lunes, 25 de octubre de 2021

                         Política y arte.

Por Rodrigo Sánchez Sosa

"La creación artística, dice Aristóteles, brota del impulso formativo y del anhelo de expresión emocional. En esencia, la forma del arte es una imitación de la realidad: pone el espejo delante de la naturaleza. El hombre siente un placer por imitar, que al parecer está ausente en los animales inferiores. Sin embargo, el objetivo de su arte es representar, no la apariencia externa de las cosas, sino su significado interno, porque es este y no su actitud y detalles externos lo que constituye su realidad. Hay más verdad humana en la rigurosamente clásica moderación" W.Durant 

Para definir lo que sea arte habrá que remitirse necesariamente al artista ¿qué o quién es un artista? Dice el maestro Aristóteles pensador clásico griego que, artista o el que hace arte, es aquél que imita a la naturaleza, el que pone el espejo frente a esta. Pero, advierte, su objetivo no es representar la apariencia externa de las cosas, sino su significado interno ¿Significado para quién? Debiéramos preguntarnos. Pues para él, responderá seguramente el lector ¿Pero quién es él? ¿No es el artista acaso producto de una cultura, una educación y una experiencia comunitaria concreta? Entonces, la representación a la que alude Aristóteles, tiene que ser una representación compartida. Pero el Artista es también una forma particular de entender esa representación, una condición que no puede compartir con nadie más, dado que su subjetividad o forma de ver las cosas es única e irrepetible como individuo. Tenemos aquí pues dos enfoques a la hora de crear de quien hace arte: uno comunitario y otro individual. El artista hace una síntesis:  interpreta  las cosas en la naturaleza a través de una visión del pueblo al que pertenece a la vez que le imprime una reinterpretación propia. Sin embargo, los artistas suelen ser personajes rebeldes a la tradición y entorno social, así mismo pareciese que trascienden su propio tiempo en el sentido de los valores, incluido el estético ¿Cómo se da en el artista la deuda con una interpretación común a la hora de crear su obra que muy posiblemente cuestionen la tradición o esté más allá de esta? O más aún ¿Cómo es que su interpretación individual de la tradición se convierte en un código a interpretar por otros distintos de él? Con respecto a esto último entendamos que la subjetividad, la forma particular de ver las cosas en su esencia sería inaccesible para otro distinto de mi. Uno entiende que a través de la experiencia social y lenguaje se dé una intersubjetividad que es la cultura ¿Pero cómo puedo comunicar algo cuya intimidad solo sería accesible a alguien que haya vivido exactamente la misma vida que yo en las mismas condiciones? ¡Eso es imposible! 


Solemos llamar  los artistas, creadores. Más la idea de la creación ex nihilo, es decir crear algo de la nada, es una idea cristiana y no griega. Para un pensador griego como Aristóteles, de la nada no se puede extraer nada; para el cristiano, Dios creó el mundo de la nada. Con ello se le otorga al artista una condición de Dios en el occidente cristianizado. Los griegos son más humildes en ese sentido, para ellos el artista le da sentido a la realidad, un sentido profundo. Y no puede ser de otra manera, ya que la confluencia de las condiciones previas en sus "creaciones": la tradición cultural (ya sea la critique o la enaltezca, de distintas formas y con diferentes matices) y la visión particular de esta, no puede ser otra cosa que profunda, misteriosa y mística. Ahora bien, por lo mismo, el referente de este reproducir el significado común o particular de la realidad, jugando como suelen decir los artistas, con los símbolos, hace de la obra de arte algo que sobre pasa el potencial de las dos condiciones previas. Por lo tanto el artista en particular y la sociedad a la que pertenece como discurso manifiesto de la cultura producido por esta, son enriquecidos por la obra de arte, porque de otro modo no podría entenderse. No está ni el artista ni en la cultura el producto final, por llamarlo de esa manera, de la obra de arte. El todo, se vuelve algo distinto a la suma de sus partes, en la dialéctica clásica es la síntesis de estos contrarios, cuya relación paradójica, en un primer momento, origina un cambio cualitativo en el espíritu y la vida particular del artista. No es este último un Dios del cual fluye el poder de crear de la nada algo, lo más que podríamos derivar del proceso de la "creación" artística en relación con el artista es, a este como conducto de la manifestación de un bagaje cultural, y como tal, modificará de manera particular el producto final, la obra de arte. De ninguna manera podríamos encontrar en el artista el origen exclusivo de su obra, ni podríamos definir a este como un ser perfecto o divino a priori. Es verdad que al artista lo cambia tanto su obra que termina fundiéndose con ella, como diría Nietzsche. Más, lejos está este de ser un ser místico origen de toda belleza. Nada más falso que eso. Par ejemplificar diremos algo sabido ya por la experiencia de los mismos artistas, las inspiración en el artista no depende de su voluntad y aún más, va encontrar de esta, el artista dice Rielke siente la necesidad de "crear", la necesidad implica carencia de, un Dios  no puede tener una carencia pues entre sus atributos está la perfección.

¿Nace o sea hace un artista? Unamuno dice que lo que la naturaleza no da Salamanca no presta, es decir que existe cierta condición innata, refiriéndose a la capacidad intelectual,  que esta no puede ser substituida en su totalidad por la educación. En ese sentido y aplicado al artista, este nace con cierta sensibilidad ante la realidad que sobrepasa en mucho a la media, así mismo nace con una capacidad intelectual extra ordinaria para comprender al mudo y la relación de este con su sensibilidad especial; de otro modo la sensibilidad lo abrumaría colapsándolo mentalmente. Tales condiciones son otorgadas por natura de manera aleatoria, no se heredan (Leonardo Davinci fue hijo de una campesina y un contador), las condiciones sociales no otorgan el talento, ni el dinero, ni el dominio de la técnica. Se nace siendo artista, lo cual tampoco implica que se logre madurar o sobrevivir para alcanzar el potencial que otorga el talento árbitramente dado. La muerte, la falta de oportunidad, el contexto histórico en que se nace juegan un papel importante en la realización de un artista. A veces el talento desborda todo esto y desde niño el artista se expresa de tal forma que en toda una vida no lo haría otra persona sin talento. No es raro sino inexistente los casos tardíos, nadie se descubre artista así mismo en la edad madura. Ni tampoco se descubre así mismo artista al cualquier edad, siendo algo tan natural el artista cree que no hay nada extraordinario en él, les concede a los demás su misma sensibilidad e inteligencia, hasta que los demás son deslumbrados por su talento se lo hacen saber lo cual le sorprenderá a él primero antes que a otros. Puede ser incomprendido, marginado u olvidado, pero su obra hablará por el artista y dado que su naturaleza es "crear", es imposible que esta pasé desapercibida o no se manifieste a lo largo de los primeros años, tarde o temprano será reconocida, aun en el caso de que el artista haya perdido interés o ya esté muerto. 

¿Para qué sirve la obra de arte? ¿Qué lugar ocupa el artista en una sociedad? A la gente común, le sorprende enterarse que una obra de arte no sirve para nada. Para nada practico, el fin del arte como ya dijimos es la trasformación cualitativa del individuo y la sociedad. Se le ha puesto precio, se le ha utilizado políticamente, ha adornado y construido iglesias, ha convertido a muchos casi nunca  al propio artista en millonarios; pero el fin de la obra no es servir para algo, sino trasformar todo, porque va dirigida a la sensibilidad del conjunto de la sociedad creando un placer individual estético ¿Qué significa esto? Que el arte cumple una función espiritual de trasformación, Freud decía que el arte nos hace más humanos pues nos aleja de las pulsiones animales del inconsciente como a violencia y la perversión, y con ello cumple el papel de inhibidor de la neurosis. El artista a través de su obra redirige el resultado de la represión de los impulsos primitivos del ser humano aliviando el dolor de la existencia. Un artista individualmente no puede ser un vulgar narcisista, un mezquino avaro o un perverso, su sensibilidad y su intelecto aunado a la necesidad de "crear" lo hacen inmune. Puede darse el caso, porque así es la naturaleza, de artistas que seden al impulso primitivo del inconsciente o a la represión y se vuelven vulgares o dogmáticos, pero no es lo común, en todo caso será a posteriori, es decir una vez que se han manifestado en su obra, en cuyo caso hablaríamos de una decadencia. No conozco casos en los que el artista venga de la vulgaridad (de haberlos sería discutible), se enorgullezca de su ignorancia y haya creado algo que válgala la pena. Imitadores hay muchos y por lo mismo son patéticos. 

¿Todo lo "bonito" es arte? ¿El aval social justifica el valor de una obra de arte o un artista? No en los dos casos. El gusto de la masa es educado por el arte, así que esta no puede juzgar un obra desde su naturaleza vulgar, para la masa "bonito" es eso, simple, sin profundidad, solo "bonito". La obra de arte como objeto de la estética es más complicada, no en el sentido que solo es para los entendidos, sino que involucra, como decía Aristóteles algo más que la imitación de la forma natural. Una obra de arte no solo es "bonita" sino que trasforma nuestra percepción de la realidad a niveles cualitativos del espíritu. Eso no lo hace lo que por consenso es bonito, hablamos de la fenomenología. Aun así, nuestro espíritu reconoce la belleza que no lo "bonito", porque al hacerlo reconocemos lo más profundo de nosotros mismos, cualquiera puede tener una experiencia estética pero no en lo "bonito" sino en lo bello en el sentido platónico. 

En nuestro municipio, no han surgido uno sino muchos que se auto nombran artistas, más porque eso reditúa económicamente (si logra uno convencer) volviendo el ego más rentable. Pero, así no funcionan las cosas en el arte, como decía el maestro Germán Pintor, tu obra debe hablar por ti. Convencer a los demás de que eres artista para que luego se reconozca lo que haces como arte, es vulgar. Por eso digo que nuestras autoridades municipales en Sayula no están a la altura de la cultura y el arte, les vende cualquier charlatán su imagen propia como arte y se la compran, en un pésimo favor a pueblo que necesita del arte no para vivir, sino para existir (el arte es una necesidad existencial) ¿Quién está al frente de este apartado en el ayuntamiento Sayula? Bueno tristemente gente sin  perfil, a la que le venden cualquier cosa como arte y cultura, lástima Sayula. 


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