martes, 25 de diciembre de 2018

   El  FRACASO DEL MANDO UNICO DE LA POLICIA

Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Primero fue a nivel federal en el sexenio de Calderón y después en Jalisco en el recién concluido mandato de Aristóteles Sandoval, cuando se consideró el Mando Único de la Policía, como la panacea para combatir la inseguridad pública.
Sin embargo, los resultados hablan por sí mismos: el sexenio de Calderón fue en el que más creció la inseguridad y violencia a nivel federal, mientras que en Jalisco este problema social también tuvo un incremento considerable.
Desde que a nivel federal se empezó a gestar el Mando Único Policial, muchas voces críticas se opusieron argumentando la inviabilidad en muchos sentidos. Para estos opositores, este modelo policiaco representaba un retroceso. Afortunadamente el tiempo no le ajustó a Calderón y no fue posible concretizarlo de manera general en el país.
En Jalisco, Aristóteles Sandoval impulsó el Mando Único desde el inicio de su sexenio como uno de sus principales proyectos, obligando a los municipios a que participaran en ese modelo policiaco, pero no solo con la firma de un convenio, sino que además también costeando parte de la nómina de esa nueva corporación estatal.
La forma en que se hizo lo anterior, fue obligando a los municipios a que aportaran un determinado número de policías, los cuales se incorporaban al Mando Único pero su salario y prestaciones debían seguir siendo pagados por los mismos Ayuntamientos.
Es decir, para los municipios les representó una doble carga, primero, porque tenían que seguir pagando a los policías que se incorporaban al Mando Único; y, segundo, porque para cubrir las vacantes que dejaban esos policías en los municipios, era necesario hacer una nueva contratación con cargo, desde luego, a los Ayuntamientos.
Y si lo anterior era poco, resulta que en la práctica ningún beneficio directo recibían los municipios con el Mando Único, porque solo se instalaron en sedes regionales, por lo que las eventualidades apremiantes, urgentes y que requerían de atención inmediata, debían ser atendidas por la propia policía municipal.
Aunado a lo anterior, nunca existió una coordinación entre ese Mando Único y las policías municipales, como para que se viera un esfuerzo conjunto.
Y además, muchos municipios, principalmente los emanados de Movimiento Ciudadano, rechazaron participar y formar parte de esta corporación policiaca estatal.
Por todo lo anterior, lo más seguro era que fracasara rotundamente el Mando Único, tal y como a la postre sucedió.
Fue por ello que, ahora con el nuevo gobierno estatal encabezado por Enrique Alfaro, no extrañó que una de sus primeras acciones en materia de seguridad pública, haya sido precisamente el desmantelamiento total del Mando Único Policial, consumándose así el fracaso total de esta estrategia policiaca.
Vamos a esperar que las nuevas políticas en seguridad pública combatan con eficacia la inseguridad que desde hace muchos años padecemos. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com.  https://semanariohorizontes.com

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