miércoles, 2 de febrero de 2022

 La compra de la refinería Deer Park de Texas

Por Arturo Fernández Ramírez


A pesar del saqueo y corrupción que ha permeado en PEMEX de parte de altos políticos, durante décadas ha sostenido la economía nacional, aportando alrededor del 40% del Producto Interno Bruto. La férrea oposición de amplios sectores de la población impidió su privatización total que se intentó desde el sexenio de Salinas de Gortari hasta el de Peña Nieto. Esta paraestatal fue prácticamente desmantelada, nula inversión en su infraestructura, desviando sus utilidades a campañas políticas y a los bolsillos de los corruptos. Desde los 70's dejaron de construirse más instalaciones, provocando desabasto de los combustibles, orillando a comprarlos en el extranjero a un alto precio. La estrategia del actual gobierno federal es fortalecer la estructura de Petróleos Mexicanos para procesar aquí mismo y abaratar los costos. La compra de Deer Park, junto con la construcción de la Refinería Dos Bocas en Tabasco, forman parte de ese objetivo.

     El sentido común nos dice que fortalecer la estructura interna de todo negocio, lo hará autosuficiente y sus costos de producción disminuirán. Para ello, es necesario que una parte de las utilidades se reinvierta en la misma empresa. De lo contario, poco a poco sus instalaciones serán obsoletas y cada día será menos costeable. Si a esto le agregamos corrupción en los directivos, la situación será peor. Y justamente eso es lo que empezó a pasar con las empresas paraestatales que hace décadas estaban bajo el dominio del gobierno. Se impuso el neoliberalismo con Salinas de Gortari, quien, con el pretexto de modernizar y evitar los malos manejos, las privatizó a casi todas.

    Obviamente lo anterior no fue la solución para combatir la corrupción, al contrario,    fue peor para el pueblo mexicano. Para muestra un botón: el Fobaproa, el llamado robo del siglo XX. Deudas privadas de miles de millones de pesos de empresarios y banqueros que se auto prestaron para su beneficio particular y financiamiento de campañas políticas, las convirtieron en deuda pública que todavía hoy en día estamos pagando todos.

    Al inicio del sexenio salinista ningún mexicano figuraba en la Revista Forbes que publica a los hombres más ricos del mundo. Pero, gracias a ese modelo neoliberal, al final del gobierno de Salinas de Gortari, alrededor de 25 mexicanos ya salían en esa lista. Obviamente todos ellos fueron los beneficiados con las empresas paraestatales que se privatizaron.

En fin, considero que es mejor que la riqueza del pueblo la administre el Estado y no particulares, menos empresas trasnacionales que se llevan nuestro dinero al extranjero. Desde luego, como mexicanos estamos obligados a elegir gobernantes honestos, para evitar la corrupción y el saqueo. PEMEX es y ha sido "la vaca sagrada" de los mexicanos y no es para menos, durante décadas ha sostenido nuestra economía a pesar de su desmantelamiento. Si se reinvierte en su infraestructura y sus utilidades se destinan al pueblo, no solo disminuirá el costo de la gasolina, también crecerá nuestro nivel de vida. Comprar una refinería y estar construyendo otra, son acciones de gobierno que nunca antes se habían visto y que en definitiva fortalecerán a Petróleos Mexicanos para beneficio de nuestro país. 


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