lunes, 30 de mayo de 2016

Parroquia de la Inmaculada de Sayula

              Por Federico González Alfaro

Este templo fue toscano en un principio, terminando en una mezcla de tantos estilos estilísticos desde finales del s.XIX  hasta la primera mitad del XX, que resultó un híbrido próximo al neo-herreriano, al menos en su exterior. Debido a sus dimensiones y a la sismicidad natural de la zona (estamos sobre una falla tectónica activa llamada rift Colima), el templo ha sufrido a lo largo de su historia, serios problemas estructurales, siendo estos, algunas de las causas de sus constantes y variadas modificaciones.
De acuerdo a la inscripción bastante reciente en latín de su imafronte o fachada principal, es una basílica de San Juan de Letrán: "BASILICA LATERANENSE". Alabado sea Dios siempre: "LAUS DEU SEMPER". Desconozco si el templo original contaba también con semejante inscripción, lo importante es que hoy ahí está para bien o para mal.
San Juan de Letrán no es un santo, era el templo sede del Vaticano del s.IV a principios del s.XVI, fue conocido el templo como la "cabeza y madre de todas las iglesias de Roma y del mundo entero".

 (Fotografía: Fernando Colin)
Como vemos, CLARAMENTE EN LA INSCRIPCIÓN del imafronte DE ESTE TEMPLO, sus piedras, nos cuentan una muy interesante y nada tolerante historia. Los lectores que estén interesados en el tema, consulten la historia de los últimos papas de la Archibasílica de San Juan de Letrán y su filosofía. Sobre todo la de Alejandro VI, famoso inquilino de esa basílica. La actual sede del Vaticano, la basílica de San Pedro, fue edificada por Julio II, protector de grandes artistas del RENACIMIENTO como Miguel Angel, pero, también, enemigo número uno del papa Alejandro VI. Una época complicada, pero indispensable de conocer. Cabe señalar que la leyenda de este imafronte se inscribió en un México "moderno" e independiente, es bastante reciente y NO pertenece al templo original, haciendo aun más interesante su consulta para tratar de entender la razón de ser de semejante leyenda. Podrán algunos tratar de justificar semejante rotulo diciendo que San Juan de Letrán, es la iglesia del obispo de Roma (el papa), pero olvidan que el Vaticano es la sede de su iglesia, YA NO San Juan de Letrán, esta tiene menor jerarquía e importancia que la basílica de San Pedro. Pero gracias por recordarnos permanentemente la historia. El actual templo de San Juan de Letrán, nada tiene que ver con el original, fue radicalmente modificado en el siglo XVII, tratando, de esa forma de borrar su triste y cruel memoria.
La bóveda actual, fue exitosamente  sustituida, reconstruida y reforzada por el maestro Jesús Ramos a mediados del siglo XX por los mismos problemas arriba mencionados. En la fotografía de 1908, se aprecia que la bóveda, contaba con importantes elementos que carece hoy en día. En el templo, se pueden apreciar los refuerzos originales, llamados contrafuertes, y otros refuerzos de fechas posteriores, tanto de la torre principal como de su nave, los últimos fechados en 1902.
Los contrafuertes (refuerzos laterales) de la torre principal y la torre misma, claramente se aprecian como los más recientes. Los contrafuertes son de concreto reforzado y recubiertos con sillares de cantera rosada (bloques de cantera cortados en forma de ladrillos), recortados con herramientas mecánicas,  no tallados a mano pero bien logrados, sin embargo, no se confundan, no son elementos originales del templo.
En la fotografía, de 1908 del templo parroquial, claramente se aprecia que la torre remataba en unos chapiteles o agujas, como la catedral de Guadalajara. Derribadas por fallas estructurales ocasionadas por un temblor en el s.XX.
Por las dimensiones de este templo, desde sus inicios fue colosal, Fray Pedro de Basalenque así se refería a templos de similares dimensiones en la Nueva España: "un templo desproporcionado respecto a la indigencia indígena". Su altura varía entre los 12 y los 18 metros de altura, contando su torre. Sus muros originales alcanzan un espesor de 2 metros de piedra.
La iglesia cuenta con una sola nave y excede, desde mi punto de vista, la proporción que debían de guardar  todos los templos hispanos y novohispanos, según las ordenanzas reales. La longitud de la nave respecto a su ancho, debía tener una relación de 1 a 5, es decir, si el ancho del templo mide 10 metros, su longitud total no puede exceder los 50 metros.
Fin de la primera parte, la historia es dura en ocasiones, pero es muy necesario conocerla.

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