Por Arturo Fernández Ramírez
Lo que parecía que solo duraría unos días, los primeros del año, como solía suceder en otras ocasiones, ahora no fue así, ya que pasamos mediados de enero y continúa el desabasto del combustible necesario para trasladarnos en los automotores.
Lo más preocupante es que no se ven signos de que pronto se resuelva esta problemática, menos cuando se ha pretendido politizar y como siempre pasa, algunos grupos o personajes políticos intentan sacar un provecho político a su favor.
El gobierno federal debe saber manejar muy bien la situación para que no se desborde a otros niveles, ya que empieza a ver desesperación en la sociedad y esto no es conveniente.
Ciertamente existe una encuesta a nivel nacional en la que se refleja que por abrumadora mayoría del 77%, la población respalda las acciones del gobierno federal en contra del robo del combustible que durante décadas se venía dando en PEMEX.
Y ese respaldo del 77% se da sin importar los problemas que está causando el desabasto de la gasolina, es decir, ese sector de la población prefiere seguir sufriendo las consecuencias de la falta del combustible con tal de que sí se combata a fondo el famoso huachicol.
Indudablemente que este alto porcentaje permite al gobierno federal continuar firme en la lucha contra este lastre de la corrupción de la paraestatal que durante décadas ha sostenido la economía nacional al representar más del 40% del PIB, muy a pesar del gran saqueo del que ha sido objeto.
Sin embargo, como lo expresé con antelación, el gobierno federal debe saber manejar el descontento y los efectos negativos del desabasto del combustible porque puede desbordarse a otros niveles que a nadie convendrían, es decir, no se debe actuar con ingenuidad aunque el origen del desabasto sea consecuencia de poner fin al saqueo de PEMEX.
Todos estamos de acuerdo en que se combata la corrupción y que se haga a fondo, como parece ser lo está haciendo López Obrador, es aplaudible y tiene que apoyarse, pero también lo deseable es que se llegue hasta sus últimas consecuencias metiendo a la cárcel a los que por años han perpetrado este robo descarado a la nación.
Dicho en otras palabras, aquí no debe aplicar ni el perdón ni el olvido, se debe sancionar a los responsables, para que sirva de ejemplo. Ojala que así lo haga el gobierno federal, porque esto no sería venganza, simplemente justicia en un estado de derecho. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com https:/semanariohorizontes.com
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