lunes, 8 de agosto de 2022

          Política y patologías mentales.

Por Rodrigo Sanchez Sosa

¿Debería evaluarse la salud mental de nuestros políticos para evitar riesgos implícitos del ejercicio del poder?

Según expertos, bien se podría diagnosticar a nuestro alcalde en Sayula con un trastorno de la personalidad denominado : neurosis narcisista. 

El trastorno de personalidad narcisista es más frecuente en los hombres. La causa no se conoce con exactitud, pero puede implicar una combinación de factores genéticos y ambientales Los síntomas incluyen una necesidad excesiva de recibir admiración, indiferencia con respecto a los sentimientos de los otros, intolerancia a la crítica y sentimiento de que los demás le deben algo.


Aunque hay varios tipos y clasificaciones de narcisismo patológico, la principal característica de un narcisista es el egoísmo a extremo más la incapacidad de considerar los sentimientos de los demás. Sus características principales son éstas: 

Falta de empatía. 

Necesidad de admiración excesiva. 

Creencia de que otros los envidian, comportamientos o actitudes arrogantes. 

Gran sentido de la importancia personal. 

Comportamiento de explotación interpersonal. 

Fantasías de perfección. 

Tiene un sentido grandioso de su propia importancia. Lo absorben fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza, o amor ideal. Se considera especial y único: sólo puede ser comprendido por, y sólo debería asociarse con, otras personas especiales o de alto estatus personal o institucional. Requiere excesiva admiración (es un síntoma que denota una baja autoestima y una gran preocupación por hacer bien el trabajo y por cómo son vistos por los demás). Tiene un sentido exagerado y no equitativo de sus propios derechos. Piensa que se le debe todo. Es muy pretencioso, con irrazonables expectativas de un trato especialmente favorable o de una aceptación automática de sus deseos. En sus relaciones interpersonales es explotador. Se aprovecha de los demás para conseguir sus propios fines (espera que se les dé todo lo que desee, sin importar lo que ello suponga para los demás, y puede asumir que los demás están totalmente interesados en su bienestar). Carece de empatía y es reacio a reconocer o identificar las necesidades y sentimientos de los demás. Es frecuentemente envidioso de los demás o cree que los demás le tienen envidia (pueden llegar a devaluar a personas que hayan recibido una felicitación al pensar que ellos son más merecedores de la misma). Muestra actitudes y comportamientos arrogantes y altivos o prepotentes.

 Los narcisistas odian -y tratan de evitarlo por todos los medios- sentirse débiles o mostrar fragilidad debido, precisamente, a que en lo profundo de su ser, es así como se sienten: tienen una autoestima baja, aunque hagan todo lo posible por ocultarlo tanto a sí mismos como a los demás.

No se sabe cuál es la causa del trastorno de la personalidad narcisista. Al igual que el desarrollo de la personalidad y de otros trastornos de salud mental, probablemente, la causa del trastorno de la personalidad narcisista sea compleja. El trastorno de la personalidad narcisista puede asociarse con lo siguiente:

Entorno: malas relaciones entre padres e hijos, ya sea por exceso de devoción o exceso de críticas que no están en sintonía con la experiencia del niño. Genética: características heredadas. Neurobiología: la conexión entre el cerebro, la conducta y el pensamiento

Otra cuestión interesante a tener en cuenta, es que de acuerdo a los psicólogos y personas que han estudiado el trastorno de personalidad narcisista y el abuso narcisista, éstos "eligen" a sus víctimas. Su sentido de grandiosidad les empuja a buscar a personas que tengan algo que les sea de interés: una carrera exitosa, dinero, fama, belleza, etc. Las víctimas del narcisista usualmente son personas que se destacan en algún ámbito, pero además, tienen una personalidad particularmente sensible a las necesidades del resto.  

 La clave para neutralizar a un narcisista es analizar la validez de lo que dice o hace, sin dejarse encandilar por el encanto que suele tener. Lo más importante es no temerles, ya que usualmente buscan intimidar a quienes lo confrontan.

Neutralizar a un narcisista no es nada fácil, comenzando porque este tipo de personas suelen tener gran encanto y un respaldo social significativo. La mayoría de ellos tiene una o varias facetas realmente encantadoras en su personalidad. No suelen verse como narcisistas, sino como personas tocadas por una especie de varita mágica.

En un principio, el narcisista suele despertar admiración en los demás. Evidentemente, hablamos del mayor pregonero de sus logros, a los que puede inflar de manera incansable, como si fueran globos. En este sentido, si para la mayoría de personas el yo es el punto de referencia, para los narcisistas lo es todavía más.

Este tipo de personas muchas veces ocupa un lugar de relevancia. Si es así, en muchos casos ejercen su reinado de una manera muy directiva. Lo usual es que tengan personas que les adoran a su alrededor, de manera que se vuelve muy difícil confrontarlos. Sin embargo, sí hay caminos para neutralizar a un narcisista. Puede ser más sencillo de lo que se cree.  

"No", la palabra mágica para neutralizar a un narcisista. El narcisista quiere que le digan siempre "sí", que los demás apoyen sus puntos de vista como si fueran propios. Que los demás acepten lo que dice o hace es una prueba de control. Significa que su influencia o su poder sobre los demás está intacto. La palabra "no" es uno de los caminos para neutralizar a un narcisista. No darle la razón o distanciarnos de las ideas que propone. 

Los narcisistas suelen decir mentiras que toman formas diversas. A veces, porque agrandan o empequeñecen las situaciones o a las personas. En otras ocasiones porque deliberadamente inventan situaciones que no son ciertas para ensalzarse a sí mismos, para denigrar a otros, o para crear fantasías en torno a ellos.

 El narcisista alberga una motivación muy grande para demostrar que está por encima de los demás. Por eso es habitual que intente dar a entender que sabe más, hace mejor, piensa de manera más elevada o, en todo caso, tiene un desempeño superior a quienes le rodean.

Es bueno recordarle al narcisista que, aunque efectivamente pueda hacer, decir o pensar algo con mayor destreza que otros, esto no lo hace superior a nadie. Insistir en que cualquier persona, con el suficiente entrenamiento y las circunstancias adecuadas, también puede destacarse en cualquier área. Y que se puede ser superior en un aspecto, pero seguramente también inferior en otros, ya que esto es propio de lo humano.

La mejor manera de neutralizar a un narcisista es no tenerle miedo. Este tipo de personas basan su poder en las inseguridades y temores de los demás. Están muy atentos a los puntos débiles de los demás para atacar allí donde duele. No tienen problema en sacar a relucir debilidades, e incluso en propinar golpes bajos, con tal de poner inseguro al otro. No aceptar sus ataques y tomar sus palabras con beneficio de inventario es una manera de demostrar que no le temes. Allá él, que se ofenda como quiera. No permitir que sus ataques hagan mella es una excelente manera de neutralizarlo. Un narcisista no sabe cómo actuar con alguien que no le teme.

Estas son las descripciones del trastorno y soluciones a considerar, según los expertos ¿Tiene el alcalde de Sayula un trastorno narcisista? Usted, amigo lector, tiene la última palabra






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