lunes, 13 de septiembre de 2021

 Deterioro Cognitivo Leve y Demencia en el Adulto Mayor


Lic. y M.C. en Gerontología Juan Ramón Almejo Vargas

almejovargas5@gmail.com

El deterioro cognitivo leve es un estadio intermedio entre el deterioro cognitivo esperado debido al envejecimiento normal y el deterioro más grave es la demencia. Se caracteriza por problemas de memoria, lenguaje, pensamiento o juicio. Es posible que el deterioro cognitivo leve aumente el riesgo de padecer demencia más adelante debido a la enfermedad de Alzheimer u otro trastorno neurológico. Pero algunas personas con deterioro cognitivo leven nunca empeoran y algunas pocas mejoran con el tiempo.

   Algunos olvidos pueden ser parte normal del envejecimiento. Sin embargo, algunas personas tienen más problemas de memoria que otras de su misma edad. Esta es una afección llamada deterioro cognitivo leve. La gente con deterioro cognitivo leve puede cuidarse a sí misma y puede desarrollar sus actividades normalmente. Los problemas de memoria del deterioro cognitivo leve pueden incluir: perder objetos frecuentemente, olvidarse de ir a programas o citas y tener más problemas para encontrar las palabras adecuadas en un momento dado que otras personas.

   La demencia es un síndrome, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, caracterizado por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal. La demencia afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio (OMS, 2020).

    La demencia es causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares. Existen varias demencias por ejemplo la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras formas frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro), por mencionar algunas (OMS, 2020). 

   Factores de riesgo: los estudios demuestran que se puede reducir el riesgo de padecer demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el uso nocivo del alcohol, controlando el peso, tomando una alimentación saludable y manteniendo una tensión arterial y unas concentraciones sanguíneas adecuadas de colesterol y glucosa. Otros factores de riesgo potencialmente modificables son la depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva (OMS, 2020).

    La demencia tiene importantes repercusiones sociales y económicas en lo que respecta a los costos médicos y sociales directos y a los costos referidos a la atención prestada fuera del ámbito institucional. La demencia tiene un efecto abrumador en las familias de las personas afectadas y sus cuidadores. A menudo surgen presiones físicas, emocionales y económicas que pueden causar mucho estrés a las familias y cuidadores, que necesitan recibir apoyo por parte de los servicios sanitarios, sociales, financieros y jurídicos pertinentes (OMS, 2020). 

México se está convirtiendo en un país con más personas mayores que infantes menores de 5 años. Se prevé que para el año 2050, la proporción de las y los menores de 15 años en la población total disminuirá de 30.0% a 17.4%. De este modo, el incremento en la población de personas adultas mayores iría en aumento con la utilización de los servicios de salud destinados a la atención de enfermedades propias del envejecimiento como las demencias (Instituto Nacional de Salud Pública, 2021). 

    Prevalencia de la demencia estudios en nuestro país revelan que aproximadamente el 7.5% de los adultos mayores tienen enfermedad de Alzheimer. Aunque la edad es el principal factor de riesgo de demencia, la enfermedad no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Además, la demencia no afecta exclusivamente a personas mayores. La demencia de inicio temprano (aparición de los síntomas antes de los 65 años) representa hasta un 9% de los casos (Instituto Nacional de Salud Pública, 2021). 

     El Instituto Nacional de Geriatría de la Secretaría de Salud en México junto con la sociedad civil organizada interesada en mejorar la atención integral de los mexicanos que padecen algún tipo de demencia han impulsado la creación de una primera propuesta para el Plan de Acción Alzheimer y otras demencias. El objetivo central del plan es el promover el bienestar de las personas con Enfermedad de Alzheimer y enfermedades afines y sus familiares, mediante el fortalecimiento de la respuesta del Sistema de Salud Mexicano, en sinergia con todas las instituciones responsables (Gutiérrez & Arrieta, 2015).

Para cumplir con este objetivo, se han determinado cuatro líneas rectoras: 1) incrementar la toma de conciencia sobre el problema; 2) desestigmatizar; 3) promover el bienestar tanto de las personas afectadas, como de sus familias, y 4) priorizar la atención a esta condición. Para realizarse con éxito, se requiere de un trabajo interinstitucional concienzudo y coordinado, de manera que la acción concertada de los organismos de salud pública, el sector de desarrollo social y la sociedad civil organizada lo fortalezcan y enriquezcan para enfrentar con eficacia los efectos nocivos de esta enfermedad, favoreciendo a la vez una mayor calidad de vida a nivel individual y una mayor visibilidad social de este padecimiento (Gutiérrez & Arrieta, 2015). 


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