martes, 19 de julio de 2022

 Política,  música y economía. 

Por Rodrigo Sánchez Sosa

Todos en Sayula (o eso quiero creer) hemos oído hablar del Vals "Viva mi desgracias" compuesto por Francisco Cárdenas un sayulense talentoso, también de Gabriel González compositor y músico también talentoso recién fallecido (con su inolvidable y conmovedora canción "¿Cuál estrella?"), de los legendarios "Supremos" los hermanos Navarro y otros músico sobre salientes, del mariachi Aceves; los más entrados en años recordarán  al  grupo Los Tenorios, Sergio Vidrio, la banda parroquial o "The Parners"  popularmente  conocidos como los "Chiles Rellenos" con su legendaria canción "La


secretaria". Recientemente recordamos a  cantantes como Máximo Franco,  don José Flores "El Pollo", Erika Chávez, Judith Anguiano, el profesor  Chon Parra, Javier Aguilar y su Hija Juanita y otros dos o tres cantantes de banda que han participado con agrupaciones profesionales de este género; y la joya de la corona entre estos, la soprano de prestigio internacional Alejandrina Vázquez . También se les reconoce por su talento y conocimientos musicales a gente como Juan José Fraustro (DEP), Juan Alonso Alfaro y Juan Carlos "Charly" Rodríguez (DEP). La vocación por la música en Sayula es innegable, me queda fuera de la memoria mucha gente sayulense con reconocimiento en lo local o fuera del municipio, recientes y anteriores; y seguramente habrá otros tantos de los que no tengo noticia, que todos ellos me disculpen por la omisión.  Sin duda el análisis no estaría completo sin algunos grupos, un poco más alejados de lo popular y del convencionalismo como lo son los grupos o cantantes rockeros sayulenses: los lectores de más de cuarenta años recordarán a Hippies Muertos y Plasta, los que andan en sus treinta y tantas primaveras a Los Pericos Perros y los Hombres Mota, los más jóvenes a las bandas Across y Four face for disgrace y mas recientemente otras por lo menos cuatro agrupaciones de este estilo que omitimos por desconocer si aún sobreviven como tales. Finalmente habrá que señalar un fenómeno más marginal en esta disciplina artística, el Rap y sus derivados. Al oír "Rap" en Sayula nos remitirá a "Ese Cueto" que en la década pasada se hizo escuchar en las recién estrenadas redes sociales del municipio, y aunque a la par surgieron grupos de corridos y bandas del movimiento bandero entre los jóvenes, el Rap se volvió un fenómeno masivo en la localidad, dada su difusión en redes sociales, no sólo surgieron muchos raperos, sino que casi cada aficionado a esta música se volvió un "cantante" (sin ofender a nadie por las comillas, pero un MC, como en el rap se conoce, no es precisamente un cantantes, es alguien que rima sobre una pista o bet) , una característica de la digitalización de la vida gracias a las redes sociales y la tecnología. Mientras que todos los anteriormente mencionados, con excepción de muy  pocos, tenían como limitantes grabar su música en un estudio profesional por lo costoso de ello, la fanaticada del Rap en Sayula tiene hoy acceso a estudios digitales manejados por los mismos fanáticos de esta música aquí mismo, tanto que en Sayula se volvió negocio grabar a todo aquel que quería hacer su propia canción de Rap ¿Confundido el lector? Pues sí, son los tiempos, ya no es necesario tocar un instrumento, no es necesario entonar una sola nota, ni esperar que una disquera invierta en un artista millones de pesos en grabación, difusión e imagen de este, basta una computadora, una conexión a internet  y un programa, y claro las ganas de quien quiere hacerse popular con una o dos "rolas" en facebook o Youtube. Aunque usted no lo crea, hoy en Sayula hay más adolecentes haciendo canciones de Rap que músicos desde Francisco Cárdenas al año 2010 en Sayula (es un fenómeno mundial, no crea usted que en Sayula algo tiene el agua). Me dirá que usted no conoce ninguna canción de rap ni a ningún rapero famoso que sea de Sayula, bueno esa es otra historia. 

El Rap y sus derivados (algunos ya intentando pulir el género haciendo música y no solo usando bets y algunos intentando llevarlo al extremo como el regetón) son, en todo el mundo un fenómeno no musical, sino social y antropológico (o materia de estas dos disciplinas de las ciencias sociales) derivado de un sistema globalizado, asociado a la tecnología y el internet; que lleva a este género a plegarse al dogma del neoliberalismo: la híper producción y el híper consumo de bienes y servicios: producir cada vez más para consumir  cada vez más en una carrera sin sentido. Cuando todo es "música" nada es música, es mercancía de consumo masivo donde los que realmente ganan son unos pocos explotadores (de plataformas digitales)  usando a todos y a unos cuantos que llegan a ser íconos comerciales del culto consumista patéticos, como Maluma y en México Santa Fe Clan, difusores de los anti valores del sistema y los dogmas del consumo irracional. He oído, y no cabe duda hay variables, Rap cristiano y de crítica política y social; pero en lo personal a mi me sonaron si creativos y hasta inteligentes, pero  es como oír canciones parecidas a  las de José Alfredo Jiménez, feministas y que promuevan la abstinencia del Alcohol; algo que manda un doble mensaje al cerebro, que no logra más que confundirlo. U oyes la rima u oyes el ritmo y lo implícito en él; ¡paradójico! imagine usted un regetón cristiano o una alabanza rap… ¿Es válido? No lo sé, tendría que valorarlo la ética, explicarlo la antropología y exponerlo la sociología, algo de lo que, desde la teoría musical, poco se puede decir, si no es que nada. Un acorde con séptima disminuida con novena y treceava aumentada o un modo frigio, nada pueden decir de ello.   

Alguien dirá que tengo que argumentar a favor de los otros géneros que mencioné, para ser justo, pero no es así, reconozco el fenómeno social de Rap y sus derivados, lo reconozco como parte de la cultura occidental, pero la música se defiende sola, cuando usted oye el Son de La Negra, escucha la voz de Javier Solís, Frank Sinatra o Gardel; cuando usted escucha "Chan Chan" de Buenavista Social Club, La Bamba, El Cóndor Pasa, la cumbia de "Los Pajaritos", "El columpio" o "La jaula de oro" "El sauce y la palma",  las polcas norteñas, "Canción Huasteca", "Dios nunca muere", "El niño perdido", todas las de José Alfredo Jiménez,  los boleros de Armando Manzanero, a Silvio Rodríguez o a Pablo Milanés y al monstruo poli rítmico de Pérez Prado,  hasta a Juan Gabriel, Luis Miguel y José José; la música popular no necesita que nadie la defienda. Los rockeros, no se quedan atrás, un solo álbum de cualquier banda internacional o nacional bastaría para darle un lugar en la música al rock, son tantos que no sé cuál citar sin sentirme parcial. Eso sin hablar del Jazz, el Bosa nova, la bachata o el Reagee, que es  otra historia.  ¿Cómo se siente ser músico en estos tiempos? 

En palabra de Steve Lukhater, compositor, cantante y guitarrista de Toto (banda de rock norte americana de los ochenta):

"Solo quiero saber algo de toda esa perorata sobre que Spotify es la industria de la música hoy,  y cómo se hacen ricos los artistas exitosos de esa plataforma, etc. ¿Cuánto se paga? ¿De veras se paga? ¿Quién se lleva la  mayor parte de la ganancia? No queda muy claro. 

Yo no lo sé, no veo nada de dinero y tengo un montón de canciones ahí, producto de 35 años de hacer discos. ¿Alguien ha  hecho el desglose de cuánto gana un artista en iTunes? Es penoso enterarse, casi nada.

Si estás en una disquera es aún peor porque se quedan con una gran parte de las ganancias. Del desglose, después de todo el trabajo, quedan centavos. Mucha gente puede grabar canciones y subirlas a la plataforma, casi cualquiera, no hay artistas exclusivos o de catálogo en estos días. Abundan las estrellas de un sólo éxito. Triste, realmente triste.

Ahora las disqueras ya no tienen presupuestos como en los viejos tiempo cuando se hacían grandes discos. Ellos quieren hacer dinero rápido y de la nada,  se adueñan de por vida de todo el trabajo del artista. Puedes vender un millón de copias de tu canción y aún así deberles dinero. Mi hijo de 25 años tiene amigos con discos de platino que viven en un apartamento barato, en la vil bancarrota.


Por supuesto, antes también las compañías  de discos cuando se interesaban en la música de un artista, le ofrecían una carrera a largo plazo y dinero a largo plazo. Seguro que también los explotaban, pero entonces invertían, creían y promovían, así que había una justificación. Ahora se trata de Beats y cuántos hits en Facebook o Youtube consigues. Todo eso no hace dinero para el músico  solo migajas a corto plazo y no hay forma real de contabilizar las ganancias. ¡Qué tontería! la gente que se dedica a la música hoy quiere ser famosa, no buena en su trabajo. Es demasiado fácil jugar a la estrellita ahora, con toda la falsificación digital: corrección con auto-tune, copiar y pegar, etc. La mayoría de los jóvenes no saben cómo tocar una canción de principio a fin afinados, a tiempo y con sentimiento. Una desgracia.

Estoy en los estudios todo el tiempo y escucho las historias de productores e ingenieros, y aun así a nadie le importa que el que vende un montón de discos (¿cuánto es eso en estos días?) no pueda cantar una nota afinada ni tocar correctamente un instrumento.

Hacen música  para gente que ni siquiera escucha realmente. Es música de fondo para gente que se junta con amigos a tomar unas cervezas y sacude la cabeza mientras escribe mensajes de texto, otras están en Skype o haciendo otra cosa o mil cosas mientras escuchan. Ruido de ambiente para el que hace varias tareas a la vez, no música

 Ya pasaron los días de amar, diseccionar, discutir el trabajo interno de el álbum de una banda, sentado en silencio mientras sonaba el disco en tu reproductor, mirando en la portada de este la ficha técnica y las fotos de los músicos en el estudio, imaginando qué lugar mágico habrá sido aquél para lograr esa música. Ese tiempo se fue. Hoy se necesitas vista de joyero para leer los nombres de los músicos que participaron en una producción (si es que el vídeo o el audio en la plataforma los incluye) ¿A quién le interesa eso? A la mayoría no.

Así que, si prestáramos más atención a los "músicos anticuados", que son los únicos reales que quedan, los que pueden hacer un buen disco de vez en cuando, pero son ignorados porque los medios eligen ocuparse más de quién se viste y  maquilla como mujer y  otras ridiculeces para generar atención en lugar de escuchar la música que hace (maluma); estaríamos en un lugar diferente hoy. 

Cuando éramos chicos (si, voy a cumplir 64 este año) había solo un puñado de artistas y ellos eran buenos porque tenían que serlo. Alguno podía no gustarte, pero más allá de eso la mayoría merecía el éxito y ninguno se parecía al otro ¡Ninguno!...

  Es momento de poner "El Lado Oscuro de la Luna" (Pink Floyd) y estremecerse. Que tengan un buen día y quizás la música real regrese y llene sus oídos. Música real tocada por músicos reales. Ellos están ahí afuera, sólo que ya no consiguen mucho trabajo, ni reconocimiento, ni público o publicidad alguna."

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario