domingo, 12 de julio de 2015

LA POLITICA DESDE GAYOLA
Por Rodrigo Sánchez Sosa

A pesar de que los mexicanos tenemos una visión muy distorsionada de a política, gracias a un sistema que ha llegado a ser la política misma en México, es decir, la corrupción; la política no es mala en sí misma, es una actividad común al ser humano, es más, lo define: sólo el hombre hace política. Lo contrario de la política es la guerra, se hace la guerra cuando ya la política no funciona. Por eso la guerra es cruel e inhumana
    ¿Pero qué pasa con nosotros, los mexicanos, por qué preferimos pasar de política? O en el mejor de los casos, lo vemos como una actividad en que le interés personal está involucrado irremediablemente. No votamos porque creamos que un partido o candidato va a beneficiar a México, votamos porque me va a beneficiar a mí personalmente como votante, en primera y única instancia, de la misma manera participamos en ella. Me dirá usted ¿pero hay otra forma? De hecho nada más alejado del ideal político que buscar el interés personal a corto plazo.
    Los políticos en México son seres oscuros, de los que hay que desconfiar. Si es verdad que en la tele salen sonrientes, como artistas de telenovelas, de hecho algunos lo son; pero, aquellos que son sus intermediarios, comúnmente son seres relacionados con el bajo mundo del crimen y la corrupción. Todos, sin excepción, juegan el miso juego, así que generalizar no es un recurso retórico, sino una necesidad en el análisis de la política mexicana.
    No bien terminó la elección pasada, las cartas se comenzaron a mover para el 2018, es más la actividad lúgubre del narco se "normalizó", cantidad de muertos en todo el país en un fin de semana solamente. Los candidatos a presidente de la república por parte de los distintos partidos comenzaron  asomarse, en el PAN un senador por Chihuahua, haciéndole sombra al "joven maravilla" como le dice Pepe Cárdenas de UNO MVS noticias, palero de la derecha en los medios; al diputado líder del pan de apellido Anaya.
  Y sale Osorio Chon por el PRI, y así van asomándose, cínicamente, como sin en este país no hubiera existido un fusilamiento  en Tlataya violatorio del estado de derecho; una desaparición forzada en Ayotzinapa y una Guardería ABC. Y tan contentos todos, nadie lo ve mal, nadie pide nada, todo es como tiene que ser, así es la política, es màs hay quién diría eso es la política, puro cochinero. NO, eso no es política, eso no es hacer política, esto no es la finalidad de un pacto federal y un estado de derecho, no se trata de  proteger intereses privados y mantener la impunidad de algunos y algunas.
La política es lo que le falta a este país, es ese hoyo que siente usted al saber que no va a salir el mes, que no le alcanza el dinero; esa angustia de ver salir a su hijo a la calle el fin de semana en estos tiempos de tanta violencia, sin saber si va a regresar; ese miedo que da ver las camionetas artilladas de militares, policías y narcos; esa frustración de ver cómo nos venden la gasolina más cara del mundo; esa impotencia de ver cuánto dinero se roban los "políticos" impunemente, cuando usted no le puede pagar a Coppel los 5 o 10 mil pesos que le debe, mientras ellos, se compran departamentos en Estados Unidos por millones de dólares y viven al lado del dueño de Coppel, precisamente.
    La política debe ser la solución, real a problemas reales, pero comunes, solución a los problemas de todos, no de un puñado, no de una persona, de una compañía o una institución. Nada de "apriétense el cinturón mientras mis hijos se van de vacaciones a Europa" ¿y los nuestros qué? La solución no es que yo vea por resolver mi problema, sino que se resuelva el problema para todos, que todos vivamos medianamente bien, como personas no como animales, que nos organicemos para resolver un problema común, nuestra pobre y mediocre política, que determina nuestras vidas. Que si lo hacen mejor en el Estados Unidos, en Europa, en Asia, pues sí, pero aquí es México, aquí vamos a ver cómo le hacemos desde nuestra forma de entender el mundo.  Para eso hace falta la política, para ponernos de acuerdo, pero sobre todo como diría Octavio Paz: hace  falta, no las farsas a las que estamos acostumbrados (o ¿no es vacilada que un futbolista tan ignorante como Cuauhtémoc Blanco gané una elección política, solo por su fama de celebridad?) sino una experiencia verdaderamente democrática.
    Lamentablemente, los mexicanos acostumbrados al autoritarismo, que implica el racismo, el clasismo y la exclusión de los marginados, nos cuesta entender que en la democracia, y en la verdadera política, toda opinión tienen el miso peso, y el mismo derecho a ser oída, y por lo ello  el mismo valor. Yo me pregunto cuándo se sentarán los generales del ejército a discutir con el magisterio rebelde, con la gente de Atenco, con la APO, sobre lo que ellos ven le pasa al país, que son ellos: los militares y los que protestan en las calles.
   Cuándo los empresarios se sentaran a discutir con representantes de la clase obrera, los verdaderos, el modelo de producción; cuando el policía entenderá que el enemigo es el delincuente, que el ciudadano no es negocio para su coto de extorción; cuándo los abogados en México entenderán que a largo plazo la forma en que se maneja el estado de derecho terminará por afectarlo a ellos mismos…nunca. Cuándo entenderemos nosotros la gente común, que el resolver mi problema individual contribuyendo al colectivo, tarde o temprano repercutirá en mi: la necesidad que no volteo a ver que ignoró;  la ignorancia que al maestro aún siendo su obligación erradicar no le importa y lo resuelve desasiéndose del alumno ignorante; la impunidad de la que es parte y cómplice el juez, el magistrado, el abogado; cuándo entenderemos que lo que pasa es  que nos está explotando en la cara el postergar todo esto y dejarle a los ineptos las soluciones.
     Esa necesidad que no quisimos ver ahora   exige lo suyo con una pistola y te asalta; ese muchacho que fue rechazado, marginado e ignorado en la escuela, ahora asesina a sangre fría por 3 mil pesos, y los maestros son tan potenciales victimas como cualquiera; ese delincuente que quedó impune gracias a la corrupción del abogado a mandado desaparecer a su hijo o familiar…
Si creemos que hacer política ciudadana es hacer campañas pseudo ambientales, como la marcha contra los cañones anti granizo, con un pobre fundamento racional, tratando de intimidar a un monstro como es este sistema político-económico, liderados por un discapacitado mental que nos engaña con perfiles falsos de facebook, con más tripas que cerebro, francamente nuestras costumbres políticas se han vuelto suicidas; por ejemplo.

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