domingo, 3 de abril de 2016

Santuario de Guadalupe en Sayula
Por Federico González Alfaro
El santuario de Guadalupe en Sayula, es una construcción, estilo barroco tardío, aunque algunos lo clasifican como neoclásico. Es un excelente ejemplo del arte novohispano. La cúpula, que se puede apreciar en la fotografía de Fernando Colín, describe un polígono octogonal, característico de las construcciones barrocas.
Este estilo característico, trata de imponer la teología católica a través de los sentidos, de la impresión y del manejo de un entorno cuidadosamente estudiado y seleccionado. Cada elemento constructivo, tiene un significado preciso, nada, en ningún templo barroco, fue puesto al azar.
El octágono de su cúpula, representan las (supuestas y nunca aplicadas) virtudes teologales en orden de importancia: La línea que va directo al altar, representa el temor de Dios, la línea en sentido opuesto a ésta, significa la gracia divina o el origen de todo lo divino en la tierra. Siguiendo la manecilla del reloj, la línea siguiente significa el entendimiento, seguida de la fortaleza, la piedad, la ya mencionada gracia divina, la sabiduría, el consejo, para terminar en la ciencia.
La nave del templo, está dispuesta en una cruz latina, claramente identificada en la fotografía, con dos brazos y un testero corto. Es decir, está dividida en tres tramos claramente identificables y dos pequeñas capillas a los costados, en su extremo oriente, que representan la base de la cruz latina. El espacio que dejaban las dos capillas laterales, que forman los brazos de la cruz, estaban destinados exclusivamente a los personajes más ricos y/o poderosos de Sayula, dejando el resto de la nave, al pueblo en general. Imposible que alguien ocupara esos espacios sin tener "los meritos necesarios". En España, sobre todo en Castilla, Extremadura y Andalucía, donde los "nobles" aún existen, ese espacio está reservado a ellos. Afortunadamente en Euskadi, la tierra de mis abuelos, ese lugar nunca ha de importancia. De eso hablare posteriormente.
La orientación del santuario, va de oriente a poniente, la ventana oriente que apunta al altar (línea de la gracia de Dios) y la ventana poniente (la línea del temor de Dios) de su cúpula octagonal y la puerta de ingreso principal, marcan una línea luminosa recta exacta al altar en el solsticio de verano.
La cúpula angosta de tambor, con sus ventanas estratégicamente colocadas, tienen el propósito, de dar una iluminación cuidadosamente estudiada al altar, tanto a la salida como a la puesta del sol.
Su duela de madera, la escasa altura de su bóveda respecto a otros templos, sirve para crear un efecto sonoro y un ambiente especialmente estudiado al recinto religioso. La sonorización que da la cúpula al fraile, produce un efecto de concha acústica al oficiante, que se ubicaba en los pulpitos situados en un plano superior, a los costados de la nave principal, actualmente en desuso, daban una profundidad sonora al oficiante, que puede ser modulada con la apertura o cierre de las puertas ubicadas en los costados de la nave, que de igual forma, sirven para hacer circular el aire al interior del templo.
Nada está dispuesto al azar, es una clara manifestación de la supremacía intelectual que tenían y tienen las órdenes sobre el clero secular.
La selección cuidadosa de las imágenes tampoco es casualidad, pero, ese tema se lo dejo a los religiosos católicos, no a su servidor. Los únicos aspectos que me interesan son el artístico y el histórico. El aspecto dogmático, se lo dejo a los que estén interesados en él.

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