lunes, 23 de noviembre de 2020

EDITORIAL:  Aquiles Serdán, primer mártir de la Revolución Mexicana

Aquiles y Carmen Serdán, auténticos héroes de la Revolución

Este 20 de noviembre, un día como hoy, pero en 1910, estalló el movimiento de la Revolución Mexicana, es decir, se cumplen este viernes 20 de noviembre 110 años del inicio de la guerra civil, que al menos oficialmente concluyó once años después tras de una guerra fraticida que dejó millones de muertos a lo largo y ancho de nuestra república mexicana.

De los principales caudillos mucho se ha comentado a lo largo de los años, desde Francisco I.  Madero, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, por citar a los principales revolucionarios que iniciaron las hostilidades ese 20 de noviembre de 1910 acatando la convocatoria de Madero para luchar por la democracia en nuestro país tras el fraude en las elecciones que daban otros años de gobierno al general Porfirio Díaz. Pero de los auténticos iniciadores y primeros mártires que dejó esta revolución, aunque son reconocidos, no han sido valorados en toda la extensión de la palabra, como lo son Aquiles Serdán y Carmen Serdán, ésta última una auténtica heroína, cuyo valor y valentía ya lo quisieran haber tenido muchos varones en su tiempo y en el actual.

Sin menosprecio alguno para otros muchos que dieron su vida en la lucha revolucionaria hoy nos ocuparemos de dos de los integrantes de la Familia Serdán, poblanos de origen quienes al llamado por la democracia no dudaron un instante en sumarse en cuerpo y alma al llamado de la liberación de la patria de ultrajada por un gigantesco fraude electoral.

 En abril de 1910 al celebrarse en la ciudad de México la Convención Nacional del Partido Antirrelecionista,  Aquiles Serdán, como representante de diversos grupos poblanos, votó por la candidatura de Madero y Francisco Vázquez Gómez para presidente y vicepresidente de la República. Al perderse las elecciones va en busca de Madero a Estados Unidos, para recibir instrucciones sobre el movimiento armado. Recibió entonces el encargo de iniciar la Revolución en Puebla.

El 17 de noviembre de 1910, el gobernador de Puebla recibe informes de que Madero ha llamado a sus seguidores para que inicien la revuelta el próximo día 20. Ordena que a la mañana siguiente se realice un nuevo cateo para detener a los Serdán. Durante una reunión en su casa, que era el lugar donde estaban concentradas las armas para la revuelta, al ser detenido y oponer resistencia, murió a manos de las fuerzas federales el 18 de noviembre de 1910, convirtiéndose así, en el primer mártir de la Revolución Mexicana.

Su casa, ubicada en la calle de Santa Clara en la ciudad de Puebla, fue atacada el 18 de noviembre de 1910 por el ejército federal y la policía estatal. Fue entonces cuando fusil en mano, Carmen Serdán salió al balcón para incitar al pueblo a unirse a la lucha antirreeleccionista, acto en el que salió herida. En el operativo militar su hermano Aquiles murió, y ella junto a su madre y la esposa de su hermano, fueron conducidas a la cárcel de La Merced, después las enviaron al hospital municipal de San Pedro.

Este acto de inconmensurable valentía de Carmen Serdán, revela en sí mismo, todo lo que como mexicanos debemos a mujeres como ella, que no dudaron en sumarse a una lucha por un país más justo, pese a que eran integrantes de una familia de clase media con honor envidiable dieron hasta su vida por el México que ahora todos disfrutamos. Quisimos recordar a heroínas de verdad como Carmen Serdán simplemente para contrastar a las féminas que hoy dizque defienden a su género esbosadas y en anonimato realizando un vandalismo cobarde. Sicarias y al servicio de políticos igual de cobardes que no dan la cara y mandan a estas payasas, bufonas de mierda a dizque a denunciar. Dan pena.


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