martes, 21 de julio de 2020

El llamado Crimen de Sayula del
Siglo XIX, ¿Originó una injusticia?
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

El 27 de julio de 1893 a las 21:30 horas es asesinado en Sayula el rico terrateniente, esposo de la rica heredera sayulense, doña  Paula Gutiérrez; don José Bobadilla. Hace exactamente 127 años. Este caso tuvo una resonancia a nivel nacional, cuanta don Federico Munguía (QPD), por darse en tiempos del porfiriato que presumía del control del gobierno sobre los criminales y la aplicación positivista de la ley en los juicios (la paz porfirista), dado que este juicio contra sus presuntos perpetradores se alargó por más de dos años, terminando en pena de muerte para los acusados que, para el morbo popular, tuvo como añadido que el principal condenado por esta muerte fuese el hermano político de la víctima.
Los periódicos de la época consultados por esta investigación, revelan algo más; el juicio, a su parecer, no fue justo para los acusados. Si atendemos a libro de don Federico Munguía, sobre este asunto, nos cuenta cómo la más interesada en que el principal acusado fuera condenado a muerte, era la esposa del occiso es decir la hermana del acusado, una mujer poderosa en el estado con amistad cercana con el gobernador de ese entonces en Jalisco. El padre de ambos don José Gutiérrez , rogó, dice don Federico, a su hija por la vida de su hijo; pero está desoyó el pedido de misericordia para su hermano. Cuando este muere fusilado en una cárcel de la capital del estado, el padre envía un telegrama a forma de reproche a su hija, diciéndole, palabras más palabras menos "Hoy murió José, ya estarás satisfecha…" Claudia Gutiérrez, respondió a su padre en otro telegrama: "Hora si me puedo apellidar Gutiérrez" También cuenta el cronista emérito de Sayula  que en este asunto se ve involucrado en un primer momento el Lic Severiano Pérez Jiménez, abuelo de Juan Rulfo, quien ayuda a la esposa de Bobadilla a levantar el cuerpo de este, cuando se desploma en el umbral de  su propia casa sin vida luego de entrar desde la calle mal herido. El licenciado Pérez, le dice según don Federico a la en ese momento, viuda " ¿No creerás comadre que yo hice esto?", ella le responde: "No compadre, sé que no serías capaz…" Cuenta don Federico que tal conversación se da porque esa misma tarde, Severiano Pérez y José Bobadilla, habían tenido una discusión en la que habían salido a relucir las armas por un asunto de ganado. Ambos terratenientes ricos del municipio, en su competencia, tuvieron este altercado que no pasó a mayores. Ya en la noche, insinúa el autor de La Provincia de Ávalos,  don Severiano abuelo de Rulfo escucha los gritos de su comadre Paula Gutiérrez, siendo le primero en llegar a su casa para encontrarse con la escena de la muerte de Bobadilla. Don Federico explica en su libro sobre el caso que los problemas de herencia entre familia llevaron al asesinato de José Bobadilla. Siendo su esposa Paula heredera desde niña de una gran fortuna por parte de su madre, mientras cumplía la mayoría de edad su padre administró el enorme patrimonio de su hija, uno de los más grandes de la región, a la muerte de la madre y luego de casarse y tener otros hijos entre ellos el acusado de asesinar al marido de Paula. Cuando esta fue pretendida por José Bobadilla, hombre de mediana fortuna, al que seguramente consideró como un trepador social, hizo lo imposible para impedir su boda, ella había sido pretendía por el propio gobernador del estado  y el padre también se interpuso según esta versión, por la ambición de la fortuna de su hija, a que se consolidara también esta relación. Una vez que contra el deseo de su padre, ya mayor de edad Paula tomó posesión de su fortuna, quitó todo a su padre y aunque este intento legalmente quedarse con parte de esa herencia no lo logró, quedando endeudado y en conflicto con su propia hija; lo que según Munguía Cárdenas, desembocó en el asesinato del esposo por parte del hermanastro quien, junto con el padre planeó la muerte de Bobadilla usando a un mozo como brazo ejecutor. José Bobadilla fue apuñalado mortalmente en la puerta de su casa mientras se encontraba sentado en un equipal descansando. Muerte que Munguía dice pudo inspirar a Juan Rulfo el final de su novela Pedro Páramo, donde el protagonista muerte de la misma manera.
La casa de Paula Gutiérrez era una finca enorme que abarcaba lo que hoy es el hotel Gran Casa Sayula, junto con las fincas siguientes al poniente, incluido el edificio donde hoy está el banco y media cuadra de la calle Escobedo. La puerta principal pudo ser la misma donde hoy es la entrada principal del citado hotel sobre la calle Ávila Camacho, que entonces estaba casi frente a la puerta principal de mejor hotel de Sayula de ese siglo, el hotel "Pacifico"  que es hoy la puerta principal de la finca de la familia Díaz Sánchez y cuya extensión abarcaba las dos fincas de su lado poniente, la finca de la familia Flores y la familia Cueto; de acuerdo a periódicos de la época en la capital del estado que así  relatan el criminal hecho en Sayula; dice el periódico tapatío  "Continental" de Julio de 1893:
" …Gran sensación ha causado aquí el premeditado asesinato de don José Bobadilla  y que se verificó con todas las agravantes de premeditación, alevosía y ventaja. El asesino, según señas que de él se dieron, era un hombre bajo de cuerpo y vestía calzón blanco, frazada negra embrocada y sombrero de palma o soyate con un barboquejo de cinta negra que se desprendía de la parte exterior desde la copa; según parece hacia tres días que ese hombre frecuentaba esa calle y aprovechó el momento oportuna de encontrar a Bobadilla solo, sentado en un equipal en la puerta de su casa en el momento que no había policías  ni vecinos; después de darle tan certera puñalada en el corazón se retiró andando por media calle (rumbo al oriente) pasando por Frente del hotel del "Pacifico", dio vuelta al concluir la cuadra sobre su izquierda (López Cotilla) y continuó por esa callejuela, a paso veloz, sin correr, y al terminar esa calle volvió a dar vuelta a la izquierda (calle hoy Independencia), siguiendo por esa calle y al llegar al crucero (con hoy calle Escobedo) se perdió de vista sin saber á punto fijo si entró al portal de la cuadra siguiente (Portal Rayón) o si dio vuelta.
Se capturó a un hombre de señas parecidas, pero resultó no ser el asesino.
Por antecedentes bien conocidos en esta población, es la opinión general que el asesino pudo obrar por cuenta de la familia de don José Gutiérrez, padre de la que ahora es viuda de Bobadilla y se ha arrestado a José Gutiérrez hijo y a su mozo, por recaer presunciones de ser autores de este delito…se han mandado practicar registros sobre azoteas de calle por donde pasó le asesino y cateado escrupulosamente la casa de Gutiérrez y piesa (sic) y equipaje de mozo de José hijo, sin haber encontrado gran cosa que de luces…El corresponsal "
Un tercer involucrado en el asesinato, al parecer el autor material, es capturado en Guadalajara, luego de ubicarlo por un telegrama enviado desde la capital a Sayula para José Gutiérrez, donde le pedía supuestamente su pago por el asesinato, algo que no queda claro. El Continental, relata así su captura el 13 de agosto de 1893 :
"Importante aprehensión ha sido la que en esta capital se hizo, pocos días hace, habiendo sorprendido la policía en el mesón de la Correa a un individuo llamado Ambrosio Carbajal, de quien se tenía sospecha de ayarse implicado en el crimen verificado últimamente en Sayula. El mencionado Carbajal aprehendido aquí, fue remitido hace poco a Sayula, y en esa población ha hecho revelaciones importantes que pone de manifiesto la trama de un crimen que horripila…nuestros lectores tienen ya conocimiento del terrible asesinato verificado a últimas fechas en Sayula, por una mano alevosa en la persona del acaudalado propietario don José Bobadilla…el mencionado Carbajal ha aparecido convicto y confeso en tan nefasto crimen, habiendo sido empujado a cometer tal asesinato, nada menos que por el hermano político del víctima, D. José Gutiérrez…Con justicia la culta población de Sayula se encuentra conmovida por tal escandaloso caso. "
Llama la atención que se captura a estas personas por supuestos y presunciones, sin pruebas, no se encuentran elementos en el registro de casas y propiedades que sustenten las acusaciones a los primeros  inculpados, sin embargo son encarcelados, según la primera nota. Los periódicos de la capital siguen el juicio y comienzan a darse cuenta de inconsistencias, dice el periódico "Continental"  de este mismo caso en Sayula:
"El señor Licenciado don Ventura Anaya y Aranda. Este ilustrado y apreciabilísimo abogado, se ha hecho cargo, según dice la prensa local, del presunto reo de homicidio perpetrado en la persona del señor Bobadilla en Sayula, y cuyo proceso es ya célebre. Mucho debe esperar le señor José Gutiérrez de la nunca desmentida pericia del licenciado  Anaya y Aranda, quien en nuestro concepto, comprendiendo la elevada misión no ha querido privar de su valiosa ayuda a un hombre que lucha frente a frente con la muerte. Nosotros no diremos jamás que se debe perdonar a un asesino, pero si sostendremos que no hay motivo alguno que justifique la llamada pena de muerte, y menos entre nosotros, establecido como se halla  el régimen penitenciario..." El Continental, marzo 11 de 1894.
Ocho meses después del hecho, la prensa encuentra exagerado el castigo que se pretende ante lo dudoso de las pruebas incriminatorias. La defensa y  el propio inculpado aportaron, según la misma prensa de ese tiempo,  elementos irrebatibles en su defensa; describen al inculpado José Gutiérrez como elocuente y educado; su abogado, de los mejores de Guadalajara que ante la injusticia de la que parece ser víctima Gutiérrez se ofrece para defenderlo, expresan los reporteros, es garantía de que se haga justicia al reo al que no se le podía inculpar sin lugar a dudas tal crimen, El juicio dura dos años. Pero, debido a las presiones del gobernador, amigo íntimo de la viuda, José Gutiérrez y Ambrosio Carbajal, son fusilados en la penal de Guadalajara en 1895. Algo que pudo ser una injusticia cometida contra un hombre inocente que perdió la vida acusado de un crimen que no cometió. Haría falta una investigación de los documentos de ese juicio de finales 1800,  y la  revisión de las pruebas allí vertidas, para probarlo.
José C Gutiérrez, sayulense, ejecutado por el asesinato de su cuñado José Bobadilla, era un hombre educado sensible y con conciencia social del que existe una duda razonable sobre la culpa que se le achacó y  que le costara la vida. Queda este poema escrito ante la injusticia social que vivía la gente pobre en el Sayula de la paz porfirista del que fue testigo y muy probablemente víctima; como epitafio:
"Pero tenemos paz y en paz el yugo
lamen tus hijos como mansos bueyes
y en paz experimentan de tu seno el jugo
y en paz se violan tus sagradas leyes,
porque en paz sufre el pueblo a su verdugo
por miedo de gritar: ¡mueran los virreyes! "
José C. Gutiérrez

2 comentarios:

  1. Muy interesante relato.

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  2. Me gustó mucho la historia quisiera saber que fue de sus medios hermanos si tuvo más de Paula Gutiérrez o si huvo mas Gutierrez en Sayula aparte de ella.

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