martes, 25 de abril de 2023

 El origen de dos dioses prehispanicos. 

Una explicación desde la teoría histórico-genética

Por Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

“Xiuhtecuhtli, el dios del fuego

Para los antiguos mexicanos los efectos del fuego son, como informa Torquemada, simplemente la acción de una deidad:

... honrábanlo como a dios (a Xiuhtecuhtli), porque los calentaba, cocía el pan y guisaba la carne y por esto en cada casa le veneraban; y en el mismo fogón o hogar, cuando querían comer, le daban el primer bocado de la vianda, para que allí se quemase; y lo que habían de beber lo había de gustar primero, echando en el fuego parte de el licor; adornábanlo con flores, pero no muy dentro, sino fuera, porque es dios tan riguroso, que todo lo consumiera.

 Algo semejante se lee en el texto de Sahagún:

... y todos le tenían por padre considerando los efectos que hacía porque quema la llama, enciende y abrasa, y estos son efectos que causan temor. Otros efectos tiene que causan amor y reverencia, como es que calienta a los que tienen frío y guisa las viandas para comer, asando y cociendo y tostando y friendo.


¿En qué se basa esta forma de interpretar la acción del fuego? Ya hemos mencionado, que la forma fundamental de la causalidad muestra la estructura interna de la acción, pues es aquí donde primero se forma. En la medida que las acciones van logrando una mayor coordinación, se va formando la causalidad, pues la relación subjetivad de la acción de la estructura del comportamiento es una relación causal. De ahí que cuando esta estructura es aplicada en la interpretación del mundo, la causa del fenómeno resulte ser el sujeto. Así como en el comportamiento la única fuerza efectiva capaz de poner en movimiento la acción es el sujeto, y con él la subjetividad, así también en las interpretaciones que se apoyan en esta estructura, el sujeto es la fuerza que tiene el poder de desencadenar el fenómeno. Cuando los aztecas intentan explicar la acción del fuego, ésta sólo puede ser comprendida, debido a la lógica de su pensamiento, como el efecto de un poderoso sujeto. El pensamiento indígena atribuye al fuego un papel esencial en la cosmología. Según los aztecas, el fuego contiene un principio activo del cual el mundo ha surgido y a través del cual se sigue manteniendo vivo. Conforme a esta idea, los aztecas temen que el mundo llegue a su fin cuando la acción vivificante del fuego, después de 52 años, se agote. A través de una dramática ceremonia, los antiguos mexicanos procuran renovar la fuerza de esta materia primordial, evitando con ello el caos y el fin del universo. Pero si afirmamos que en la lógica subjetivista del pensamiento la única fuerza considerada como causa es la subjetividad, cabe preguntarse, entonces, con respecto a esta creencia, de dónde procede la idea de que el inicio del cosmos es materia. En una concepción de la causalidad que se sustenta en la estructura de la acción, el principio es pensado tanto en forma material como subjetiva pues en el inicio de la acción coinciden tanto la fuerza creadora de la subjetividad como la corporeidad misma del sujeto. Para un pensamiento que se apoya en esta lógica es necesario entonces determinar la sustancia que existía antes de la creación y que posee la fuerza de dar existencia al mundo.

 En el pensamiento prehispánico el fuego es precisamente este material en el que está contenido el principio activo. Sin embargo, la materia original e indiferenciada que existe antes de la creación es percibida en la categoría del sujeto. Sólo por esto la sustancia, antes de la creación, tiene el poder de hacer surgir por sí misma el universo. Una vez que el fuego ha sido definido como la materia primordial, el pensamiento, que lo percibe en la forma categorial del sujeto, deposita en su interior la fuerza creadora de la subjetividad. Así como el cuerpo del sujeto, gracias a la subjetividad, da origen a la acción, así también, en las interpretaciones que se sustentan en esta lógica, en el interior de la materia se encuentra contenida una fuerza creadora. No es difícil, entonces, entender por qué Seler escribe lo siguiente sobre la concepción prehispánica del fuego:

El dios del fuego ... es en esencia idéntico a la antigua deidad, al Señor de la Vida,... pues el fuego era para los antiguos mexicanos la energía, el calor, la imagen del crecimiento, de la renovación, la sustitución de la antigua generación por la nueva. Esto significa también Izcalli, el nombre con que se denomina su fiesta.10

La diferencia entre el concepto de causalidad de los aztecas y el nuestro reside esencialmente en el grado de descentralización del pensamiento. Gracias a que los fenómenos del mundo no son obligados a converger en el sujeto podemos suponer como causa de los fenómenos factores físicos, psíquicos, sociales o históricos. Pero la causalidad en el pensamiento azteca aún no se ha desprendido de la estructura de la acción y la causa de los fenómenos es concebida sólo mediante el esquema subjetivista.

Xólotl

Uno de los informantes de Sahagún relata que en el inicio de los tiempos, después de que Nanahuatzin y Tecuciztecatl se arrojaron al fuego, convirtiéndose en el sol y la luna, los dioses constataron con espanto que éstos no se movían. Por ello decidieron morir, y con su vida poner en movimiento a los astros. El mito narra entonces lo siguiente:

Y luego el Aire se encargó de matar a todos los dioses y matólos; y dícese que uno llamado Xólotl rehusaba la muerte, y dijo a los dioses: Oh dioses ¡No muera yo! Y lloraba en gran manera, de suerte que se le hincharon los ojos de llorar; y cuando llegó a él el que mataba echó a huir y escondiose entre los maizales y convirtióse en pie de maíz, que tiene dos cañas, y los labradores le llaman Xólotl; y fue visto y hallado entre los pies del maíz; otra vez echó a huir, y se escondió entre los magueyes, y convirtióse en maguey que tiene dos cuerpos que se llama mexólotl; otra vez fue visto, y echo a huir y metióse en el agua, hízose pez que se llama axólotl, y de allí le tomaron y le mataron.

Como se desprende del texto, todos lo seres vivos que muestran una naturaleza gemela tienen su origen en la deidad llamada Xólotl. Tal creencia muestra igualmente un concepto de causalidad que asume los rasgos de la lógica del comportamiento. Esta lógica parte de lo existente, lo hace converger en un agente subjetivo y señala entonces lo existente explícitamente como su efecto. Sin embargo, en este mito los seres de la naturaleza que aquí se mencionan, no son creados a través de un acto subjetivo del dios Xólotl, sino que se forman de la sustancialidad misma de su cuerpo. ¿Cómo se puede explicar esta causalidad? La organización elemental de la causalidad obliga, como hemos visto, a una concepción subjetivista y material del origen. Junto con la subjetividad, es el sujeto mismo en su materialidad lo que da origen a la acción. Pero esto no es todo. En la estructura del comportamiento, pensar y actuar siguen un estricto orden. Sin importar cuál sea el motivo que mueve a la acción, el pensamiento es siempre el aspecto primero y organizador del comportamiento. Pero no sólo su orden es relevante en la constitución de la lógica, sino la forma en que el inicio y el acto se articulan. En el pensamiento se encuentra ya lo que posteriormente se manifestará en la acción; en el inicio ya existe lo que de aquí surgirá. Cuando esta lógica encuentra su aplicación en la interpretación del mundo, la fuerza creadora del origen es concebida en forma especial: si un acontecimiento determinado se encuentra de manera aún no desarrollada en el origen y el acontecimiento es sustancial y material, entonces el origen tiene que ser tan sustancial y material como el acontecimiento mismo. A partir de esto el origen subjetivista será necesariamente sustancial. 

En las interpretaciones que descansan en está lógica el origen es, por lo tanto, concebido como sustancia. Si se considera esto, es comprensible el motivo por el cual los objetos que muestran una naturaleza gemela surgen de las distintas transformaciones corporales de Xólotl. Considerados desde el punto de vista de la lógica estructural, ellos surgen de la sustancialidad del origen, de la materialidad de una potencia creadora. La estructura que se encuentra asentada en la organización interna del mito constituye también la lógica de una práctica, que nos puede parecer cruel, pero que sigue estrictamente la lógica con la que el mundo se les presenta a los aztecas. En el mundo prehispánico, el nacimiento de niños gemelos, como todas las formaciones dobles en la naturaleza, es atribuido a Xólotl. Pero el origen en la lógica del comportamiento no sólo es un origen creador, sino también un destructor. Xólotl además de ser considerada la deidad con el poder de crear formaciones gemelas, es también una criatura deforme, un ser siniestro y portador de infortunios. Esta forma de considerar el origen como fuerza creadora y destructora determina decisivamente el destino de los lactantes, en los que se supone la presencia de Xólotl. Ya que estos niños no tienen el mismo origen que los demás, sino que han sido creados por Xólotl, en ellos se manifiesta la ambivalencia de su origen; uno de ellos proviene de la fuerza creadora de la divinidad, el otro es portador de la fuerza destructora, él trae consigo sólo infortunios y muerte. Por ello los aztecas creen que si este último permanece con vida inevitablemente matará a sus padres y se los comerá.12 Para evitar esto, los padres dan muerte inmediatamente depués del nacimiento al lactante en el que creen identificar el caracter destructor de Xólotl, alejando con ello el peligro que los amenaza. Si se consideran las estructuras del pensamiento, es difícil ver en la muerte de uno de los gemelos un mero acto de crueldad, pues los padres actúan sólo en forma consecuente con la manera en que la realidad adquiere un orden. Debido a la identidad de lo existente con su origen, los niños gemelos son idénticos al origen. Y ya que el origen es pensado como una fuerza creadora, pero también como una fuerza destructora, los niños gemelos hacen presente en el mundo real esta ambigüedad del origen. Si se quiere evitar que el gemelo portador de la parte destructora del origen aniquile a sus padres, hay que darle muerte." - Laura Ibarra. 


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