martes, 27 de octubre de 2020

       Política y el monopolio de la violencia.

Por Rodrigo Sànchez Sosa

El único que puede ejercer legalmente la violencia, es el estado. El estado tiene el monopolio de la violencia legal, ya sea por medio de sus fuerzas armadas o policía. Los ciudadanos en México, no podemos, no tenemos derecho de tomar la justicia en nuestras manos y sólo es considerado como atenuante en la ley la defensa propia, no está permitido en un estado de derecho que yo ante una afrenta personal o una injusticia cometida contra mi persona  tome la iniciativa y haga pagar, por medio de la violencia, a mi agresor. Puedo ser procesado por agresión de acuerdo a  la ley en caso de responder con agresión a un insulto de alguien, por ejemplo. Pensémoslo detenidamente, de no ser así, el país sería una selva, no habría justicia, sino la ley del más fuerte. La ley civilizada nos iguala y tiene por fin proteger a la víctima del victimario ¿Pero cuál es el problema, porque en la realidad hay tanta


impunidad? La ley requiere procesos largos, las formas de estos procesos son lentas, hay una burocracia insensible y corrompida, además las leyes no son perfectas, tiene lagunas que permiten una defensa más efectiva del victimario. Pero lo peor de ese sistema que tenemos y que no se ha logrado reformar, aparte claro de la profunda corrupción en el sistema judicial, es la re-victimización. La víctima de un delito de violencia en México y más  si es de género, es maltratada por esa burocracia que por su pésima organización y todos sus vicios, entorpecen el proceso en prejuicio de la victima a tal grado que la victima frustrada prefiera renunciar a su derecho de buscar justicia, y así nada más el sistema se olvida del crimen, incluso de asesinatos, violaciones de niños o secuestros. Esa es nuestra triste realidad. Uno reza en México por no ser víctima de un delito porque lo más seguro es que el delincuente salga impune y uno quede con el miedo de volver a ser víctima ahora de su venganza por denunciarlo y nadie hará nada por ti. Claro si tu caso es un escándalo público, la gente se solidarizará contigo, pero, al final, al no avanzar el proceso legal respecto de tu caso, la masa pierde interés, olvida lo que pasó, porque ya hay otro escándalo mediático y quedas a la merced de la injusticia. Hasta aquí he abordado el problema de forma superficial, es más complicado que esto, la violencia es una herramienta de poder para los poderosos en la sociedad y eso lo complica exponencialmente conforme estos actores van apareciendo.

Seguramente a estas alturas sabrá usted que quien esto escribe fue víctima de la violencia de la policía municipal , fui golpeado la semana pasada brutalmente sin medir provocación ni existir delito, lo cual no es legalmente justificable aún si hubiere existido provocación o fuera yo un delincuente, simplemente es ilegal. Lo más triste es que le puede pasar a cualquiera y que no hay forma, en este momento, de evitar que cualquier persona que salga a la calle un fin de semana por la noche, cualquiera que sea su intención sana, puede terminar en la cárcel municipal, golpeado y con una multa que pagará luego de por lo menos 10 horas en  prisión. Para entender lo urgente de la necesidad de revisar el reglamento de policía en el municipio déjeme contarle mi experiencia, ya que lo viví en carne propia, como cualquier otro que sin posibilidad alguna de atenuar su situación y al arbitrio de malos elementos de seguridad pública, pasó por lo que muchos desde hace años pasan al ser detenidos por faltas administrativas en Sayula, que no delitos; permítame relatarle, para que sepa cómo es ser injustamente detenido y violentado:

La razón que fuere lo pone en riesgo de ser detenido por falta administrativa, puede ser imprudencia, desconocimiento o culpa de lo absurdo de la interpretación de una falta administrativa de los policías; pero, tomemos lo más común, usted se toma unas copas, la policía se da cuenta de que camina o maneja en estado de ebriedad, lejos de creer que los policías para protegerlo a usted y a otros, en el caso de que usted imprudentemente camine ebrio por la calle, lo inviten a retirarse o incluso, se ofrezcan, que es su deber, para llevarlo a su casa si usted se siente muy mal; pues no,  resulta que lo detienen, como si el hecho fuera un delito en sí. Dejemos de lado que lo golpeen, eso ya también es a criterio de los uniformados qué interpreten como una agresión de su parte, y en la creencia de que es su derecho responder con agresión sin medida y al gusto pues, recibirá lo que ellos creen es su merecido...

Llega la policía, siempre más de uno, aunque usted esté solo y su alma, le preguntan qué hace, a dónde va, quién es y a qué se dedica; rutina, luego intentan invadiendo su espacio personal neutralizar sus manos, diciéndole que está detenido. La reacción natural a la invasión del espacio personal es evadir esa invasión ya sea alejándose del que se acerca o jaloneándose si es que ya lo sujetaron, intentando liberarse, es una reacción natural e instintiva. Luego preguntará usted la razón por la que le privan de su libertad. Ellos no darán explicaciones, creen que no lo deben hacer, que usted ha perdido su derecho civil como ciudadano desde el momento que ellos decidieron que usted debía ser detenido. Claro que es indignante, ya que no existe el hecho justificable de la detención y eso elevará su protesta, ahí comienza lo peligroso porque la reacción de la policía suele ser desmedida e imprevisible, pueden interpretarlo, aunque usted este esposado, como agresión peligrosa sus protestas y "someterlo" a golpes. Luego será arrastrado a una patrulla y si le va bien le permitirán subir con cuidado, sino usted será tratado como costal de papas.

Una vez en la alcaidía, que es la recepción de la cárcel municipal, usted será fichado, es decir tomaran su nombre y generales, los objetos de valorar, si es que sobrevivieron al primer encuentro con los policías, tendrá que dejarlos ahí bajo custodia del alcaide, lo que es lógico, cinturón y agujetas igual se las retendrán. Se supone que debe ser recibido por el médico municipal para dar cuenta de su estado de salud al ingresar, que debe haber una cámara de vigilancia. También se supone que el juez municipal debe a la brevedad, porque no cometió usted un delito sino una falta administrativa, dictarle la multa a la que se hizo acreedor y dejarlo ir, pero esto no sucederá porque el juez municipal que debe estar en servicio las 24 horas no entra a trabajar sino a las nueve de la mañana y salé a las tres de la tarde, así que si usted es detenido a las 4 de la tarde, su multa le será dictada y lo dejaran salir 17 horas después.

El juez municipal: Después de pasar horas encerrado como delincuente por orinar en la calle o por cualquier otra falta administrativa real o imaginada por la policía, lo sacarán de la cárcel y lo llevarán a la oficina del juez en este caso jueza, su nombre de nuevo, su edad, su profesión le preguntará con la atención de una empleada de banco aburridísima de su trabajo - que bien le vendría un chicle para ser más patética - si usted ha sido detenido antes (no vaya a ser un peligroso criminal), si toma, si usted fuma, si usted usa drogas; usted no necesita responder a eso, no es un criminal y no se les está procesando, pero lo hace, lo que quiere es ya irse a su casa. Luego, le preguntará por puro protocolo y como en caricatura de los Simpson lo que pasó para escribirlo en su máquina de escribir invisible. Después de no oír ni interesarle la versión de los hechos que acaba usted de relatar, le leerá a usted el parte policiaco, que lógicamente, no tiene nada que ver con lo que usted dijo; luego el incuestionable parte de los policías es tomado como la realidad sin que usted pueda hacer nada, finalmente le dan un machote pre fabricado sobre su declaración donde dice que usted no fue agredido por la policía y que tuvo y acepta toda la culpa del hecho, y le piden que firme, igual la gente ni lo lee y lo firma sin darse cuenta que se está auto incriminando lo cual, no es legal. Tantán, se acabo, saque usted 300 pesos y paga su multa y aquí los aperamos la próxima semana, "devuélvanle sus cosas" le ordenan al alcaide y que le vaya bien. Esto si trae para la multa, sino lo regresan hasta que usted cumpla 36 horas de arresto para dejarlo libre. Lógicamente si usted es un jornalero que lo agarraron en fin de semana y nunca supo luego del arresto dónde quedo su raya, porque era quincena, perderá un día de trabajo sino es que toda la semana y seguramente como jornalero, su familia la pasaran sin comer esa semana. Buena estrategia para prevenir el alcoholismo, porque esa es la falta de los pobres jornaleros que son metidos a la cárcel; pero, una violación de todos los derechos de las personas que tiene la mala suerte de ser detenidas en estos operativos vergonzosos. 

Pero, bueno, pensará usted que eso le pasa a esa gente que toma en las calles, que hace escándalo, que le gusta trasnochar, la parranda, que es irreponsable. No necesariamente, aunque como vemos, esto, si fuere así, aun se presta para abusos; el hecho es que, le puede pasar a cualquiera. Digo, hay clases sí, niveles sociales, algunos con poder e influencia difícilmente les pasará, pero a la gran mayoría nada los hace inmunes a este proceder y a las consecuencias del obsoleto reglamento de policía del municipio (1940), la burocracia tortuga insensible e inepta que está involucrada. 

Yo les suplico a regidores, sindico y presidente municipal, que se revise el reglamento de policía, se actualice y se pongan candados para que no se abuse de las personas, porque esto me pasó a mí y pude hablar para defenderme, pero hay gente indígena, migrante, muy pobre que hace mucho por la economía de municipio, que ni siquiera sabe hablar español y son las victimas silenciosas temerosas que sufren sin tener voz está situación tan vergonzosa, los más débiles son los que más están sufriendo, y si esto escala, puede terminar en una tragedia que lamentaríamos todos, como puede ser la muerte de un detenido por una falta administrativa, y no de un migrante necesariamente,  puede ser el familiar de cualquiera. Por la forma en que fui golpeado, le aseguro que esto no está lejos de suceder, cuando se les pase la mano en estos, que no son sometimientos, sino torturas sádicas de gente que no debería tener esa responsabilidad frente a la ciudadanía, lamentarse no servirá para restituir la vida a alguien y la tranquilidad a una familia. 


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