jueves, 12 de agosto de 2010


  La Carreta y los bueyes....

Por Rodrigo Sánchez Sosa

El carretero…

Hola de nuevo amigo lector, bienvenido a esta entrega semanal de la Carreta y los…antes que nada, merece el lector de este espacio una explicación con respecto a la semana pasada en que se duplicó el material ofrecido en esta columna en una misma edición. Les pido a todos una disculpa por el error, del cual asumo toda responsabilidad. Me explico: esta columna se crea a partir de notas que tomo de lo que leo, es decir, creo antes un borrador que me permita organizar mis ideas (no siempre es posible, ya se habrá dado cuenta). Pues bien, una de estas notas guardada en un archivo de mi computadora, fue enviada vía e-mail, por error, a la redacción de Horizontes con el titulo de "nota para Horizontes". Lo cual sucedió, por las prisas al cierre de edición, lo cual seguramente, también orilló a nuestro editor a imprimir las notas repetidas sin darse cuenta. Lo que apareció en la página dos de la edición pasada, firmado por un servidor, era un borrador de esta columna, que dedique a Benjamín Díaz y sus "centenarios"… 
 La Revolución mexicana, una muestra de dignidad humana…
A propósito de Benjamín Díaz, publica es nuestra discrepancia de opinión que llegó en días pasados, cuando él escribía en Tzaulan, a extremos que rayaron en el insulto. Cuando la dirección de este medio decidió darle un espacio, acepte sin conceder el argumento de diversidad que se esgrimió para ello. Conforme su trabajo fue apareciendo, su línea marcadamente reaccionaria, me mereció reflexiones que no publiqué para no enfrascarme en otra zacapela. Pues lo consideraba infructuoso. Más, cuando abordó la etapa histórica de la revolución mexicana de manera desconsiderada, pues no es lo mismo que la independencia en el sentido de sensibilidad (esta última con sus 200 años de lejanía en el tiempo pierde enfoque), tuve que puntualizar como lo hice. Como digo, la sensibilidad al respecto no ha desaparecido, que el señor desacredite un movimiento social como la revolución de 1910 sin la mínima consideración al pueblo que lo sufrió y dio la vida por el ideal que eso representaba, no pude ser pasado por alto, ni mucho menos aplaudido. Mi Abuelo José Sosa Sosa, vivió de niño esa etapa, el abuso salvaje de los patrones y la autoridad, el mal gobierno. Murió a finales del siglo pasado, a los casi noventa años. De niño me contaba aquellas historias de barbarie de la clase déspota terrateniente del porfirismo, lo duro que fue arrebatarles las tierras y luego conservarlas contra el clero y la contrarrevolución cristera. Muchos de nosotros crecimos con esas historias, no las leímos en ningún libro comunista, nos las contaron familiares cercanos, conocimos de primera mano el sufrimiento de nuestro pueblo esclavizado por una clase feudal dueña de vidas y haciendas: Contaba mi abuelo del toro. A la hora de la comida, los peones de las tierras del hacendado, recibían como ración, en pleno campo de labor, dos tortillas con un hueso de res mojado en caldo de frijoles, luego los capataces los hacían comer sobre un hormiguero para que no se demoraran. Ellos le decían "el toro". El padre de mi abuelo trabajo para conocidos ricos de Sayula, los cuales contaba, llenaban sus carretas de maíz al tope, sin dejarle al peón más que las mazorcas para sembrar el siguiente temporal, la gente, decía mi abuelo, los niños y las mujeres, seguían la carretas llorando de hambre; mientras, los hombres miraban tristes y le decían a la mujer: "mira vieja, siquiera nos quedo el crédito con el patrón". También me contaba mi abuelo que, en Sayula, los ricos dispusieron una ley que castigaba con cárcel a aquel que como él bajara a comerciar al municipio desde las rancherías cercanas con calzón de manta. Los ricos "ilustrados" de aquel Sayula, consideraban que eso daba mal aspecto, tanto indio calzonudo, por lo que se les obligo a comprar y usar en el pueblo pantalón so pena de cárcel. Cuenta mi abuelo que llegaba con sus bules de pulque cerca de la estación del tren, venía de la sierra del tigre, dónde había una pileta de agua, allí se lavaba sus pies enlodados, sacaba de su morral el pantalón que guardaba para no enlodar y se quitaba su calzón blanco para poder entrar al señorial Sayula en pantalón como lo exigía la ley. Contaba como su padre conoció a Villa, decía que este con un compadre durante el enfrentamiento que el centauro del norte tuviera con Carranza en la cuesta de Sayula, decidieron por hambre romper el cerco de los villistas para ir a conseguir comida a Zapotlán para sus familias, fueron interceptados y acusados de espías carranzistas, los pusieron frente a un paredón para fusilarlos cuando llegó Villa, en su siete leguas, así lo contaba mi abuelo, y les dijo a los del pelotón de fusilamiento: "A ver, ¿que hicieron esto muchachitos, por que los van a quebrar?" los subalternos le contaron de sus sospechas, el General se les quedo viendo y le pidió al compadre de mi bisabuelo que se acercara, " a ver muchachito, que andaban haciendo por acá?" el compadre le dijo de sus familias hambrientas y la necesidad de cruzar las líneas, el general entonces se volvió a sus soldados muy enojado y les dijo: "Como son pendejos muchachitos, por esta gente es por quienes estamos peleando y ustedes la quieren matar, denles dos costales de maíz y déjenlos ir con sus familias" era un hombre prieto, gordo, así como nosotros, humilde, pero tenía una mirada de cabrón, solía rematar mi abuelo cuando me contaba esto. Mi abuelo recibió tierras comunitarias, las trabajo toda su vida, vivía humildemente, quizás ahora estos sangrones intelectualitos catrines (como los hubiera calificado él) de universidades privadas, dirían que nunca salió de pobre por no convertirse en empresario, y ciertamente sus condiciones rayaban en la pobreza, pero el amor a la tierra por la que peleó y hasta lo hirieron cuando defendió su derecho a ella, era su verdadero sentido de la vida. Ya viejo aquí en Sayula le robaron su treinta treinta que le dio el gobierno para defender sus tierras, un armero al que le encargó se la arreglara, le dijo humillándolo que estaba loco que nunca le había entregado nada; decía mi abuelo que el hombre vivía no más porque él y era viejo. Él quería que estudiara agronomía, lo intenté pero no se me dio, pero lo recuerdo feliz, como si ahora lo viera, cosechando su maíz a mano, entre surcos de milpas gigantes, a sus casi 60 años con una canasta piscadora a la espalda repleta de elotes recién cortados, sabiendo que hubiese sido quien hubiese sido Emiliano tenía todo la razón: la tierra es de quien la trabaja. ¿Cómo pues puedo omitir, insultando la memoria de mi abuelo y menospreciando el sacrificio de todo un pueblo, las aseveraciones arbitrarias de Benjamín Díaz? 
El autoritarismo porfirista del rivismo en Sayula…
Si comparamos las actitudes prepotentes y autoridades que arriba narré, como me lo platicó mi abuelo, con las actitudes de la clase social dominante hoy en día en el municipio, veremos que hay una raíz común: Se parte de una exclusión y menos precio del pueblo pobre y mestizo. El principio de autoridad en el autoritarismo es que el poder no se discute. Es simple, existe una diferencia cualitativa entre los que ordenan y los que obedecen, simple, segregación. Ese es el principio tras la lógica de gobierno del rivismo. Por ello sus tintes déspotas, sus pretensiones faraónicas en obra pública, su menosprecio de la ciudadanía, su moral de decoro y costumbres mochas. Compare usted los relatos de mi abuelo, por ejemplo, la ley que prohibía los calzones de manta y el horario de los giros restringidos actualmente, contra toda lógica y sentido común ambos, pero bajo un mismo principio: el autoritarismo. Resumamos: El señorial Sayula, el pobre e indígena Usmajac, esa es nuestra realidad: anacronismo social e ignorancia. No importa lo imponente que estos señores gobernantes e intelectualillos locales se vean, eso son. Ahí se ven mejor…
PD
Si Benjamín Díaz hubiese leído sobre la revolución francesa (la guillotina), se hubiera ahorrado su perorata de traiciones y barbarie en la mexicana (seguramente podrá leer, amigo lector, la replica de Díaz en esta edición, que se divierta)…
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1 comentario:

  1. !!!Muy bien muchachito muy bien!!,.jêjêjê..jêjêjê tus Abuelos maternos de Sayula?

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