martes, 2 de junio de 2020

La producción precolombina de sal en el
 occidente de México y la laguna de Sayula
Por Rodrigo Sànchez Sosa/Cronista de Sayula

Los lugares que pagaban tributo sin ser productores de saI durante la colonia, se sabe de dónde se proveían de saI. La mayoría de los pueblos ubicados en la sierra que forma la frontera noroccidental de Jalisco con Zacatecas se proveían en Zacatecas (entre otras partes, en las famosas salinas deI Peñón Blanco). Como se dijo anteriormente, estas salinas tuvieron su mayor explotación durante la Colonia, por su gran riqueza y su proximidad a las minas de Zacatecas, San Luis Potosí y
Guanajuato. Todavía no se han evidenciado sitios prehispánicos de producción de saI en esta región, pero se sabe que existen muchas cuencas cerradas donde afloran las sales, fenómeno favorecido por el clima semiárido de la región. Por lo tanto, es muy probable que hubiera un aprovechamiento de los recursos aun con la simple recolección de los afloramientos de saI. Para los lugares productores de saI, el punto interesante es la gran variedad de escalas de producción. Para ciertas zonas se precisa que producen gran cantidad de saI, y eso les permite proveer a otras partes. Es el caso de la zona de Sayula, y de la zona costera de los estados actuales de Nayarit y Colima. En cambio para otros lugares, se dice que la producen de manera muy difícil y sacan poca cantidad, así se da una descripción de coma se hace la saI en el puebla de Tlatilca junto a Coalcomán: Ellos hacían sal en pequeñas cantidades y con alguna dificultad irrigando primero la playa con vasijas conteniendo agua de mar. Después de dos o tres irrigaciones, amontonaban en pilas esta arena irrigada. Hecho el asiento, tomaban vasijas (ollas o tinajas) y ponían una arriba de otra. La olla de arriba tiene algunos pequeiios agujeros en su base como las aberturas de las flautas sobre las cuales son colocados unos tendidos de paja. Dentro de la olla de arriba ponían entonces dicha arena impregnada de agua hasta que se hacía mas pequeñita que la mitad de ella y ellos la giran hasta expeler el agua de mar, esta agua se vierte dentro de la olla de abajo; y esta agua filtrada sale muy saludable y es sacada de sus vasijas, la cual ellos toman para hervir en sus casas, poniéndola en el fuego hasta que es hervida y convertida en saI. Este es el arte y manera de hacer saI, la cual ellos tienen en sus pueblos y en aquellos de Motin, Maroata, Pasmori y Cachan, porque ellos no tienen salinas naturales tales como hay en otros lugares. Otro ejemplo es el de Iztayutla, tierra adentro en el actual estado de Guerrero: "dijeron (los de Tetela del Rio) que en un estanque pequeño llamado Estayutla hay un ojo de agua del que hacen alguna poca de saI, que no suficiente para el sustento deI pueblo y se proveen de saI de Cucamala y Alaustlan" (Paso y Troncoso).
Estos ejemplos permiten introducir observaciones a propósito de la variedad de los recursos y técnicas utilizados. Por un lado, parece que se estaban explotando de manera importante las lagunas y los esteros costeros generalizándose el trabajoso proceso de filtración de los suelos arenosos. Luego, para los lugares de tierra adentro los recursos que se utilizaban eran básicamente de dos tipos: el agua salada que proviene de manantiales termales, y los suelos salinos que se desarrollan en los puntos bajos de las cuencas cerradas. Se necesitaría más espacio para hablar de las diferentes técnicas que se inventaron para extraer las sales en diferentes ambientes: desde la simple recolección de los afloramientos de saI, hasta procesos complejos de filtración, decantación y evaporación. Lo que se puede destacar aquí es la diversidad de técnicas en relación con las necesidad, partiendo de los que buscan saI "a toda costa" para su propio sustento, hasta llegar a los que desarrollaron una verdadera "industria" con redes de intercambio y talleres organizados.
Al parecer las cuencas del sur de Jalisco (Zacoalco, San Marcos y Sayula) fueron un gran lugar de abastecimiento para los alrededores meridionales, occidentales y hacia la región tarasca. En la Relación de Zapotlán se dice: "en este pueblo no hay salinas; proveense de saI de Atoyaque y Zayula, que son pueblos de la provincia de Avalos que están a cuatro y cinco leguas desde este pueblo". En la Relación de Xiquilpan, dice: "en este pueblo no hay salinas; proveense de saI los naturales, de la que traen de Colima, que es esta a veinte leguas desde dicho pueblo, y de la provincia que se dice de Avalos, a quince leguas". Los factores que influyeron en estas cuencas, en un "desarrollo industrial" de la extracción de saI fueron: su riqueza relativa en sales, su proximidad a la zona oriental de la región tarasca, y su ubicación en un corredor natural para llegar hacia la costa. Sin embargo, el mercado de la saI fue compartido en esta amplia región con los lugares costeros de Colima (la "Provincia de los Motines", alrededor de Coalcoman). En la Relación de Zapotlan se dice: "En este pueblo no hay salinas; proveense de saI de la provincia de Colima, comarcana a este pueblo" (Acuiia 1988: 389). Por otra parte, en la Relación de Tingüindin se lee lo siguiente: "dicen que la saI se provee de la provincia de Colima y de otras partes, de veinte y treinta leguas de este pueblo". Para las regiones de Zacoalco/Sayula (Provincia de Ávalos), y de Los Motines, las fuentes hacen referencia a un eventual control de los tarascos en la producción de saI. En la Relación de Xiquilpan dice: los indios de este pueblo antiguamente, tenían guerra con los indios de la provincia de Avalos y otros pueblos, los cuales se gobernaban por un capitán que Cazoncin les enviaba de Patzcuaro, y otras veces, salía con ellos el dicho Noxtli. En este pueblo no hay salinas; proveense de sal los naturales, de la que traen de Colima, que es a veinte leguas desde dicho pueblo, y de la provincia que se dice de Ávalos, que serán quince leguas.
Hablando de la Provincia de los Motines el historiador Carl Sauer precisa dice: "Parece que el área de Coalcomân estaba regida por los tarascos [...] desparramaron influencias culturales de Michoacán en la costa, a través de Coalcoman, al tiempo de la Conquista (posiblemente para el propósito de asegurar saI". La discusión del supuesto control de los tarascos sobre la producción de saI en las cuencas deI sur de Jalisco y en la costa de Colima no esta deI todo resuelta, en realidad faltan aún muchos datos por comprobar. En la cuenca de Sayula se ha podido evidenciar una presencia tarasca, sin embargo debido al corto lapso de su estadía resulta difícil relacionar esta presencia con cambios significativos en los sitios arqueológicos de producción de saI. Lo que se puede afirmar con certeza, es que los tarascos vinieron a buscar saI en estas regiones, porque carecían de este producto vital en la parte oriental de su territorio, además que deseaban ejercer control sobre toda la circulación de bienes y recursos de importancia económica. Para la zona central y nororiental de la región tarasca, se hace referencia a dos lugares de producción, pero no se tiene mayor información al respecto. Para Puruándiro se dice: "dan cada veinte días quince almudes de saI,  tienen una laguna [...] y hacen saI de ella" (Paso y Troncoso).
En la parte noroccidental de Michoacán (que se podría llamar "micro regional"), se subrayan las fuentes de los alrededores de la cuenca de Cuitzeo. En efecto en la Relación de Cuiseo de la Laguna se dice : "en cuanto al capítulo treinta: se proveen estos naturales de saI deI pueblo de Chucandiro, que es a cuatro leguas de este pueblo, y así mismo, se proveen deI pueblo de Araro, que esta a otras cuatro leguas. Y esta sales traen en cantidad a trocar por el pescado que toman en su laguna" , y en la Relación de Acámbaro dice: "la saI que han menester la compran de un pueblo llamado Araro, que es a dos leguas de esta dicha cabecera". En la parte sur deI actual estado de Michoacán, existen lugares que tienen también cierta importancia regional; en la Relación de Ajuchitlim se explica: hay unas salinas en el término de Cuzarnala, y hacen la sal de esta manera: tienen un pozo, de donde sacan el agua y cavan la tierra por sus laderas y rieganla con aquella agua, muy regada, y dejanla después secar. Y, desde que esta se seca, tornanla a mojar muy bien y echanla en unos cestos que hacen, con punta abajo, a manera de nasas, y por alli destila toda el agua. Y ponen a cocer aquella agua que destila, hasta que se cuaja y hace saI. Es poca la que se hace, aunque para la comarca basta. Para Texcatitlán, en esta misma región, nada más se dice que "tienen salinas" (Paso y Troncoso). 
Con estos antecedentes se puede ahora tratar en detalle sobre la problemática de la saI en la cuenca de Sayula. Para comenzar se debe afirmar que los trabajos arqueológicos realizados en la región parecen confirmar la importancia regional de su producción, así como de su activa participación en el mercado de la parte central del Occidente de México.
Como se hacía la sal en el Sayula prehispánico:
En la temporada seca, cuando la superficie de los suelos se enriquece con el afloramiento de sales, se cosecha el tequesquite (salitre) sobre los primeros 5 cm del suelo donde hay una mezcla de sedimento con sales. 2- El salitre se amontona para dejarlo secar antes de ser lavado o limpiado en un filtro llamado localmente tapanco (aunque en otras regiones salineras lo llaman tlapechtli). Este filtro esta sostenido por horquetas de troncos de madera; se compone de una base rectangular de palos, en la que se colocan carrizos, zacate y arena. 3- Los artesanos echan sobre el filtro varias capas de un sedimento compactado que llaman "lodo" (arcilla mojada), luego ponen cierta cantidad de salitre y lo lavan con agua. 4- Recuperan el agua salada debajo deI filtro en un estanque llamado "taza". 5- Del estanque, el agua es transportada hacia las eras (grandes tinas de evaporación) para que se evapore el agua y se cristalice la saI.
En las fuentes no se mencionan evidencias de evaporación solar en esta región, siempre se hace referencia a la cocción de un líquido obtenido, sea por filtración o por decantación. No se presentan tampoco descripciones de los filtros. Sin embargo, siempre hay la necesidad de una filtración, un lavado, o una decantación de los sedimentos salinos, ya que el agua de la cuenca (tanto de la laguna, como deI acuífero) no está lo suficientemente cargada de minerales como para poder obtener saI sólo a partir de ese liquido. (fuente: "Las cuencas del occidente de México" de Eduardo Williams y Phil C. Weigand)

No hay comentarios:

Publicar un comentario