lunes, 6 de marzo de 2023

 La familia Ojeda, una historia de la

artesanía de 112 años en Sayula

Por Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula


Uno de los artesanos más prestigiados de Jalisco, sin duda alguna, es el señor José Ojeda Larios, nacido en Sayula Jalisco en 1932, quien actualmente vive en este municipio y tiene su taller de fabricación de cuchillos por la misma calle donde naciera en el año citado, calle Daniel Larios, antes la calle de la Culebra y ya para la Reforma en el siglo XIX, la calle de La Industria y finalmente, por ser esta también la calle donde nace uno de los próceres de la guerra de Reforma, el licenciado sayulense Daniel Larios, calle Daniel Larios. 

Esta misma calle a principios del siglo XX, era conocida porque en ella se encontraban varios talleres de carpintería en la tercera cuadra de esta rua, siendo la segunda cuadra donde se encontraba un antiguo taller de panadería propiedad de la familia Villalobos (hasta el día de hoy); de ahí que se le conociera como calle de la industria. 

Para cuando la Familia Ojeda se muda a ese barrio de Sayula en 1912, cerca de la esquina de la citada calle con la hoy calle Quinta Roo, suma al mismo un taller de herrería al frente de cual estaba el abuelo de don José Ojeda Larios, don Modesto Ojeda Ramos.

Don Modesto Ojeda Ramos nacido en 1863, fue hijo de Juan Ojeda Cobián y Agustina Ramos Castillo, nieto de José Ojeda y Josefa Cobián por línea paterna y por línea materna de Gabriel Ramos y Esperanza Castillo. 

Don Modesto se casó el 19 de enero de 1885 con doña Dominga Silva Sánchez nacida en 1867, hija de Juan Silva  y María Asunción Sánchez, nieta de Juan Silva y Josefa Espítia por línea paterna y por línea materna de Pedro Sánchez y Dolores Jiménez.  

Rafael Ojeda Silva, fue hijo de don Modesto Ojeda y doña Dominga Silva, nacido en el diez de enero de 1898, se casó en Sayula el 15 de julio de 1924 en la casa marcada con el número 100 de la calle Daniel Larios, con Ramona Larios de 16 años de edad, hija de Rafael Larios y Agapita Ceballos.

Don José Ojeda Larios nacido en Sayula en 1932, fue hijo de Rafael Ojeda y Ramona Larios, aprende el oficio de herrero desde niño, de su tío paterno Salvador Ojeda Silva nacido en diciembre 12 de 1895, quien será su tutor y maestro.

El maestro José Ojeda Larios es heredero de una familia del gremio de herreros de la región quienes ha preservado las técnicas de este oficio celosamente por años hasta que, como él lo ha manifestado públicamente, hace aproximadamente 50 años perfecciona la técnica de la fabricación de cuchillos innovándola con respecto a las existentes y llevando la producción a niveles de artesanía fina apreciada en todo el mundo. 

Platica el maestro artesano que al quedar de niño, bajo la tutela de su tío Salvador, que a diferencia de su papá continuó con la tradición de la herrería, aprende la forja de herrajes para monturas de bestias, herraje de pezuñas; además de herrajes para muebles y puertas de madera. Más tarde aprenderá la tecnología de armería que le permitió independizarse y hacer una capital para invertir en la innovación de la fabricación de cuchillos en acero inoxidable Damasco con empuñaduras exóticas desde cuerno de alce hasta fósil marfileo de mamut.

La confianza del maestro Ojeda en el trabajo duro y disciplinado que como él dice le significó decenas de miles de golpes de martillo sobre el yunque, rindió sus frutos en el reconocimiento internacional a su trabajo y varios premios estatales y nacionales. 

Actualmente sus creaciones se encuentra en los cinco continentes e incluso la monarquía española y el cineasta Guillermo de Toro, poseen piezas del maestro Ojeda en sus colecciones. Piezas algunas valoradas en miles de dólares. 

La aportación de la Familia Ojeda al municipio de Sayula, desde la segunda década del siglo XX, es significativa. Según los archivos consultados y aquí citados, se pude concluir que familias como la familia Larios con quienes emparentaron por esas fechas, aprendieron el oficio de estos, sumándolo al oficio de la carpintería que según documentos de archivos era el oficio original de los Larios, combinando el trabajo en madera y hierro de importante valor desde mediados del siglo pasado y que se expone en varias piezas del museo dedicado al trabajo del maestro Ojeda, que cuenta con trabajos de su tío Salvador Ojeda Silva, en el edifico de la Casa de la Cultura Juan Rulfo de Sayula. 

Actualmente en el taller del maestro Ojeda trabajan un centenar de sayulenses y los hijos y sus  familias de este sobresaliente artesano que por su trabajo e innovación creativa es motivo de orgullo para Sayula.

La tienda de exposición y venta de los productos del taller Ojeda, que se encuentra en la esquina de Daniel Larios y avenida Juárez de Sayula, recibe anualmente la visita de miles de turistas que identifican a Sayula con esta artesanía, el cuchillo, que es toda una tradición y la marca Ojeda en forja toda una institución en la artesanía del estado. La prensa nacional así lo documenta:

"José Ojeda a los diez años se inició como artesano. A los doce cuando lo enviaron a la escuela él ya ganaba dinero de su oficio: "Hacía diario tres daguitas que se las vendía a un señor por noventa centavos. En el año de 1942 eso era una fortuna" dice.

Su labor artesanal tiene varios tiempos. El primero fue cuando empezó a hacer cuchillos de monte, para la cacería. "Cuando vino López Mateos a Sayula, vino Barba, el presidente del Club de Leones y me encargó un cuchillo para obsequiárselo. Lo hice. Y lo más importante: vi que se ganaba dinero".

Otra etapa fue cuando se dedicó a la hechura de carabinas y pistolas. Terminó dando cursos en la SEDENA sobre la Forja de Herramientas de Implantación en el Campo Militar No. 15 en el año 1988. Antes ya le habían quitado el permiso de fabricación por el problema del 68 en Tlatelolco. Esa fue la justificación.

La tercera etapa fue el cambio que le hizo a los cuchillos de acero al carbón al de acero inoxidable. "Fui el primero que empezó a hacerlos aquí en Sayula. A darles el temple. Tiene su secreto hacerlos". Estos cuchillos son los que le han dado la vuelta al mundo. "Hacemos cuchillos o dagas cotizados en dólares en el extranjero por el material que utilizamos y porque tardamos hasta cuarenta días en hacerlos. Y deben ser sobre pedido". Allá en su tienda está un aparador con cuchillos de monte, cuchillos de acero inoxidable, dagas, cuchillos de cocina. Y dos cosas extrañas y codiciables: bastones de madera de tampicirán con estilete por dentro y los cintos con navaja oculta en la hebilla. 

"Uno debe andar siempre protegido ?dice con acento astuto?, yo prefiero pelearme con la justicia que con el panteonero".  (Gaceta U de G, Salvador Encarnación)

"Entrevistado en su tienda Cuchillos Ojeda, ubicada en el centro de Sayula, don José cuenta que forma parte de la décima tercera generación de artesanos en su familia, cuyos integrantes se dedicaron primero a la herrería y él exploró, junto con sus dos hijos, la fabricación de armas blancas. ´Tengo una alergia fuerte por el polvo de acero y de madera del taller, y por los años. Pero ese es mi único talón de Aquiles. Sigo trabajando como si nada… ´Al principio, hacíamos la herrería de lo que se ocupaba antiguamente en el campo: arados jalados por bueyes, herrajes para carretas, hachas, azadones, machetes, guadañas. Pero todo eso fue pasando a la historia ´, recuerda." …Con el paso del tiempo, las manos del artesano y las de sus hijos adquirieron la destreza y la precisión necesarias para mejorar cada vez más la calidad y la estética de las piezas, algunas confeccionadas a lo largo de 30 días. Fue entonces cuando llegó el reconocimiento internacional. En 1992, con motivo de la conmemoración del 500 aniversario del Encuentro de Dos Mundos, el Instituto de Artesanías Jalisciense, al que pertenece, lo invitó a exponer una muestra de sus cuchillos en Sevilla, España.

´Cuando supe que el rey Juan Carlos iría a verla, le hice un cuchillo especial que le obsequié y se quedó fascinado. Me dijo que era uno de los más hermosos que había visto y que me recomendaría mucho ´, recuerda con orgullo.

Una pieza del cuchillero de Sayula puede llegar a costar hasta 50 mil pesos. Pero, más que el dinero, aclara, le interesa entregar ´obras perfectas ´ que dejen en alto el nombre de su familia, de su tierra y de México."   (Exelsior)





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