo de la cuenca, ha arrojado, en los pocos casos que se obtuvo acceso a material biológico, cierta luz sobre la forma en que se veía la gente del antiguo Tzaulán. Otras fuentes de información han sido las figuras antropomorfas encontradas en excavaciones y las mimas tubas. Lo primero que notamos en nuestra investigación sobre las figurillas de terracota estudiadas y en exhibición en el museo local, es que hay una representación reiterativa de una nariz recta en dichas figurillas; además son representadas con figura esbelta; los ojos son rasgados, y algo que luego confirmará el estudio de los restos óseos de las tubas de tiro, la importancia del papel de la mujer.
     En las figurillas predomina la imagen femenina, acusando el papel social destacado de esta o un culto marcado a la fecundidad. Con respecto al material óseo y las tumbas de tiro, nos dice el investigador Gabriel Uruñula Ladrón de Guevara   ( Schöndube Otto; Arqueología de la Cuenca de Sayula):



"Parte del problema que enfrenta la arqueología al reconstruir los antiguos patrones de vida, radica en la parcialidad de la muestra que persiste del  universo original que se pretende estudiar. Esto es patente en términos de cultura material, pero más aún en cuanto a los vestigios de los generadores de esa cultura.
   Si bien algunos objetos no resisten el paso del tiempo, los de naturaleza inorgánica permanecen, por lo regular, en condiciones que permiten su análisis; en contraste, los restos óseos son perecederos, frágiles, susceptibles a cambios medioambientales, y frecuentemente han quedado además relegados del interés de los arqueólogos. Así, es común que regiones coma el occidente cuenten con vastas colecciones de artefactos documentados, pero con escaso material esquelético de las poblaciones que los produjeron."
Si embargo a pesar de ello, el poco material que ha sido encontrado, ha permitido reconstruir a los habitantes antiguos de la cuenca de forma general. Así se  dio con el hecho interesante de que estos se alejaban de los patrones físicos de los pobladores de Mesoamérica, mostrando rasgos distintivos  y una estatura ligeramente por arriba del promedio de los habitantes de los grandes centros culturales del periodo clásico y post clásico. Pese a no ser concluyentes estas aseveraciones, si marcan una línea de investigación que aún hoy sigue en curso.

Las tubas investigadas arrojan datos sobre el promedio de vida de los habitantes de la cuenca, que  estaba entre los 35 y 40 años de edad. La  taza de mortalidad  infantil era del 55%, destacando la muerte de niños de entre los 6 y 9 años, lo cual no queda claro la razón. Los patrones generales físicos, difieren según el periodo, siendo más robustos y de densidad ósea mayor, con estaturas poco más bajas, los habitantes más antiguos, y los más recientes muestran deformaciones de cráneo y dientes, practicas culturalmente comunes entoces:
 Más antiguos:
"En características métricas (usando los criterios de Bass, 1987), los cráneos son mas anchos y altos que largos, las mujeres con frentes medias y caras de medianas a anchas, y una tendencia a frentes angostas en los hombres y caras de medianas a muy anchas; las aperturas nasales van de medianas a anchas; las  órbitas son angostas, los paladares anchos, y las mandíbulas angostas pero masivas. Los índices de robustecida en huesos post craneales son altos en ambos sexos. La apertura septal es común en mujeres y muy escasa en hombres. En general, los esqueletos son robustos.  La estatura  calculada con base en las tablas de Genovés (1966) varia en las mujeres de 1.49 a 1.64 m,  y de 1.57 a 1.69 m en los hombres."  (idem)
  Más recientes:
"Sus cráneos son mas anchos y altos que largos, y sus frentes angostas; no se obtuvo un patrón sobre las proporciones faciales debido a lo escaso de los datos recuperados. El tamaño de la apertura nasal en los masculinos es variable, y en los femeninos no se determino debido a la poca información. Las orbitas son angostas en las mujeres y medias en los hombres. Ambos sexos presentan paladares anchos, y mandíbulas anchas pero bajas y poco masivas. El esqueleto post craneal presenta menos robustecida, epifisis menores, y en general una apariencia mas grácil. La apertura septal es común en mujeres y muy escasa en hombres. Ambos sexos se ubican en estaturas  de 1.60 a 1.72m para hombres
y 1.49-1.58 m para mujeres  (Comas, 1966: 312 )
En cuanto a practicas osteoculturales,  mujeres y  hombres en algunos casos  tienen mutilación dental. La deformación craneana se presenta en ambos sexos. " (idem)
  El autor señala un factor importante, y es el entierro de mujeres en sitios reservados a los guerreros, como los son los orientados al este, lo que habla de la importancia de estas y confirma la hipótesis surgida de la figuras de terracota. Así como mi primera hipótesis sobre la consagración de este punto cardinal a Quetzalcóatl por parte de los antiguos habitantes de la cuenca. Este punto cardinal era reservado a los guerreros y las mujeres que morían en trabajo de parto, desatancando  el culto mexica y su cosmogonía teológica, pues se ajusta a mis conclusiones,  ya  que esto sólo se da en la fase previa a al llegada de los españoles y entre el 900 de nuestra era, cuando se consolidó el dominio mexica sobre estas tierras. El autor encuentra lo siguiente:
"Sahagun (1969: 180) menciona que entre los mexicas los fallecidos en guerra iban a la parte oriental de la casa del sol; la orientación prevalente en el área 3 y en los dos entierros aislados es justo hacia el este, en contraste con el área 4 en la que es variable. No hay niños en el área 3, de modo que lo que habría que buscar es una explicación para la inclusión de mujeres en este espacio." (idem)

Otra cosa a señalar es que los esqueletos encontrados muestran señales de haber muerto la mayoría de forma violenta, incluidos mujeres y niños, por las evidencias en huesos rotos y astillados por puntas de flecha, lo que acentúa el carácter guerrero de la comunidad; y sobre todo la función de la mujer como, posiblemente,  combatiente pues algunas fueron enterradas con toda la honra de un guerrero. La  sumisión pacífica de los habitantes de la cuenca al invasor europeo, es un misterio no explicado aún.

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