martes, 16 de febrero de 2016

LA POLITICA DESDE GAYOLA
Por Federico González Alfaro

El periodismo en la localidad, en todos sus apartados, es de aficionados, no por la capacidad de quienes escriben en los medios, sino porque el oficio no es remunerado, lo cual impide el ejercicio profesional del mismo. La falta de infraestructura técnica, administrativa, de producción y una  raquítica política editorial en la mayoría de los casos, repercute en una pobre oferta informativa al público lector. Todo lo anterior afecta de manera importante no solo la opinión pública en el municipio, sino al ejercicio democrático de lo público.
    Es decir, la regulación del poder público al interior de nuestra comunidad, en el cual la información objetiva, oportuna y expedita juega un papel preponderante, se ve afectada  por un periodismo que apenas cumple con su papel social y por lo mismo rebosa de trabajos mediocres, algunos de pésima calidad, que dificultan el desarrollo democrático en la comunidad, teniendo efectos en la política, la economía, la cultura y hasta la educación (y apurándonos hasta en la salud). Salvo contadas excepciones el periodismo local está lleno de improvisados, gente con un perfil académico bajo, incluso nulo, que intenta influir en la opinión pública local, sino de forma dolosa si irresponsable, con consecuencias siempre desafortunadas para la comunidad en su conjunto; en el mejor de los casos, estas personas pasan desapercibidas, lamentablemente en otros, influyen en la percepción común de factores sociales importantes con consecuencias graves para un municipio como Sayula.
    Es verdad que contamos con gente cuya experiencia aunada a la honorabilidad, ética y vocación, mantienen la funcionalidad del periodismo en Sayula sin una preparación o perfil académicos previos; pero, al igual, no es menos cierto hay otros tantos que con las mismas carencias formales, han hecho del periodismo en la localidad un mero modus vivendis  sin preocuparse más que de sus interese personales o de grupo que poco tiene que ver con la verdadera vocación de informar, investigar y hacer crónica del acontecer social, político y cultural de un municipio como Sayula que es rico en material de este tipo, cuya historia, nada más, implica más de 400 años; y cuya política resulta interesantísima, al ser uno de los primeros municipios del estado y de la república, con alternancia partidista en su gobierno en medio de una dictadura de casi 90 años del PRI en el país.
     En Sayula la valoración, investigación y difusión, de su cultura, manifiesta en su belleza arquitectónica, por ejemplo,  junto con lo anteriormente citado, son material de trabajos no hechos por el gremio de los que informan, sencillamente porque rebasan sus posibilidades profesionales, que solo alcanzan para el chisme de ocasión, el insulto barato del funcionario publico en turno, el exhibicionismo vulgar de su falso populismo redentor, la denuncia fácil y sin pruebas, la explotación del morbo, el amarillismo ramplón, la apología de la mediocridad; y por otro lado el esnobismo cínico, la pedantería clasista, las pretensiones intelectuales de medio pelo, el oportunismo político, social y económico; el apuntalamiento del estatus quo local y la imposición de una visión conservadora del municipio. Todo lo anterior moldea el presente, el pasado e incluso determina el futuro de un municipio si se analiza con rigurosidad, por lo que la responsabilidad de quienes hacen periodismo no es poca en tal contexto.
     Es fácil ver el papel determinante de los políticos y gobernantes en la vida de un pueblo, al igual que el de sus empresarios y banqueros como tenedores del poder económico y financiero, pero es al igual importante observar el papel de sus comunicadores; México, por ejemplo, no sería lo que hoy es para bien o para mal, sin la televisión, sin ese monopolio de la comunicación en el país. Si se quiere entender al México contemporáneo, se tendría que comprender el papel del televisa en su historia; así, si se quiere entender la historia de Sayula como municipio habría que entender la historia de sus semanarios locales
   ¿Quién a monopolizado la verdad pública los últimos 30, 40 0 48 años en el municipio? ¿Qué opinión se ha impuesto desde los medios a los sayulenses y cómo esta ha repercutido en la dirección tomada por el municipio? ¿Qué opiniones impresas han influenciado más en la política local y quién y bajo qué criterios las ha emitido? Son estas las preguntas que uno se debe hacer al investigar el por qué y el para qué de lo que hoy pasa en Sayula y afecta a las mayorías en este municipio.
    La democracia moderna tiene tres actores concretos: los políticos, la sociedad civil y los comunicadores; el escenario donde estos actores se enfrentan para crear la realidad social desde la perspectiva democrática es lo público, allí son fuerzas que se auto regulan, se contraponen y condicionan, todas con su responsabilidad y derecho sobre el futuro de una comunidad. El deterioro, la ineptitud y la corrupción del sector político es el más sencillo de ver, porque los otros dos actores lo exhiben a la mínima oportunidad; sin embargo, en el caso de estos últimos, las responsabilidades se vuelven mas difusas y se enfoca la atención en sus derechos, olvidando gravemente que estos tienen obligaciones que no cumplen por negligencia o comodidad.
   Ciertamente el poder formal en manos de los actores políticos, quienes se encuentran al frente de las instituciones que regulan la sociedad, les da una ventaja sobre la sociedad civil y los medios, cooptando a alguno o ambos, anulando cualquier posibilidad de democracia; pero, también es el caso de la abierta complicidad de alguna de las partes mencionadas con el poder político, en cuyo caso no solo ya no hay un ejercicio pleno de la democracia, sino que tal se trasmuta en dictadura. Así pues, en tal caso, la sociedad civil o los medios, incluso los dos, si traicionan su papel de contra parte del poder político, de reguladores de este, tenemos una sociedad con profundas desigualdades, un mínimo de oportunidades, una creciente dogmatización en detrimento de una educación, por ello niveles de vida bajísimos, un futuro cancelado para las nuevas generaciones y un estancamiento social frustrante y doloroso para las mayorías.
   Luego pues, el papel de los medios es determinante, no solo es el de entretener con información inocuo o superflua, sino el de formar una opinión publica entorno a temas de interés común, colocar al  alcance de las mayorías los temas a discutir, proporcionar información objetiva sobre estos y exponer los análisis de opinión sobre el tema de especialistas o analistas informados, para se que se de sobre un fundamento concreto la posición del ciudadano sobre los temas a los que la democracia le obliga se pronuncie.
   Sin un espacio público, no hay democracia. De ahí nuestra carencia, sin medios profesionales no podemos aspirar  una democracia de calidad. Por desgracia, no es poco el camino que nos queda para acceder a un medio local profesional en el rubro de la comunicación, pese a los esfuerzos individuales que si bien son admirables no son suficientes.
    Mi reconocimiento a los compañeros que han dejado una vida de esfuerzo y ejemplo en el periodismo local. Así también mi llamado a reconocer, al igual,  que hace falta un gran esfuerzo para dotar al municipio de un periodismo digno de esta noble ciudad y sus delegaciones.

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