martes, 16 de enero de 2024

 Nunca es tarde para reflexionar sobre la Navidad : Cuántas natividades

"Una voz clama: Preparad en el desierto camino al SEÑOR; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios. Todo valle sea elevado, y bajado todo monte y collado; vuélvase llano el terreno escabroso, y lo abrupto, ancho valle." (Isaías 40:3,4)

Cuánto siglos tuvieron que pasar para que viniese un humano a cumplir a cabalidad las profecías declaradas por tantos profetas.

Los vaticinadores premoniciaban uno que venía a allanar los valles, a enderezar senderos, a rebajar lo tortuoso ¿de la tierra? ¡por supuesto que no! de la vida de los hombres.

En muchos rincones del planeta se muestran luces multicolores, aparadores repletos de mercancías llamativas y creadoras de necesidades como celulares, juegos computacionales, vehículos relumbrantes con accesorios innecesarios pero que dan al poseedor un "estatus" de mayor nivel y satisfacción al egocentrismo del que lo posee (aunque deba más de la mitad de su salario por 5 ó 7 años); comida en exceso; bebidas alcohólicas hasta perder la consciencia; fiestas llamadas posadas donde se pueden obtener favores que en otro medio no se logran; riñas como si fuesen campeonatos mundiales de box o lucha; familias sin aguinaldo porque el proveedor de casa gastó en exceso en parrandas y tugurios lo que no era de él.

 


Santo Claus creado y diseñado por Coca Cola.


Los arbolitos llenos de esferas, luces y adornos junto a un panzón de rojo hijo de la Coca Cola adornan muchos hogares. Todo mundo "feliz" con este tiempo y festejos. El feliz lo pongo entrecomillado porque es sólo una tesis que nunca se prueba ¿quién garantiza que los seres de este planeta en este tiempo estén en plenitud de satisfacción? Si, hay compras, regalos, deseos, parabienes y pensamientos, pero ¿no estarán en busca de un hedonismo procurando sólo el placer y nunca sufrir? O ¿esperan el florecimiento personal olvidando a los congéneres? También hay quienes creen que el utilitarismo es el culmen de la vida en un bienestar general; ¿y los que se creen existencialistas? Y piensan que la autenticidad y trascendencia en sus relaciones es lo mejor en la vida; pero se observa que ninguna de esas corrientes de pensamiento se finca en buenos valores ni en ideas éticas. Todas están vacías en el espíritu.

Todos pasamos por alto la auténtica dimensión de la conmemoración, festejo que se acentúa en diciembre y en otras culturas en enero y febrero, pero no quitan la vista del foco del nacimiento de un ser que nos enseñó a vivir con familia, amigos y enemigos; a amar inconmensurable e incondicionalmente.

¿Qué hacemos? Educamos y orientamos a nuestros hijos e hijas a un consumo, a una vanidad, un camino que nunca tiene un fin porque siempre surgen nuevas cosas que ambicionas, al igual los foquitos que te iluminan y te emocionan, pero al apagarse todo vuelve a ser sombrío.

Los responsables de ubicar y guiar al pueblo, tanto civil como religiosamente, se empapan de lo mismo, del festejo, del obsequio y la ilusión, olvidando lo medular: el compromiso por la transformación social y la opción por el más necesitado, la justicia social y la solidaridad.

¿Dónde queda lo humano? Dijo Aristóteles: el hombre se compone de cuerpo y espíritu, se le da al cuerpo todo y borran de la memoria que el espíritu es lo que hace al Ser. Todos nos olvidamos lo importante de nosotros y de nuestra relación con Dios (cualquiera que sea la idea que usted tenga de Él) porque esto afecta la comprensión humana.

De esta manera se entiende porque la guerra en Ucrania, las masacres de niños en Uganda y Franja de Gaza; no miran al humano, se fijan los objetivos, en los premios y ambiciones territoriales y las riquezas de los pueblos pobres. Recordemos el pasaje del profeta (2 Samuel 12: 7-9): "Yo te hice rey de Israel y te salvé del poder de Saúl. Te dí su palacio y sus esposas, y los reinos de Israel y Judá. Y si esto no hubiera sido suficiente, te habría dado mucho más. ¿Por qué, entonces has despreciado las leyes de Dios y has cometido esta horrible maldad? Porque tú diste muerte a Urías y le robaste a su esposa". La historia se repite, el rico y poderoso le quita al pobre lo poco que tiene (veámoslo en Gaza, África y Latinoamérica).

Pareciese que la Natividad de Jesús es un tiempo ligero y agradable dispuesto para toda compra, pero ¿y la autenticidad y la autotrascendencia? Estados donde mora la felicidad plena y la satisfacción; los cuáles quedan completamente soslayados, en la penumbra y el olvido. 

Para los lectores, editores y participantes de este importante periódico, espero que el espíritu auténtico del amor more en sus corazones en esta Navidad y año nuevo..

Moises Zepeda Gómez./ Para Horizontes


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