miércoles, 12 de octubre de 2022

             Políticas culturales en Sayula.

Por Rodrigo Sánchez Sosa

"Después de vivir el sueño y la dicha de tocar de pie, vuelvo  a mi silla de ruedas en el escenario. Recuerdo tantas veces que, erguido, tocaba la guitarra y la armónica y que, además de componer y cantar mis canciones,  me atrevía a insinuar un baile acorde con la sensualidad de ciertas melodías. La vida cambia, da giros inesperados como cuando en la cama de mi habitación caían pétalos y trozos de nube y a veces, despertaba abrazado a ángeles que se disolvían en la marea solar que entraba por la ventana. 

Mi presente está lleno de incertidumbre. He de aceptar que, una vez más, recurro a mi valentía para no desmoronarme; y que fue una bendición descubrir que desde niño intuía que existía aquí, en mi  costado izquierdo.


El presente amor es un amor presente ante la urgencia egoísta del enfermo...sin ese amor, yo ya no ocuparía un sitio en esta vida. Hay momentos en que ya no puedo más...y mi fragilidad se queda nada más ahí, en el piso: inerte. ¿De dónde, entonces emana el blues? ¡¿De qué lugar, carajo, me agarra las piernas y me grita: párate, no apagues el motor que  esto aún no termina?!

¡Por eso: ahí voy de nuevo a buscar mi voz que no la encuentro porque parece dormida! 

Yo no lucho, sólo me dejo llevar hasta donde el blues decida."

José Cruz.

Si le preguntáramos al presidente municipal de Sayula Daniel Carrión, al director de la casa de la Cultura Felipe Urzúa o a la nueva regidora de cultura y educación o incluso a la anterior hoy con licencia, la maestra Chepis, quién es José Cruz Camargo, estoy seguro que ninguno podría responder, pese a que el trienio anterior, el municipio pagó parte de su estancia en Sayula y una cena en su honor en un conocido restaurant local allá por 2019 cuando comenzaron su sexenio en el poder municipal.  

José Cruz Camargo Zurita es el líder, compositor y fundador de Real de Catorce, el grupo de blues más importante de México, con 40 años de trayectoria.

El grupo  Real de Catorce fue invitado hace 4 años a Sayula, lugar natal del escritor Juan Rulfo (aunque les pese), para participar como cabeza de cartel en la parte musical del Festival Rulfiano de las Artes el 11 de mayo de 2019, festival anual que conmemora el natalicio de este escritor universal sayulense . 

Ese 12 ya de mayo, pasada ya la media noche del 11, luego que terminará su presentación fuera de lo programado, debido a un retraso por la incompetencia logística  del ayuntamiento en turno, el maestro firmaba autógrafos y recibía a una larga fila de admiradores en un toldo improvisado como camerino, ya por ahí de las 2 de la madrugada, en el centro histórico de la cabecera municipal de Sayula. 

A esa hora una comunidad pequeña como esta en su mayoría duerme, hay poco movimiento en las calles y se oye entonces el silencio rulfiano vagando sus callejones y entre las sombras de sus portales centenarios. 

La fila de admiradores locales como foráneos (llegó gente de la región, Colima, Michoacán, y Guadalajara al evento cultural sin precedentes en Sayula) en mitad de ese silencio poético de estrellas y arcadas en el corazón de Sayula, de forma espontanea comenzó a cantar a coro "Parias blues" del maestro José Cruz, a capela: 

"En una de las calles, más lejanas del sueño, la más confusa y apagada, donde las sombras se erizan y los miedos se palpan, hay un rincón de café. Sorbiendo a tragos el olvido, trazando penas de papel, borrando nombres y apellidos, está un cadáver de mujer…". Cantó la pequeña multitud contra el silencio de Sayula, de Rulfo  69 años después de su "Pedro Páramo". 

Mientras, el maestro firmaba los autógrafos dentro pequeño toldo en mitad del lugar conocido hoy como "El Páramo", de triste memoria. La piel se erizaba ante aquel extraño encuentro entre Juan Rulfo y José Cruz que convertía al Blues en murmullos e incendiaba el llano en el Sayula rulfiano. El maestro , luego de esto, alrededor de las 3 am, aceptó asistir a una "cena" organizada para él y su banda Real de Catorce , con algunos afortunados admiradores y los organizadores del festival. Pese a que no era recomendable una jornada tan larga para su estado de salud (el maestro sufre de esclerosis múltiple en una etapa avanzada), el maestro disfrutó de una rica cena tradicional ,  sopitos y enchiladas, conversó amablemente con los asistentes, se tomó fotos y agradeció las atenciones. Así es este gran músico-poeta mexicano, grande por su talento, humildad y sensibilidad humana.  El presidente Municipal Daniel Carrión no asistió ni al recital, ni a la cena esa madrugada en una descortesía clásica de su megalomanía; pese a la importancia del personaje. Descortésmente la encargada de cultura del municipio, luego de la cena en la sobre mesa, apuró el desalojo del local donde se convivió así con el poeta nacido en la colonia Portales de la Cd de México. Argumentó  la funcionaria, que los empleados del negocio ya se querían ir a dormir, estos, como ella y el presidente municipal Daniel Carrión, claro, no sabían quién carajos era José Cruz ni Real de Catorce, no había motivo para ser más amable que con un mariachi que se contrata para una serenata en una parranda de pueblo. No se cubrieron más que las formas y de manera inepta, pues la cena debió suceder a las 10 de la noche del día anterior y no a las 3 de la madrugada del siguiente. Pese a ello el maestro no formuló una sola queja y se retiró, cansado pero con una gran sonrisa de satisfacción por lo que pare él, seguramente, fue una experiencia espiritual con Rulfo y su tierra. La incompetencia, incultura, prepotencia e insensibilidad de los funcionarios públicos y ayuntamiento entonces, que "apoyaron" al Festival Rulfiano en esa presentación en especial, nos recomendó como municipio en el circulo de los espectáculos musicales de alta cultura en México, este grupo algunos años antes fue invitado, con un gran éxito, del festival Internacional Cervantino, en su larga trayectoria de más de 40 años ha tocado por todo el mundo, incluida la Rusia soviética de los años ochenta y el Chicago festival blues, representando a México. Dado que es el mismo titular del ayuntamiento, estos últimos años, sumado a la pandemia, el Festival Rulfiano de las Artes que debería de ser el evento más importante del año en materia de cultura en Sayula, se ha visto disminuido como atractor de turismo cultural al municipio, que fue su razón de ser cuando se fundó la AC que hoy está al frente de su organización. Las malas políticas culturales y la ineptitud de esta administración casi la misma del pasado trienio, hacen un gran daño a la promoción de Sayula y la difusión de la cultura entre sus habitantes.  Un pueblo sin cultura es un pueblo ignorante, manipulable e indefenso. 



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