miércoles, 2 de febrero de 2022

 Cuidados Paliativos en la

Persona Adulta Mayor

Juan Ramón Almejo Vargas 

Lic. y M.C en Gerontología 

La Organización Mundial de la Salud define de forma genérica los cuidados paliativos como el cuidado integral y activo de los pacientes cuya enfermedad no responde a tratamientos curativos. La decisión más importante para la selección de estos enfermos es establecer la renuncia razonable al tratamiento curativo específico para la enfermedad. Esta decisión está más establecida y aceptada para enfermos con cáncer en estadios determinados de enfermedad. Siendo más difícil en el resto de patologías. Se da la circunstancia que en el caso de los ancianos hay una mayor proporción, respecto a los grupos de edad más jóvenes, de patologías crónicas de etiología no oncológica que se encuentran en estas circunstancias (López, Canalejo & Avellana, 2005).


Podríamos así dividirlos diferenciar en dos grandes grupos como oncológicos y no oncológicos que se especifican a continuación:

Oncológicos: la incidencia del cáncer se incrementa con la edad (es la segunda causa de muerte en mayores de 65 años), si además unimos el retraso en la consulta, con lo que no se suele realizar un diagnóstico en fases precoces, así como el empleo de menos métodos curativos, nos encontramos en mayor proporción de pacientes en situación de cuidados paliativos.

No oncológicos: Existen otras patologías, no oncológicas y con mayor prevalencia en ancianos, que conducen a la muerte del paciente de forma directa o por complicaciones indirectamente relacionadas con la enfermedad: enfermedades neurológicas degenerativas (demencia, enfermedad de parkinson), enfermedad cerebrovascular, neumopatías crónicas, cardiopatías, hepatopatías, insuficiencia renal crónica avanzada o inmovilismo irreversible (López, Canalejo & Avellana, 2005).

En estos pacientes con enfermedades no oncológicas la tendencia generalmente es a una evolución más lenta y renunciar al tratamiento específico suele ser más difícil. El paciente y su familia no tienen habitualmente la misma percepción de gravedad que en las oncológicas.

Para facilitar este proceso se propone el análisis, utilizando la valoración geriátrica, sopesando las medidas que vamos a establecer y en función de los principios bioéticos, de: situación evolutiva y progresión de la enfermedad, frecuencia de complicaciones, valoración de la crisis actual, actitud del enfermo ante los cuidados, grado de control de síntomas y opinión de la familia.

El objetivo de los cuidados sigue siendo igual que en poblaciones jóvenes, mejorar la calidad de vida tanto del paciente como de los familiares y cuidadores.

Los principales componentes que inciden sobre la calidad de vida son: control de síntomas (especialmente el dolor), mejoría de la situación funcional, tener en cuenta la tendencia a la incapacidad que ejercen las enfermedades en el anciano, mejoría de la situación afectiva y cuidados al entorno social (familia, cuidadores).

    Para conseguirlo en los pacientes ancianos deberemos aplicar la valoración geriátrica y así establecer un plan de cuidados individualizado por parte de un equipo multidisciplinar, incluyendo no solamente al paciente sino a su entorno (familia, cuidadores), permitiendo el seguimiento y la toma de decisiones ante las distintas circunstancias que se presenten (López, Canalejo & Avellana, 2005).

Hay estudios que demuestran la importancia de los cuidados paliativos en el hogar y en los hospitales. La correcta atención en el domicilio, puede ayudar mucho, al paciente y a su familia, a saber, llevar mejor la enfermedad. La mayoría de los pacientes en situación de terminalidad prefieren permanecer en el domicilio durante los últimos días de su vida. Consideran que el hospital es un medio más hostil donde pierden su intimidad y su rol familiar y social (Blanco, 2015). 


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