martes, 19 de septiembre de 2023

 Política e ideología.

Por Rodrigo Sánchez Sosa

Ideología es un conjunto normativo de emociones, ideas y creencias colectivas que son compatibles entre sí y están especialmente referidas a la conducta social humana. A través de una idea del mundo le damos sentido a la realidad y actuamos en consecuencia. La ideología puede ser política, religiosa, científica, moral, etc. O todas ellas interrelacionadas, ser la ideología.

 Hay muchas ideologías: dominantes, marginales, clandestinas, irracionales, fantásticas y ridículas. Son la expresión de lo humano en la antropomorfización de la realidad que como fenómeno se nos presenta para ser interpretada, La adopción personal o comunitaria de estas ideologías tiene que ver con nuestra madurez, nuestra educación y nuestros valores. Las ideologías las adoptamos, no surgen de nosotros de forma espontanea;  como producto colectivo esencialmente responden a intereses y por ello son formas de control y demonio de las elites. La ideología nos enajena, nos hace actuar en base al  interés de otros u otro, por lo tanto no actuamos como individuos particulares en busca de nuestro interés propio, cedemos ese derecho a la comunidad, a la elite o el individuo que nos enajena con su visión del mundo manipulante, la ideología. Por extraño que parezca no se puede vivir sin ideología en sociedad; pero de esta depende el destino común de un pueblo para bien o para mal. 


He tenido la oportunidad de hablar con personas aquí en Sayula y comprobar la ideología dominante de nuestros tiempos, el capitalismo, con su fetiche, el dinero (Definamos fetiche: Figura o imagen material  que representa a un ser sobrenatural al que se atribuye el poder de gobernar una parte de las cosas o de las personas, y al que se adora y se rinde culto. Fetichismo: Devoción hacia  objetos materiales, a los que se ha denominado fetiches).

 Primero hable con los más jóvenes, uno casado, otro soltero de la misma edad entre 20 y 25 años. El primero externó su esperanza de volverse rico en un momento de su vida aprovechando hoy su juventud, pues decía haber entendido que el dinero lo compra todo y que oponerse al capitalismo dominante, por más injusto que sea, no tiene sentido, es desgastante y al final inútil; dijo no querer terminar como su padre y su suegro trabajando para alguien que lo explote y esclavice. Su plan: tener varias entradas de dinero hasta lograr su independencia en el control de las mismas, es decir tener varios trabajos hasta hacerlos empresas propias que le generen el dinero suficiente que ambiciona para ser independiente y feliz como promete el dinero; explicó quien minimiza los compromisos para lograrlo, es decir, hijos hasta después.

 El segundo, un poco mayor que el primero pero sin rebasar aún los 25 años; preparatoria trunca, adicto a la metanfetamina, con trabajos informales, soltero y viviendo en casa de su familia. No tiene ambiciones a largo plazo, y su preocupación es la fiesta y la forma de conseguir dinero para la próxima dosis. No presenta interés por su futuro, ni tiene pareja estable, el dinero lo ve como herramienta para acceder al placer inmediato que proporcionan las drogas o el alcohol y su mundo se reduce a los vaivenes del mercado ilícito de drogas y a la entrada y salida de centros de recuperación. El fetiche eje, la droga. 

Los adultos: un dueño de un negocio con mediano éxito, una carrera profesional, abogado, mayor de cuarenta años, con hijos y esposa, obesidad notable. Su idea ya se aleja un poco de la felicidad identificada con el placer inmediato de satisfacción de los impulsos básicos; su ambición es el poder económico, al que se subordinan todos los otros poderes. Su razonamiento no difiere del primero de los jóvenes arriba descritos, el emprendimiento, a otra escala, que le permita la acumulación de capital, dinero, para acceder a las elites de poder que controlan las cosas. Su meta, la misma diversificación para incrementar entradas y flujo de efectivo; el poder identificado con el fetiche principal, el dinero.

 Adulto dos: en sus treinta años, profesionista, empleado de agro empresa, con un sueldo base de 6 mil pesos semanales,(12 mil la quincena) camioneta, gasolina y beaticos pagados por la empresa, contrato temporal con opción a renovable, casado, hipoteca y colegio de paga para los niños, no interesado en la política o el emprendimiento individual, sino en la escalada de puestos en la empresa para la que trabaja hasta alcanzar puestos de ejecutivo o director; es bebedor social y no se droga, ambiciona capacitación especializada en el extranjero y reconocimiento de su gestoría profesional por parte de la empresa trasnacional para la que trabaja. 

Luego están los políticos, como los muchachos que nos gobiernan en el municipio, y los adultos que son sus cómplices. El mismo fetiche, el dinero como generador de poder e impunidad, la búsqueda del placer inmediato del impulso, la ambición del poder, el uso de drogas y alcohol, y la embriaguez de la omnipotencia. Solteros, progres: LGBT…, ecología, feminismo, animalismo, etc. Todo ello usado con motivo del fin principal, mediante la enajenación y el engaño.

Bajo este esquema se encuentra la realidad económico-político-social de Sayula controlada por una ideología fetichista del capitalismo, donde todo hace eco en ello,. Pero déjeme contarle de donde vine la ideología generalizada y reproducida visiblemente por nuestro presidente Dany Carrión y sus cortesanxs, y no pocos sayulenses:  

En la prensa económica internacional, los amos del mundo se presentan generalmente como seres admirables, proclamando su adhesión a obras o a organizaciones benéficas, presentándose ellos mismos como personas trabajadoras, honestas y amantes del prójimo. Subjetivamente, ellos se consideran hombres de bien. ¿Cómo explicar esta aparente ceguera? Para superar las contradicciones con que se encuentran en la práctica, ellos apelan a una teoría muerta, una vieja teoría llamada de efectos residuales secundarios. Esta se debe a dos grandes filósofos ingleses: Adam Smith y David Ricardo, que es la base y guía de los Nuevos Amos del Mundo. Que dice este dogma hablándoles a los ricos capitalistas: "Abandonados a sí mismo y libres de toda limitación y de todo control y dirigiéndose a cada instante hacia los lugares donde la ganancia es máxima. Es así como los costos comparativos de los gastos de producción determinan el lugar de implantación de la producción mercantil."

Los efectos de esta ley produce maravillas: entre 1960 y el 2000 se multiplicaron por seis sus utilidades y los valores de la bolsa de Nueva York aumentaron en1000%. Ahora sólo queda por solucionar el problema de la distribución de la ganancia.  Smith y Ricardo eran dos estudiosos creyentes y muy preocupados por los pobres que existen en las ciudades. La receta que ellos daban era el "efecto del chorreo".

Para ellos existe un único objetivo para la acumulación de riqueza,  la vinculada a la satisfacción de necesidades. El teorema se aplica tanto a los individuos como a las empresas. Según el "efecto chorreo" a partir de un cierto nivel de riqueza los ricos no acumulan más dinero. Ellos distribuyen (¡eyyy!). Un millonario aumenta el sueldo de su chofer porque no sabe qué hacer con tanto dinero (aunque la verdad es que locos de poder prefieren invertir en cohetes para ir a Marte como Elon Musk; si el chofer quiere más dinero que se consiga un trabajo extra; al millonario le "costaron" sus millones como dice Salinas Pliego; la meritocracia: Ni huevones, ni rateros, ni pendejos, diría Xóchitl Gálvez la empresaria de las gelatinas) 

Pero este es un razonamiento erróneo. ¿Por qué? Porque Smith y Ricardo vinculan la acumulación a las necesidades y al uso. Pero para un multimillonario el dinero tiene poco o nada que ver con la satisfacción de necesidades, por más superfluas o lujosos que ellas sean. Que un Faraón no pueda navegar sobre 10 naves al mismo tiempo, habitar en10 mansiones o no pueda comer 50 kilos de caviar en una comida es algo que finalmente carece de importancia. El uso no tiene nada que ver. El dinero produce dinero. El dinero es un medio de dominación y de poder. La voluntad de dominación es inextinguible; carece de límites objetivos.

El formulismo de la teoría del chorreo es la exacta reproducción de la absurda quimera del paraíso de la Biblia: ¡Esfuércense hasta reventar ustedes gente del Tercer Mundo y sus alrededores! Una  vida mejor les es espera  en el paraíso. Lo lamentable es que nadie les dice cuándo se realizará esa forma de paraíso comprada con dinero. En lo que respecta a la teoría del chorreo, la respuesta es clara: Jamás. ("La ideología de los amos." Jean Ziegler)



No hay comentarios:

Publicar un comentario