martes, 12 de septiembre de 2023

 La Fiestas Patrias, nuestra identidad

Por Arturo Fernández Ramírez

Septiembre es reconocido como el mes de la patria, en el que se recuerda, reaviva y festeja nuestra identidad y nacionalismo. Y aunque la esencia de este sentir lo asociamos directamente al día 16, cuando inició el movimiento armado de la emancipación de México. Lo cierto es que, también está el 27, en el que se conmemora la consumación de la Independencia. Es decir, la efervescencia del patriotismo se genera con la primera fecha y no con la segunda. Esta última, en teoría, debería ser la de mayor celebración porque fue el momento en que se logró poner fin a 3 siglos de esclavitud. Con todo y ello, lo importante es tener siempre presentes estos acontecimientos históricos y honrar a quienes dieron su vida para que hoy tuviéramos un país mejor. Nos toca seguir su ejemplo de valentía y aportar lo que nos corresponda, con el fin de heredar a las siguientes generaciones un buen futuro.


     Las zonas que actualmente comprenden México, Centroamérica y el sur de Estados Unidos quedaron en manos de España, cuando Hernán Cortés derrocó el gobierno de México Tenochtitlán en 1521. Tuvieron que pasar 300 años para que nuestro país lograra su emancipación. Periodo en el que prevaleció una gran desigualdad social en contra de los mestizos, indígenas y los de raza de color, quienes carecían de derechos políticos. La distribución y control de la riqueza la tenían los aristócratas españoles.

      Dichas causas dieron como resultado un gran descontento popular que derivó en un movimiento armado que, al haber sido descubierto, orilló a que en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, diera el Grito de Independencia, sonando la campana de la iglesia de Dolores, Hidalgo. Convocando al pueblo a levantarse en armas en contra del dominio de los españoles. Sumándose, entre otros, Ignacio Allende y Juan Aldama.

      Fue hasta el 27 de septiembre de 1821, en que, bajo el Plan de Iguala, proclamado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, se consumó y reconoció la Independencia de México. Habiendo sido en 1845, cuando el entonces Presidente de la República, Antonio López de Santa Anna, celebró de manera oficial la Ceremonia del Grito, para recordar al cura Hidalgo y a los héroes que lucharon por la emancipación.

      Como dijimos, la efervescencia del patriotismo en las y los mexicanos, se genera con el Grito de Independencia y no con la consumación. Esta última, en teoría, debería ser la que más festejemos, porque fue el momento en que se logró poner fin a 3 siglos de esclavitud y explotación. Aunque, ciertamente, era necesario que alguien tuviera el valor de iniciar la guerra, como lo hicieron nuestros héroes.

    Lo más importante es que tengamos siempre presentes estos acontecimientos históricos, para sentir orgullo de nuestro origen y honrar a quienes dieron su vida por un México mejor. Nos toca seguir su ejemplo de valentía, conservar los derechos conquistados y continuar luchando por más libertades, con el fin de heredar a las siguientes generaciones un país caracterizado por la justicia, igualdad y equidad. Que viva México.


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