domingo, 24 de mayo de 2015

Especial para Horizontes...
    La Sayula Indígena, el mito, la realidad y la Ecología
Reportaje e investigación de Rodrigo Sánchez Sosa


“El medio ambiente de la cuenca de Sayula presenta un ecosistema muy variado en un espacio geográfico bien delimitado, por lo que constituye una zona particularmente favorable para la instalación de grupos humanos.
En este sentido, no se distingue de otras regiones del occidente de México, que ofrecen generalmente un panorama natural similar, entre otras cosas por la presencia de numerosas cuencas lacustres. La particularidad de la cuenca de Sayula se debe a su carácter endorreico. En efecto, su parte baja - o playa- presenta un área amplia de suelos salinos, todavía explotados hasta hace unos cuantos años para la producción de sal. Con una longitud de 35 km y una anchura de 20 km, la cuenca de Sayula presenta una superficie media de 700 km2, de los cuales 200 son de playa. Por su origen constituye un complejo geomorfològico bien delimitado." (Otto Schöndube)
La zona ha sido habitada, por su particular característica de favorecer los asentamientos humanos, según estudios arqueológicos de campo,  de entre los 2500 a 1000 años antes de Cristo. Sólo para darle una idea al lector, esta región ya era habitada cuando se comenzaron a formar en el mediterráneo lo que serían las bases de la actual civilización occidental en Europa: Creta, Grecia, Egipto. ¿Pero qué de particular tiene esto para nosotros los habitantes de la zona 4500 años después?  Luego del pasado prehispánico de la misma, la etapa colonial y la actual etapa moderna.
Lo interesante del asunto es el enfoque ecosistémico: El cual  implica comprender la relación del hombre y su entorno físico. Se supone que interactúan la utilización adecuada del  medio y los procesos sociales que caracterizan a los pueblos.  Del enfrentamiento sociedad/ naturaleza surgen las estrategias adaptativas que permiten la integración y el desarrollo sociocultural a través de la explotación de los recursos presentes en cada región. Un parte importante es poder comprender la relación del hombre con su entorno e identificar las transformaciones que ha provocado en el medio para crear su paisaje social. "Este enfoque teórico, denominado ecosistémico,  considera al  universo de estudio como un sistema compuesto de elementos orgánicos (hombre, animales y platas) y no orgánicos (la playa, en el entorno geofísico) que interactúan para mantener el régimen funcionando de una manera equilibrada. El hombre es un elemento orgánico más dentro del ecosistema; él y la sociedad que produce son partes integrantes del conjunto ecológico. La sociedad humana se produce y reproduce coma resultado del enfrentamiento entre hombres, el medio y sus interacciones cotidianas." (idem)
Ahora  bien, si el lector observa con detenimiento el anterior planteamiento, reconocerá algo importantísimo: el vaso lacustre, la cuenca de Sayula o más comúnmente denominada Playa de Sayula, es el actor principal del carácter social y hasta individual de las personas que hemos nacido en la región. La playa al proporcionar  el clima, el alimento, el agua y el refugio, de los seres humanos en la zona por tantísimos años, los ha determinado, ha influido en sus formas de entender el mundo y explicarlo. Lo cual, no es poca cosa, nuestras vidas han estado ligadas a este entorno, y nuestras creencias y formas de ser comunitarias tienen que ver con la Playa.
Del hombre prehistórico que habitó la región 2400 años antes de Cristo, al hombre mesoamericano de cultura nahua que vivió en ella 500 años antes de Cristo hasta la llegada de los Españoles por el 1535, pasando por la gente de la colonia, del México independiente, la revolución y la cristiada, tiene en común este elemento natural, que los relaciona culturalmente: La playa de Sayula.

Basta hablar de uno des estos grupos separados por el tiempo, para poder entender lo que en común tenga con los demás, y estos a su vez entre ellos. El hombre mesoamericano, de cultura nahua, se asentó en la zona alrededor del año 500 antes de Cristo, existieron tres periodos o etapas históricas de esta civilización, caracterizadas, por comunidades con particularidades muy marcadas durante los primeros siglos que los separaba de los grandes centros culturales mesoamericanos, un regionalismo marcados que los otorgaba cierta independencia cultural, fue el tiempo de la producción de sal, como base de la vida y la economía; luego vendría la etapa de las guerras por la sal con los purépechas de Michoacán, las alianzas con los señoríos de Colima, y finalmente como frontera del imperio Azteca antes de la llegada de los españoles.
  Durante este tiempo, la economía se diversificó, y la gente, quizá por lo peligroso que resultaba dedicarse a la producción de sal exclusivamente, comenzó a enfocarse en la producción agrícola,  trasladando sus asentamientos a las faldas de los cerros y las terrazas, fue en este tiempo que se consolidó el dominio nahua y se perdió el carácter regional independiente de las comunidades en la zona. El dominio cultural debió estar basado en la religión y lo militar siendo los aztecas gobierno teológico-militares, y esta una de sus fronteras con uno de sus enemigos más acérrimos, los purépechas. Fue la etapa "Santa Inés" cuando se construyó el complejo ceremonial, del que hablé  la pasada entrega.
    De ahí que el centro ceremonial citado, esté dedicado al culto nahua-tolteca (el sol, a luna y Venus), y sea al mismo tiempo un calendario solar que marca los ciclos de cosecha y las festividades cívico-religiosas del imperio nahua. Algo de destacar en la integración del hombre con la cuenca de Sayula, es la forma en que estaban organizados socialmente.
    No existían  grandes asentamientos, sino unidades familiares, rancherías a lo largo de toda la cuenca, de Cacaluta a Sayula, de Verdía a Usmajac.  Nunca existió un Sayula Indígena, existía una región, una zona, la playa era realmente la unidad social de estas personas.
  No existía una metrópoli regional, donde estuvieran concentrados los poderes cívico, militar y religioso, existieron sí, grandes centros ceremoniales en distintos tiempos, en Sayual "Santa Inés" y entre Zacoalco y Techaluta el mayor y más viejo, sobre el lecho de la playa, lo que habla de una unidad, pues el tamaño de ambos es considerable, y se cree que la gente venía de la parte opuesta de la cuenca a Santa Inés a participar de ritos y celebraciones.
   El "lugar de moscas", que es el significado del vocablo indígena Sayula, aunque más bien debía ser de moscos (pues la mosca que conocemos vino con los españoles), que los españoles encontraron como denominación de los propios indígenas, no era la parte física en la que hoy se levanta el Sayula moderno, sino la forma en que los indígenas llamaban a la playa,  a los cientos de unidades familiares o  rancherías que eran parte de la cuenca.  Para ellos decir Sayula es como para nosotros hoy decir la playa.
    Fueron los españoles los que por sus necesidades organizativas obligaron a los indígenas a vivir en conglomerados habitacionales más grandes, fundado  Sayula, como ciudad española, con grandes casonas de descanso colonial, y una periferia de improvisadas viviendas de la servidumbre y peones indígenas; el convento de Amacueca y su huertas trabajadas por los indígenas y religiosos; haciendas como la de Usmajac, con las casas de los peones indios y esclavos negros alrededor; y las rancherías más grandes de los indígenas que luego se volvieron asentamientos más poblados por estar cerca de los centros urbanizados por los españoles, como  el caso de Tepec.
   En lo profundo de nuestro ser como pueblo asentado en esta cuenca, llevamos la  playa como la dadora y sustentadora de la vida y nuestro ser social. Es muy posible que antes de la integración de los pueblos indígenas al imperio azteca, de que la religión nahua-tolteca se consolidara, la playa de Sayula fuera reverenciada como deidad.
    Ello explicaría mucho del carácter particular de los habitantes de esta zona, que tiene que ver con la Playa, y con el mítico Sayula, que hemos confundido con un asentamiento humano a manera de ciudad europea o mesoamericana; esa Sayula original de la cual dice el mito, guarda grandes tesoros y está escondida o encantada.
    Lo cierto es que la playa de Sayula , el Sayula ancestral está allí, donde siempre ha estado, olvidada, ignorada , partida en dos por una vía de ferrocarril y una imponente autopista. Además, contaminada;  y sí,  guarda tesoros inimaginables, aún hoy.

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