martes, 23 de junio de 2020

            Política y salud pública.
Por Rodrigo Sánchez Sosa
Ante la falta de información en Sayula por parte de la autoridad local sobre el COVID 19, no permitimos reproducir esta entrevista al López Gatell alemán,  Hendrik Streeck director del Instituto de Virología de la Universidad de Bonn, hecha por un medio argentino.
-¿Qué cosas se saben ahora (en Alemania) acerca del virus que se desconocían al principio y qué cosas siguen siendo una incógnita?
- Lo que sabemos de los estudios que realizamos en Alemania es que hay una tasa más alta de individuos infectados sin ningún síntoma, que no saben que se contagiaron. En la ciudad de Gangelt descubrimos que una de cada cinco infecciones son asintomáticas, pero hay reportes de otras ciudades que hablan de un 43% y en Australia hubo un crucero en el que el 80% no tenía síntomas. Este es un factor muy importante, porque se relaciona con cómo se propagó el contagio sin que nos diéramos cuenta. En nuestro estudio de seroprevalencia (que mide el desarrollo de anticuerpos ante un virus) encontramos que el 15% de la población había estado infectada. Antes de eso, se creía que sólo alrededor del 3% se había contagiado. Es importante notar que en Gangelt hubo un evento de superpropagación, relacionado a las festividades de carnaval. Se infectó el 40% de los que participaron, aunque no todosse les hizo la prueba, porque en ese momento no se tenía la capacidad de hacerlo. Al saber cuántas personas contrajeron el virus en este pueblo de 12.000 habitantes pudimos inferir, por primera vez en Alemania, la tasa de letalidad de la infección, es decir, cuántas de las personas infectadas mueren. Podría variar dependiendo del pueblo, de la demografía, de la dosis de infección que contraen los individuos, pero para ese municipio en particular encontramos que era de 0,37 por ciento.
- En las últimas semanas, varios virólogos italianos afirmaron que el virus se está debilitando ¿Es esto posible? ¿Han detectado algo similar en Alemania?
- Claro que es posible que el virus mute y se vuelva menos virulento. Sin embargo, no he visto datos ni investigaciones científicas que demuestren eso. Lo que sí estamos viendo, aunque aún no tenemos datos, es un incremento en los casos asintomáticos. Especulando, esto podría relacionarse con el curso de la infección. Como la gente respeta el distanciamiento social, toma medidas de higiene y usa cubre bocas, cuando se contagia, recibe solo unas pocas partículas del virus, y esto puede llevar a un curso asintomático. 
- Usted recién nos cuenta que en Gangelt hubo un evento de superpropagación ¿Individuos superpropagadores? ¿Cómo ocurre esto? 
- No sabemos por qué un individuo puede ser un superpropagador, pero se estima que el 10% de los infectados puede haber desencadenado el 80% de los contagios. El efecto de los focos infecciosos parece ser muy alto en este virus. De los brotes que tuvimos, al menos en Europa, aunque también hubo casos en América del Norte y del Sur, se puede ver que siempre se remontan a eventos singulares. Tenemos el bar en el centro de esquí de Ischgl (en Austria), un club nocturno en Berlín, el carnaval en nuestra área, y en Bérgamo (Italia) hubo un partido de fútbol en el que uno o unos pocos superpropagadores difundieron el virus. No es que pasa de una persona, a otra persona, a otra persona de manera pareja, de modo que un individuo contagia a tres. Si fuera así, veríamos un incremento constante y no es lo que sucede. Pero qué hace que un individuo sea un superpropagador no lo sabemos.
- En su estudio encontró que la probabilidad de infección dentro del hogar está alrededor del 15%.  Muchas personas creen que es posible infectarse a través de objetos, de la ropa o del aire. ¿Cómo es realmente?
-  Por un lado, hemos visto una tasa de contagio del 15% en los hogares, algo común a otras infecciones respiratorias, como influenza o SARS, en las que también se ve una tasa de contagio del 15 por ciento. Es diferente a lo que pasa con otras infecciones que se contagian por contacto estrecho, como el rotavirus (que causa diarrea) o el norovirus (que causa gastroenteritis), que cuando hay una persona infectada en la casa, se contagian todas las demás normalmente. Así que el 15% no es tan poco común. Pero hay que ver el tamaño del hogar. Puede ser diferente en México, dependiendo de cómo vive la gente y cómo interactúan las familias, lo cual puede cambiar las formas de contagio. Lo que vimos en Alemania es que en un hogar de dos personas, si una se infecta, la probabilidad de que la otra se contagie es del 43 por ciento (la suma del 15% de probabilidad base para todos los habitantes más un 28% propio del contagio secundario en el hogar). Pero para hogares de tres o cuatro personas la proporción desciende a 18 por ciento (la suma del 15% base más un 3% adicional de riesgo de contagio intrafamiliar). En un hogar más grande es más fácil tomar distancia y que unos eviten a otros. 
- Se dice que Corea del Sur detectó pacientes que volvieron a dar positivo semanas después de haberse curado. ¿Desarrollan inmunidad las personas que vencen al Covid-19? Y si es así, ¿qué tipo de inmunidad es y cuánto dura?
- La respuesta corta es que no sabemos. Solo entendemos al virus en la medida que lo vamos conociendo. Hemos podido estudiar la inmunidad apenas desde principios de año, así que no podemos decir nada para un período más largo. No obstante, conocemos otros coronavirus. Aquí en Alemania, y creo que pasa lo mismo en Argentina, hay cuatro coronavirus endémicos, que siempre reaparecen en invierno y en otoño, y que causan una enfermedad similar a la gripe. Tienen nombres como OC43 y NL63, que uno normalmente olvida y en los que no está interesado, pero provocan algunos de los típicos resfriados que se experimentan en el invierno. Sabemos que para esos virus es posible desarrollar inmunidad por unos dos años, quizás más, quizás menos, y es posible volver a infectarse. Pero la reinfección no es tan severa como la infección inicial. Aunque no sabemos cómo se va a comportar el SARS-CoV-2, podemos asumir que va a ser bastante parecido en términos de inmunidad por el tipo de virus que es. En el caso de personas que parecen haberse reinfectado en Corea del Sur puede deberse a las capacidades de testeo. El hisopado PCR depende de captar áreas infectadas en la garganta. Cuando la persona empieza a curarse, puede haber partes infectadas a las que no llega el hisopado. Al momento en que una persona queda curada de SARS-CoV-2 es posible encontrar un PCR positivo y también uno negativo. Pero dudo que en esos estudios a los que se refiere haya habido una reinfección. Es muy poco probable.
- ¿Qué opina de la inmunidad de rebaño? ¿Es posible que se relacione con el descenso de la tasa de contagio y de muerte? ¿Con qué porcentaje de la población infectada se alcanza?
- No creo que la inmunidad de rebaño desempeñe aún un rol en esta crisis, porque no tenemos un número tan alto de infectados. Puede que sí juegue un papel en Italia, donde esta semana fue publicado un reporte que afirma que el 59% de las personas en Bérgamo tiene anticuerpos contra el SARS-CoV-2, un porcentaje de seropositividad. A ese nivel la inmunidad de rebaño puede desempeñar un rol. Actualmente, creo que es nuestra única arma contra este virus, que se ha propagado en todas las capas sociales. Porque aunque haya una vacuna en algún punto, no sucederá demasiado pronto. Así que tener inmunidad en la población, aunque sea parcial, puede ayudar a proteger a los más vulnerables.
- ¿Cuán optimista es respecto de la posibilidad de que se desarrolle una vacuna exitosa que pueda suministrarse a toda la población mundial, no solo en un país rico como Alemania, sino también en Sudamérica? ¿Es realista pensar que eso es posible para fin de año o para el año que viene?
-Es muy difícil predecir si una vacuna va a funcionar o no. Yo me he dedicado a estudiar e investigar sobre el VIH y la hepatitis C, que son virus ARN para los que no hay vacuna. A lo largo de los años se crearon más de 500 constructos para esos virus y un puñado de ellos ha sido probado en humanos para ver si podían proteger contra una infección, y ninguno ha funcionado. Tenemos que esperar las pruebas para ver si es eficaz o no. En el peor escenario posible, tendremos una vacuna con una eficacia del 50%, de modo que solo una de cada dos personas estaría protegida. ¿Realmente queremos lanzar una vacuna así, y que la gente vacunada crea que está protegida cuando al final no lo está? ¿O queremos mejorarla y esperar más tiempo? Así que puede ser que a fin de año tengamos una vacuna, pero también puede ser que tome diez o 20 años. Nadie sabe.
-Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que es "muy inusual" que los infectados con Covid-19 que no presentan síntomas contagien -luego relativizó la declaración-. ¿Cree que es posible que los síntomas y la capacidad de contagio estén vinculados?
-Primero que nada creo que estas son muy buenas noticias, porque significa que será más fácil identificar a los individuos que podrían estar infectados. Si piensas en otros virus respiratorios, encuentras el mismo fenómeno. Por ejemplo, la influenza: hay contagio cuando hay síntomas. También sucede con el dengue. Sólo para algunas de las infecciones por contacto se dan contagios cuando aún no hay síntomas. Por ejemplo, el sarampión, que en la fase presintomática los individuos pueden propagar el virus. Entonces ahora, teniendo un porcentaje mayor de personas asintomáticas, pero sabiendo que quizás no hay que preocuparse por ellas porque no propagan el virus, es mucho más fácil concentrarse en las infecciones de los individuos con síntomas y eso nos da una oportunidad para controlar mejor la epidemia. (Fuente: Darío Mizrahi y Sofía Benavide, para INFOBAE, 15 de junio 2020)
1

No hay comentarios:

Publicar un comentario