martes, 25 de abril de 2023

 EDITORIAL: Somos un pueblo inculto con autoridades incultas y voraces


Hace tan sólo unos días fue noticia en Sayula y a nivel estado de la destrucción que particulares realizaban de una zona que se considera arqueológica, con la complacencia y/o complicidad de las autoridades municipales quienes habrían avalado el permiso para tal depredación en la zona de Santa Inés, aras de obtener beneficios económicos (y cabría preguntar quién se quedaría con esos recursos), por lo cual trascendió en medios informativos que el I.N.A.H. preparaba una denuncia por la destrucción de la mencionada zona arqueológica en Sayula Igual se conoció y denunció, aprovechando la ocasión y como suele suceder como auténticos actos de rapiña de saqueos de los propios vecinos de los vestigios encontrados ante la evidente nula vigilancia oficial.

Se recuerda toda esta historia porque hasta la fecha con todo y los pronunciamientos del propio INAH, de que sancionaría a los responsables, todo al parecer fue una simulación para aparentar que trabajan o que algo hacen ante las denuncias ciudadanas y de los pueblos que ven saqueados sus valores arquitectónicos, en el fondo sólo se muestran como funcionarios “a modo” del gobernante en turno, corruptos y sin valores como debería de ser, sobre todo un instituto tan importante. Recordando la nota :

29 de octubre de 2022.- Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), inspeccionó el nivel de los daños provocados en la zona arqueológica del cerro de Santa Inés en el municipio de Sayula, en donde particulares metieron maquinaria pesada para destinar ese lugar a fines de cultivos.

El regidor Gerardo Morales informó que el sábado personal de INAH visitó la zona afectada y se prepara ya una denuncia de orden penal federal por las afectaciones a vestigios de comunidades originarias que datan de hace más de mil años.

Dijo que también se busca sancionar a los responsables por las omisiones cometidas de las autoridades correspondientes, debido a que no se tomaron en cuenta escritos u oficios girados por lograr la preservación de la referida zona arqueológica.

El 24 de octubre el alcalde de Sayula, Daniel Carreón publicó en su cuenta de Facebook que "en conjunto con autoridades del INAH (el municipio) suspendió una obra agrícola que se desarrolla en las inmediaciones (del cerro) de Santa Inés", "no hay permisos federales mostrados y será esa instancia la encargada de protección y la posible emisión de sanciones".

Pero se abstiene de hablar sobre la destrucción de los vestigios arqueológicos y del escrito que le llegó antes, en donde se advertía al municipio sobre la necesidad de resguardo de la zona, en una solicitud que plantea el INAH desde el día 21 de octubre, es decir, tres días antes, según el oficio 401.6C.8-2022/0883. Por su parte el portal  NMAS Guadalajara informa que en base al dictamen del I.N.A.H.  la Fiscalía General de la República investiga a fondo el caso y que en base a la violación que se valore al artículos 52 de la Ley de Monumentos y Zonas Arqueológicas, se podría aplicar una pena de 3 a 10 años de cárcel y pagar el costo de los daños registrados, a quienes resulten responsables de estos hechos.

Hasta el momento continúan las investigaciones tanto de la destrucción en la zona arqueológica como la tardía y sospechosa actuación del alcalde Daniel Carrión que en clarísima omisión desoyó a tiempo la recomendación del INAH de salvaguardar el área en cuestión tras la notificación de la institución tres días antes de la entrada de la maquinaria al lugar.

Total y como obvia conclusión del caso, TODO FUE UNA SIMULACION del propio INAH, que señaló castigaría a los culpables y que ni siquiera detuvo la depredación porque hasta hoy en día, ya hasta se convirtió el predio de Santa Inés en un terreno para siembra como se denuncia en las redes sociales. Con un INAH corrupto o asociado a los intereses gubernamentales muy poco podemos esperar en la slvaguarda de nuestros patrimonios arquitectónicos e históricos. Somos pues, como reza el título de este editorial,  un pueblo inculto con autoridades incultas y voraces.

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