sábado, 28 de noviembre de 2009


  La Carreta y los Bueyes.....

Por Rodrigo Sánchez Sosa

El Carretero…

Hola a todos los amables lectores de esta columna. Hoy me siento particularmente deprimido, un amigo me decía, en son de broma, que necesitaba cambiar mi vida, yo le conteste que más bien de país. Y es que no es para menos, nuestra realidad particular está profundamente ligada a una realidad sociopolítica y económica que nos abruma. Quisiera creerle a Felipe Calderón y pensar que es la merma en la producción de petróleo lo que nos tiene en tales circunstancias o pensar junto con el secretario de economía que es la crisis económica mundial, afortunadamente "superada", la que nos trasformó la realidad de cruda a insufrible a todos los mexicanos; pero sería injusto con Díaz Ordaz, López Portillo, De la Madrid, Salinas de Gortari, Zedillo y Fox, que tanto hicieron por traernos a este mundo raro; estoy de acuerdo, no pueden llevarse todo el crédito en este país de machismos, cacicazgos, malinchismos, discriminación y falocracia autoritaria. De lo cual se infiere que cualquier intento de democracia estaba destinado al fracaso y a la frustración. Pero eso qué tiene que ver con mi situación particular, se preguntará ¿qué tiene que ver mi relación de pareja, la forma en que educo a mis hijos, mi manera de ganarme la vida, de pagar mis deudas, de hacer mis negocios y hasta de ir a la iglesia? Yo no soy político, nada le debo a la política. Y sin embargo a estas alturas, como esta el país, muchos comprendemos que efectivamente todo en México se conecta con todo, que en las realidades particulares se refleja la realidad general. El éxito de los poderosos en toda la historia de la humanidad se finca en el control de la vida particular de los sometidos ¿más claro? De ahí las paradojas: quienes se quejan de la corrupción son corruptos, los injustos imparten justicia, los criminales violentos nos cuidan, el crimen organizado nos gobierna, crea empresas y empleos; los defraudadores administran nuestro dinero, los evasores del fisco nos cobran impuestos, los que menos saben educan a nuestros hijos, el sistema de salud nos enferma y mata. Pretender que esto no incida en nuestra vida particular obligándonos a reproducir el sistema, es estar lo bastante ciegos para caer tal cual estamos cayendo. ¡El país se desmorona!…
El fundamentalismo, origen del terrorismo…
A raíz de la lectura de una serie de artículos de opinión del compañero Federico González Alfaro, en Tzaulán, sí leyó usted bien señor Isabeles, Tzaulán; me puse a reflexionar en cuanto a lo que él llama terrorismo y de lo que acusa a casi, sino es que a toda la izquierda política del país. Sobre todo a partir del conflicto con el sindicato de electricistas de la extinta LFC. Ríos de tinta han corrido los últimos meses en la prensa nacional al respecto, pero el punto de vista de Federico me llama poderosamente la atención, por paradójico. Y más porque se escribe aquí en el municipio, no digo que esto conlleve un trasfondo político, no. Más bien creo que es una convicción personal del autor. No trataré de cambiar su forma de ver las cosas, solo dar mi opinión como gente de izquierda al respecto, esperando que se aprecie desde la razón en el juego dialectico que nos impone nuestra postura como columnistas de medios políticamente antagónicos. Hay quién dirá: "¿y a los lectores en Sayula qué nos importa todo eso?", creo que la polémica tiene que ver con nuestra realidad inmediata como país, y quién no lo quiera creer que salga a la calle, aquí en Sayula, y me diga qué sentimiento le inspiran los operativos antinarco de las fuerzas federales. Bien, partamos de una cosa simple, para entendernos: el que una persona difiera de mí políticamente, no lo hace mi enemigo, tal vez mi adversario, en el espíritu de competencia sana que debe ser la política en un régimen democrático contemporáneo. El enemigo, solo puede ser entendido en las guerras (por ello la guerra anti narco citada), es aquel que hay que eliminar, desaparecer, pues es cuestión de él o nosotros. No hay concesión al respecto, no importa cuantos mexicanos crean que el narco les beneficia, el narco es enemigo y se debe eliminar, dirían los que están en esta guerra contra el crimen. ¿No? Es decir, no es cuestión de democracia. Pero en política no es lo mismo, lo dije antes, si yo encuentro enemigos en política aspiro no a una democracia sino a un autoritarismo, donde mi punto de vista sea el único valido y por lo tanto necesario de imponer a otros. ¿Que no es eso fundamentalismo? Concepto que viene de ámbito religioso y alude a los fundamentos de la fe, aquello que no puede ser de otra forma, que no es tolerante ni negocia; aquello que se impone a los infieles o en el caso de las religiones monoteístas que lo desarrollaron primero, el islam y el judaísmo, impuesto a sangre y fuego. Lo mismo digo de los discursos de izquierda que en sus delirios paranoides detrás de cada árbol ven a la ultraderecha, la iglesia y los capitalistas conspirando contra el pueblo. Ambas, visiones de izquierda y derecha, excluyentes, por lo tanto tan peligrosas para el pueblo o como quiere Federico, los ciudadanos, una como otra. Yo no apelo a ello, sino a entendernos por la razón, por lo que somos hombres civilizados, capaces de llegar a acuerdos y pactos donde no tengamos que estar sacrificando mayorías por minorías y viceversa. Del fundamentalismo se sigue el terrorismo, concepto del cual se ha abusado mucho, más desde el poder. ¿Qué es un terrorista? Aquel que mediante el terror, amenazando a la sociedad, pretende imponer su punto de vista autoritario, fundamentalista: político, religiosos, económico o social. ¿No? Esto por supuesto pasando por los derechos de terceros y obviamente las leyes que una sociedad se ha dado para convivir consigo misma. Aparte de los multicitados grupos islámicos en el mundo, son considerados terroristas las FARC, y muchos países consideran al estado de Israel como un estado terrorista. Este último caso, por sobre países como Corea del Norte e Irán, que pese a la amenaza nuclear de que se les acusa, no se conoce de masacres a civiles como el estado judío ha hecho en Gaza. El concepto puede cambiar de acuerdo a los intereses de quién califica de terrorista a otro, pero los hechos ahí están. En este tenor de abusar del concepto, la ultra derecha, se da a la tarea de desconocer las justas demandas sociales de grupos armados, llamándolos terroristas, en esto coincide el compañero Federico, en los caso del EPR, ERPI y FARP grupos armados mexicanos de los cuales al parecer lee sus comunicados en Internet. A pesar de todo lo que el concepto se pueda estirar los caso están lejos de las acciones de los grupos islámicos o del ejercito israelí, los guerrilleros mexicanos se limitan a escaramuzas de pocas consecuencias, acciones de sabotaje que no han matado a ningún civil (caso PEMEX-EPR), como quiere hacer ver la derecha. Estos grupos fuera de la propaganda político militar, solo tienen potencia de fuego para autodefensa, no parecen, por más amenazas que esgriman, tener la intención de dañar a la población civil o de enfrascarse en una guerra convencional con el ejército. Si bien la lógica es la toma del poder por la fuerza, creen estar en su derecho constitucional de ejercer la soberanía del pueblo, de ahí pues que su acción remite a una ley, la Constitución. Uno se pregunta cuál es la lógica de sobrevaluarlos como amenaza nacional, por parte de la derecha. Es solo un juego de la política para desacreditar a sus rivales de izquierda, en su fundamentalismo con fines autoritarios: solo ellos, la derecha, tiene la razón. De algún modo esto es terrorismo, pues se alarma a la población con un peligro que no es tal, con fines de imponer una visión unilateral en el discurso político. Ni el EPR ni los otros decapitan gente a diario en el país, no asesinan familias en retenes por no detenerse, no catean casa y violan mujeres, no desaparecen personas, no asesinan jóvenes en centros de rehabilitación, no acosan y aterrorizan ciudadanos en las calles vestidos de comandos con rifles que les apuntan, no asesinan periodistas, no matan niños en guarderías; no, la violencia extrema está en otro lado, del otro lado del espectro. No digo que el EPR y grupos análogos tengan razón en sus métodos violentos, pero como todo mexicano se me hace difícil no aceptar los motivos sociales que los empujaron a tomar las armas, todos los vivimos a diario, solo que ellos decidieron resistirse de esa manera, sin bien ilegal, no sin motivo. Por ello convido a Federico a reflexionar al respecto: "Cuando lo mas importante es destruir a México, los métodos, los nombres, las formas salen sobrando, cuando reunimos tanta vanidad, tanta ansia enfermiza de poder, tantos intereses personales, tanto engaño, tanta manipulación, tanta desvergüenza, tanta mentira, tanto cinismo, obtenemos el triste espectáculo de la…" derecha mexicana: El resultado de las políticas neoliberales, descalificadas por 5 premios nobel de economía, organismos internacionales como el Fitch Ratings, y en contra de mediadas que otros países implementaron con éxito, bajar impuestos para incentivar la producción, la derecha en el país insiste en destruir México. Por ejemplo, al inicio de la crisis, la especulación de los grandes corporativos mexicanos desapareció EN 65 MINUTOS 6 MIL MILLONES DE DÓLARES de las reservas internacionales del país. Nadie fue castigado, a pesar de lo ilegal del desfalco. El dinero se esfumó (La jornada 24/11/09 pág. 24). Si esto no es terrorismo, ¿qué es?..Ahí se ven con sus métodos de superación personal.
PD
"La luna envuelta en su suave capa de armiño me mira por la cerradura de la noche, parece decir, no hay mañana, y el hoy agoniza. Tú decides quién se salva…" "save our city, right now…"  
Omar Guerrero Solís. In memoriam  

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