lunes, 20 de diciembre de 2021

 El Páramo, un predio en conflicto 

desde hace 475 años en Sayula

Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

Es imposible pensar el espacio del ex Jardín de niños Celso Vizcaíno en el centro histórico de Sayula, Jalisco, sin advertir que el mismo es uno de los predios más antiguos del municipio. Este formó parte del atrio y huerta de lo que fuera el convento de san Francisco (1546), y de  la hoy Parroquia de la Inmaculada Concepción antes del santo Apóstol Santiago de Sayula,  luego Atrio del templo de san Roque luego san José, hasta el siglo XIX; todas estas, primeras edificaciones levantadas en el momento da la fundación de Sayula. 


Según una muy personal teoría, fue en ese lugar, el Páramo, donde se fundó Sayula tras una mítica lucha entre indígenas y españoles en la localidad, alrededor de 1542 (en el mismo contexto histórico de la Guerra de Mixtón en el occidente de Nueva España, en la que pierde la vida Pedro de Alvarado, el Avanzado). En dicha confrontación, apareció el Apóstol Santiago en su caballo blanco para ayudar en el conflicto de armas a los españoles, tal como los relatos de época cuentan de aparición análoga cerca del hoy Zacatecas, donde fuera el escenario principal de la  guerra el Mixtón en la cual muriera el capitán citado de Alvarado, dejando varado a don Andrés de Urdaneta que venía con él desde España en su viaje con este, que les acomendará la Corona para encontrar la ruta de ida y vuelta a Asía por el pacifico desde el puerto de Navidad, hoy Barra de Navidad, Jalisco. De tal suerte que el gran capitán de Navío famoso en todo España por haber sido aprendiz del prestigiado navegante Sebastián el Cano  (primero en dar la  vuelta al mundo, con el que viajo a las islas Molucas en Asía y volviese circunnavegando el planeta), tras la muerte del capitán  Alvarado se le ofreciera - a Urdaneta -  la Alcaldía mayor de los Pueblos de Ávalos, Sayula, para gobernarla, además casa y una mina de oro en Huachinango (cerca de Nayarit) mientras se reorganizaba la expedición para llegar a  Asia; quedándose en este pueblo y fundando para 1546 la segunda Sayula en el sito actual que hoy se encuentra,  siendo centro del trazo de la ciudad de Sayula, el predio hoy conocido como el Páramo y levantando la iglesia de dos naves y techo de paja, hoy parroquia de la inmaculada Concepción entonces Iglesia de san Santiago de Sayula  y doctrina de indios de san Francisco, hoy ex convento, en honor a la aparición del santo y Guerrero Apóstol en ese lugar, el predio hoy del Páramo. .   

 

Para el decenio de 1757 los franciscanos por orden de la Corona española salen de Sayula y en su lugar llega el clero secular, hoy diocesano, tomando posesión estos últimos de la actual parroquia, el convento de san francisco que estaba al lado de esta y el  templo de san Roque (1737). A finales de ese siglo 1787, tras la petición de los habitantes de Sayula, vuelven los franciscanos, sin embargo entran en conflicto por los espacios ocupados por la orden seglar, aunque estos les ofrecen el templo de san Roque y el convento para que se reinstalen, con el atrio de este que hoy es el Páramo, los frailes lo rechazan y deciden irse a levantar otro convento y un nuevo templo de san Roque a lado de una capillita de los indios a la virgen de Guadalupe a la que le harán también su templo de dos naves en lo que hoy es el santuario de la virgen de Guadalupe al lado del cerrito del Calvario en 1799, que terminan  en el siglo XIX. Poco antes de la guerra de independencia de México. 

Este mismo espacio, el atrio citado de san Roque o san José, hoy el páramo; sirvió hasta el siglo XIX como cementerio, pero en el decenio de los sesenta  del siglo XIX fue "donado" al municipio por la iglesia luego de la guerra de reforma y la intervención francesa. El terreno entró en conflicto por la leyes liberales que primero reubicaron los panteones, modificando el atrio y usando la Parroquia y el templo de san Roque como cuartel y caballeriza (1859) profanándolos decapitando figuras de santos, cancelando el aceceso público a la fuente del atrio de san Roque o san José y más tarde arrebatando predios a la iglesia, este fue el caso del hoy Páramo. El atrio, hoy el Páramo, en 1859 será convertido en un jardín botánico, Celso Vizcaíno, un espacio público arbolado que complementaba el complejo principal de plazas públicas (3) del Sayula decimonónico-moderno, su entrada era un arco neoclásico y tenía  bardada perimetral de piedra, dentro fuente y bancas. El mismo denotaría luego estatus social y por haberse convertido en un área exclusiva para las clases altas del porfiriato. De nuevo el predio fue referente ahora de conflicto social envuelto en los antagonismos que originaron ese levantamiento armado de 1910. Ya para 1942 con el gobernador del Estado, el General Marcelino Gracia Barragán, en el colofón de la revolución mexicana, tal espacio de conflicto clasista será finiquitado, se edificaría sobre este predio el edificio del  kínder Celso Vizcaíno, el primero de carácter popular fuera del la capital del estado, en un diseño de arquitectura mexicana atribuido al arquitecto Rafael Urzúa de la escuela regionalista de arquitectura, condiscípulo de arquitecto Luis Barragán; así, ese espacio público referente del clasismo local quedaría cancelado. 

 En un intento por recuperar este espacio en la nostalgia por el viejo espacio porfirista, vendría una reacción a lo que algunos en Sayula consideraron una imposición del viejo general  García Barragán cuyo poder de clan (los García Paniagua) en Sayula, comenzó mermar como parte de su coto de influencia: En 2007 el jardín de niños por cuestiones de seguridad, dada la inestabilidad del edificio, se trasladó a otro predio y se intentó configurar un espacio arbolado en ese lugar, removiendo la vieja crujía del kínder citado, a lo cual se negó  la oficina de Patrimonio del Estado de la Secretaria de Cultura (entonces el gobierno del estado en manos del priismo), por estar este dentro de su catalogo de bienes relévenlas protegidos por la ley de patrimonio arquitectónico de Jalisco.

Luego en el año de 2016 se proyectó con motivos del centenario del natalicio de Rulfo una intervención arquitectónica al centro histórico de Sayula que involucraba este espacio y el antiguo parvulario. Después de ser aprobado por el programa Federal PAICE (Programa de Apoyo a la infraestructura Cultural de los Estados) en el marco de la Ruta Cultural que se planeó en este mismos contexto de la celebración de los cien años del escritor, y que recibió el apoyo de la Secretaria de Cultura del Estado y la Federal por la calidad y originalidad del proyecto presentado (ambas de gobiernos priistas). Tal Idea no gustó al sector conservador sayulense heredero de las afrentas de la revolución de 1910 y subsidiarios del conflicto cristeros a los que Rulfo denunció en su obra y entrevistas, culpándolos del atraso de la región sur de Jalisco; pero que se sintieron ofendidos por Rulfo cuando este, como ellos lo veían, negó haber nacido en Sayula, por lo tanto no merecía tal homenaje y menos el espacio que consideraban emblemático de la clase alta y de abolengo del municipio.


Pese a lo anterior en  2017 comenzaron los trabajos para edificar el Centro Cultural el Páramo en el lugar citado. El proyecto intentaba ser un atractivo turístico para los visitantes de la ruta cultural "El Realismo mágico de Juan"  en homenaje a Juan Rulfo en su centenario, como ya se dijo, que incluía a tres municipios del sur de Jalisco: Sayula, San Gabriel y Tuscacuexco. El edificio proyectado proponía una sala que  sería subterránea, como una metáfora del mundo de los muertos, que aludía a  la obra de Rulfo, el inframundo, a la que se descendería por rampas que simularían el entierro del visitante al acceder a esta sala cinco metros bajo la superficie del centro histórico de Sayula. El edificio del antiguo kínder fue intervenido y sería preservado incluyéndolo en esta metáfora arquitectónica que pretendía más que ser una obra de carácter utilitario, ser un dialogo de la poética del espacio, la luz y el volumen con el entorno del centro histórico de Sayula, un espectáculo visual para el turismo y los propios habitantes de esta región rulfiana en Jalisco.  Este proyecto que contemplaba un jardín arbolado en arquitectura de paisaje, tendría dos Tabachines al frente, de varios metros de altura trasplantados por expertos, además de un mirador en lo alto del edificio del ex kínder, donde se proyectaría una cafetería. Todo en armonía con el concepto de la obra, para dar a este proyecto el nivel requerido, ya que también se pretendía una intervención que buscara contextualizar con el centro histórico. La primera etapa de la obra quedó trunca ante la falta de recursos, pues de los 12 millones proyectados solo se ejerció y entregó un tercio del recurso, recurso que incluían la participación de la federación (PAICE), el estado (SC) y del propio municipio. Luego de las campañas electorales, federales, estatales  y municipales de 2018, la obra perdió interés y ante el triunfo inesperado del actual presidente municipal, que se reeligió en 2021 para otro periodo, Daniel Carrión (Independiente, pero tras del cual estaba el grupo de la Universidad de Guadalajara y un sector conservador local que asesoraron y financiaron su campaña); el proyectó se politizo. El nuevo presidente municipal vio con recelo esta obra de su antecesor, y en el caso de la secretaria de Cultura Federal y la Secretaria de Cultura del Estado de Jalisco, la transición  de gobierno del PRI al de Morena y Movimiento Ciudadano respectivamente, el proyecto se relegó hasta no saberse más de la partida ni los convenios con el municipio, que al  igual no dio ningún seguimiento a esto.


A principios de octubre de 2019, tras confrontaciones del presidente municipal Daniel Carrión Calvario, con el grupo político del ex presidente municipal de Sayula Jorge Campos Aguilar, el arquitecto que proyectó la obra que nos ocupa denominada Centro Cultural El Páramo Francisco Orozco, y la propia ciudadanía que reclamaba al ayuntamiento de Sayula por el terreno y obra negra en  abandono  en  pleno centro histórico de Sayula convertidas en un predio baldío lleno de basura y malos olores; por la madrugada, con maquinaria cedida por la Secretaría de Agricultura al frente del cual estaba Alberto Esquer,  para fines ajenos a los que se utilizó, fue demolida la primera etapa en obra negra del proyecto cultural que implicaba 4 millones de pesos  y la crujía del kínder de 1940 obra de Rafael Urzúa, a título personal por parte del presidente municipal, sin existir acuerdo de cabildo de por medio, ni permisos de Secretaria de Cultura, ni oficio girado al programa federal PAICE.  En 2020, la regidora de oposición en el cabildo de Sayula, Patricia Cárdenas en su segundo periodo consecutivo como regidora, denunció legalmente el daño al patrimonio municipal ante el Ministerio Público Federal, que representó esa ilegal demolición. Para 2021 de nuevo el proyecto se politizó dadas las pre-campañas con vistas al periodo electoral 2021 en las que el presidente de Sayula Daniel Carrión pretendía participar como candidato para su reelección. Dado el cambio en los amarres políticos en Jalisco  Movimiento Ciudadano y con él el gobernador Enrique Alfaro, el presidente municipal de Sayula fue elegido como candidato de ese partido y las investigaciones del  federal sobre la demolición ilegal no prosperaron,  la propia Secretaria de Cultura del Estado, en contra de su mismo dicho, había manifestado a ese MP, que el edificio demolido no estaba dentro de su catalogo de bienes protegidos y tan solo era un edificio relevante  al que recomendaba proteger. Pese a ello, el predio no ha fue  rehabilitado y lucía los escombros de la demolición de hace dos años y el abandono desde entonces, que se manifestaban en el predio baldío invadido de maleza y escombros frente a la plaza de armas de Sayula.  

Al momento de la elaboración de este texto (miércoles 15 de diciembre de 2021) el predio al parecer estaba siendo remozado de escombros o maleza, no lo pudimos constatar, luego de que la prensa del estado, el periódico Mural, sacará un amplio artículo el domingo 12 de diciembre próximo pasado, señalando la impunidad en el caso de esa demolición, con declaraciones acusatorias pero cautelosas de la Secretaria de Cultura del Estado y donde el mismos alcalde de Sayula aceptaba que las investigaciones por ese delito seguían, y se situaba así mismo como ajeno al caso. (Fuentes consultadas: La Provincia de Ávalos de Federico Munguía C, Guadalajara, siete acontecimientos que la encumbraron de Arturo regalado Pinedo, Periódico Mural y Archivo del Estado de Jalisco)

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