miércoles, 13 de febrero de 2019

    ¿NECESARIA UNA NUEVA CONSTITUCION?

Por Arturo Fernández Ramírez
A propósito del 102 aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, celebrado el pasado 5 de febrero, se vuelve a hacer el planteamiento si México necesita una nueva Carta Magna o la misma sigue siendo útil.
Quienes están a favor de una nueva Constitución, sostienen que las condiciones actuales de México son totalmente distintas a las de 1917, incluyendo el modelo económico, político y social,  por lo que sí se requiere que se actualice nuestro marco jurídico, además, que a diferencia de las Constituciones de 1824 y 1857, la de 1917 ya rebasó los 100 años de vida, mientras que las dos primeras, su vigencia fue de 3 y 6 décadas únicamente.
Por otro lado, quienes afirman que no es necesaria una nueva Constitución, ponen como ejemplo la Carta Magna de Estados Unidos de Norteamérica, la cual tiene vigencia desde el año 1787, es decir, tiene más de dos siglos y con la misma se gobierna al país considerado como la primer potencia mundial.
Entonces, se sostiene, para ser un país de primer mundo o dejar de ser una nación subdesarrollada, la solución no la encontraremos en la promulgación constante de nuevas Constituciones.
Así mismo, se afirma, que aunque se diga que nuestra Constitución es de 1917, la realidad es que su texto no es el mismo de esa fecha, ya que tiene 136 artículos, pero ha tenido más de 500 reformas, por lo que en realidad nuestra Carta Magna no está obsoleta, ya que se ha actualizado cada vez que se ha considerado necesario.
En términos generales esas son las posturas que asumen quienes quieren justificar la necesidad de una nueva Constitución y de quienes, por el contrario, afirman que no se necesita una nueva Carta Magna.
De mi parte, considero que si bien es cierto un marco jurídico claro y actualizado contribuye al desarrollo de un país, no menos deja de ser cierto, que lo más importante es que se respete la ley, porque de nada sirve tener una bonita Constitución si los mismos gobernantes la violan y pisotean.
Y es que, eso es precisamente lo que ha pasado en México, cuando se promulgó la Constitución de 1917, fue reconocida como una de las mejores y más avanzadas del mundo, sin embargo, nuestro país no ha logrado el desarrollo de una potencia o país con un progreso sostenido en el que nuestra población tenga una buena calidad de vida, por el contrario, existen más millones de mexicanos en la pobreza extrema de los que había precisamente en 1917.
De hecho, si antes había una clase social media y media alta, ahora han desaparecido para engrosar a la clase social baja. Y si en 1917 la riqueza del país estaba en 800 familias, ahora lo están si acaso en 300 familias.
Por eso, el debate debe centrarse no en si se necesita una nueva Constitución o no, sino en garantizar la manera de que se respete y fortalezca el estado de derecho, porque solo así podremos consolidar a nuestras instituciones y acabar con la corrupción y la impunidad que tanto daño han causado a México. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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