lunes, 31 de julio de 2017

LA POLITICA DESDE GAYOLA

Por Rodrigo Sànchez Sosa

La ciencia, el Psicoanálisis, el siglo XXI  y el Frente Cívico Sayula.
"Los hombres encarnaban la función del padre (en la sociedad). Pero esa función no opera de la misma manera con la ciencia que sin la ciencia. Con el régimen de certeza de la ciencia, la noción de autoridad paterna queda desplazada".  -Éric Laurent, Psicoanalista.
Buscando una lógica al actual movimiento socio político en el municipio de Sayula, nos encontramos con este psicoanalista que diserta sobre el principio de autoridad en una entrevista. Las características del movimiento, primero del "Gasolinazo" y luego "Anti cañones", convergen en una particularidad, sus líderes. Con personalidades muy interesantes, con lo cual no quiero decir en ningún momento que no sean normales, sólo digo que pueden caracterizarse fuera de la media; los lideres al frente del movimiento como tras este, parasen sufrir de la falta de, la necesidad de la seguridad del principio de autoridad, orden y moral, del siglo pasado. Algo, por lo que explica Laurent, ya perdido, pero no olvidado hoy: "Estamos en una época posterior a la caída del principio de autoridad que se resume en una destitución del padre, las figuras clásicas, la autoridad. ¿Y qué queda en un mundo sin referencias? Bueno, el hecho de que todos estamos un poco locos. Y que es necesario inspirarse, también, en el esfuerzo que hacen las personas designadas o estigmatizadas como tales. A los locos, por no poder utilizar los instrumentos estándar, no les queda más remedio que inventarse creencias, delirios, instrumentos particulares, o a medida; no creencias comunes pero sí algo que les permita sostenerse en la vida. Lo que queda después de la caída de las grandes figuras, es inventarse creencias que permitan sostener el lazo social..."  Esta necesidad del principio de autoridad en un mundo donde el aval moral de la autoridad ya no existe, nos abruma; vivimos en un país corrupto, el más corrupto del mundo, por lo tanto es atendible este vivir en so sobra, angustiados en ausencia de una autoridad que se justifique en sí misma. Esta relativización que experimentamos hoy, de todo lo que impone socialmente reglas y leyes, provoca pues, una alteración de las consciencias individuales y de la reacción de la masa, del pueblo, como gusta llamársele. Es pues una falta de, y un esfuerzo por volver a imponer el principio de autoridad, pero:  "...no apoyándose en los discursos comunes pero transformándolos, como para inventarse ciertos sistemas, sin creer por eso que vaya a surgir una figura de autoridad que pueda rearmar la historia, no; un lazo social pero sin este viejo sentimiento de la existencia común...Es el lazo social de la multitud, que no se articula en un relato, una ideología global, pero que constata que el lazo social está fragmentado, y que esa fragmentación no es vivida, digamos así, como una tragedia." Se sabe en el fondo, en las particularidades que no será posible substituir una autoridad sin prestigio por otra con prestigio, sencillamente porque hoy el concepto de autoridad implica el desprestigio; así pues, a su vez, se saben los movimientos como este, fragmentados: todas las opiniones cuentan, y en este tenor, no se crea una homogeneidad tal que las organice, y así, antes de cualquier otra cosa, surgen las divisiones y el actuar de sus miembros sin el consenso de la mayoría, casi a título personal o de subgrupo. De ahí que no se proponga nada, de ahí que no sea posible apelar a la ciencia, pues su ilusión es apelar al principio de autoridad que no necesita a la ciencia para justificarse; pero todo es paradoja, es una nostalgia de la autoridad, y hasta del autoritarismo, que sin embargo es ejercida por gente que se organiza en la lógica contemporánea del fin de ese mismo paradigma, y termina inventando mitos y  meta relatos. Se hace guiar, también, provisionalmente por aquellos que perdiendo, previamente, su capacidad de ordenar la realidad eficientemente, recurren a delirios a medida para explicarse su existencia y la del mundo. Aquí se apareja la realidad particular con la realidad común, una ausencia de  formas estándar fundamentadas en el revesado principio de autoridad, para ordenar la sociedad y la  vida particular, dentro de lo que fuera el eficiente patriarcado que ha colapsado como sistema integrador de lo social: "Es una época extraña. La tragedia hace parte del cuadro común de la existencia, pero de una manera muy distinta a lo que fueron las grandes catástrofes del siglo XX. Este es un mundo militarizado. Y lo que caracteriza nuestro tiempo es haber salido de la ilusión de la historia cuando cayó el muro de Berlín, en 1989. Se pensó que después del enfrentamiento de los bloques (USA y la URSS) se iba a producir una reunificación de la humanidad, como sucedió en la propia Alemania. Y sería el final glorioso de la historia pensado por Francis Fukuyama. Pero no, sucedió justo al revés. No estamos en el choque de las civilizaciones, como pensaba Samuel Huntington, pero sí entre catástrofes, guerras locales que se difunden, alteración de los derechos públicos… a su manera, en todos los países. Es esta crisis permanente  la que teje nuestra existencia."
Ahora bien, las instituciones sociales del pasado que representaban este principio de autoridad patriarcal, muchas veces antagónicas entre ellas, surgen en este movimiento social y político en nuestro municipio, como soporte e ilusión de aval moral, aunque estén cuestionadas cada una por su lado, por ser parte de ese principio de autoridad decadente. La iglesia, el magisterio (ciertos sectores), por citar sólo a dos de ellos, los más conocidos, han sido cuestionados por sus excesos y corrupción, pero no se puede prescindir de ellos sin quedarse sin la justificación principal: el principio de autoridad del siglo pasado: " …la gente se inventa soluciones a medida. Pero, de todas maneras, eso no ha hecho desaparecer los aparatos higiénicos, los discursos generales sobre las "malas costumbres" o el sanitarismo autoritario."
El movimiento político social sayulense, hace eco de mentes particulares que exhiben una clara disociación del ego, personas que sufre para resistir sus propias pulsiones: "…cada vez más y más gente tiene que inventarse soluciones a medida para resistir a la pulsión de muerte, al goce invasor, a la relación adictiva que se tiene con los objetos de goce. Porque casi todo puede transformarse en un objeto de goce. Las viejas autoridades podían atemperar esa adicción, pero no funcionan más. Uno puede volverse adicto al dinero, el tabaco, la droga, el sexo, todo puede tomar el matiz de una adicción." Estos líderes buscan la vuelta de la autoridad de forma irracional, más que otra cosa, por su dolor interno particular, porque el principio de autoridad los libraba de sus propias tendencias oscuras; la ausencia del padre, real o metafórica, explica en parte estas personalidades: "Si la Autoridad y sus reglas se restringen o desparecen, queda en manos del individuo su propia felicidad." Esto asusta, es demasiada responsabilidad, ya no es Dios, ni la logia o el gobierno quien está obligado a darme o proporcionarme los medios para ser feliz, es mi total responsabilidad. Entonces debo desesperadamente buscar que se restituya el principio de autoridad, salvándolo del desprestigio y lodazal en que se encuentra y en ello todo se vale, incluso mentir, porque es una situación desesperada. Si embargo, y ese es el problema, el mundo ha cambiado; en esta etapa, tendremos que valernos por nosotros mismos, y esas opiniones independientes que desafían a la ciencia y otros criterios de verdad en nombre de la sinrazón en el cuento de "todos tenemos derecho a opinar", como si la cuestión de la calidad de las opiniones y la responsabilidad al emitirlas fuera cosa sin importancia; deben enfrentar finalmente, y en la paradoja del caso, el desafío de negarse así misma en nombre de su fantasma:  El Principio de Autoridad que a la vez las justifica y descarta. ¡Bienvenidos al siglo XXI!
(https://redpsicoanalitica.com/2017/07/08/la-ciencia-es-hoy-el-principio-de-autoridad/)

No hay comentarios:

Publicar un comentario