lunes, 23 de junio de 2025

EDITORIAL  Las fuerzas del capitalismo

      Desde todos los tiempos, los humanos y su arrogancia, soberbia y deseo de poder han hecho la imposición de unos sobre otros, no sólo mediante la colonización, más bien por la ambición del crecimiento, de extender su territorio, obtener mejores bienes y recursos materiales, lugares estratégicos para imponer el dominio, mejor organización y establecer una mejor seguridad como sucedió durante las dinastías Qin, Han, Tang, Song, Ming y Qing; de esto último tenemos todavía un testigo milenario: la muralla China.

     


En los casos de los siguientes imperios como el romano y el de Gengis Khan, las causas son las mismas.

Así ha sido durante todo el devenir de los hombres sobre la faz de la tierra.

      Siempre el poder y la riqueza son las causas que empujan la avaricia y la posesión, causa de todas la guerras, muertes, esclavitudes, hambres, pandemias y decadencias.

Detrás de los grandes poderes hay unos más grandes: las potencias económicas y su crecimiento. El hombre olvida al humano y se centra en las cosas que puede poseer.

  Como dueños de los medios de información, corren las versiones que les conviene decir; ¿creen ustedes que por la muerte del archiduque de Austria se desató la primera guerra mundial? ¿sólo por el asesinato de dos personas? Versiones que corren dicen que Inglaterra y Francia estaban dispuestos a entregar a Alemania a la Unión Soviética para evitar que la "Ola Roja" (ya desde entonces aterrorizaban al pueblo con el "comunismo") invadiera Europa.

    Los grandes capitales han sido la causa de las enormes tragedias humanas.

     ¿Cómo se hizo de poder Hitler? Nuevamente los capitales necesitaban un defensor ultraderechista de sus posesiones, ellos crearon a Hitler. En el Juicio de Nuremberg donde se encausaba a los Nazis, el abogado Nacional Socialista les escupió en la cara quiénes crearon a Adolfo Hitler; donde acusa al Vaticano, Inglaterra y la Unión Soviética de apoyar, financiar e impulsar a este personaje. Inclusive Winston Churchill en 1938 dijo: "Ojalá Inglaterra en algún momento de peligro de su democracia, tenga en su frente un hombre tan valeroso como Adolf Hitler". 

      Dicho y visto lo anterior, ahora preguntarnos: ¿Quién hizo posible el ascenso de Netanyahu, de Miley, de Zelensky, de Trump?

     ¿Fue acaso el pueblo mediante la democracia?

     Así llegamos actualmente a la expulsión y masacres de palestinos en Gasa; la posibilidad de una guerra nuclear entre Iraq, Irán e Israel.

Si miramos la historia nos damos cuenta de que son los intereses de los grandes capitales los que invaden nuestras vidas, los verdaderos terroristas están detrás de los acusadores de terrorismo.


Moisés Zepeda Gómez / Para Horizontes


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