jueves, 30 de septiembre de 2010


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Por Arturo Fernández Ramírez

La inequidad fiscal: pagan más asalariados que empresarios

No obstante que nuestra Constitución Federal establece en el artículo 31 fracción IV los principios de justicia y equidad fiscal, en la realidad simplemente se vulneran dichos principios, ya que contrario a lo que se piensa que quien más gana más impuestos paga, resulta todo lo contrario.
En efecto, de acuerdo a información que fluye en estos momentos en la Cámara de Diputados del Congreso Federal a propósito de la discusión del Presupuesto de la Federación, en un estudio por demás interesante del Diputado Federal Mario Di Costanzo Armenta, resulta lo siguiente:
Mientras las empresas en México aportan entre 55 y 60% del ingreso nacional, su contribución al pago del Impuesto Sobre la Renta como porcentaje del PIB ha sido del 2.6% en promedio durante los últimos 7 años.
En tanto, los asalariados que generan el 25% del ingreso nacional, su contribución fiscal ha sido de 2.20 por ciento en promedio, en ese mismo lapso.
Lo anterior significa que, aunque la contribución fiscal de las empresas debería ser al menos el doble que la de los asalariados, en virtud de que sus ingresos duplican los de éstos, no sucede así gracias a los regímenes fiscales especiales. Lo que sin duda contraviene el principio de equidad fiscal.
Más aún y conforme a datos recientes de la Secretaria de Hacienda, para el primer semestre de 2010, revelan que mientras que las personas morales (empresas) es decir, todas las empresas del país, pagaron 125 mil 882 millones de pesos por concepto de ISR, los asalariados pagaron 155 mil 934 millones de pesos por este impuesto.
La comparación se hace más dramática si se considera lo bajo que son los salarios en el país y que de acuerdo con el INEGI, más del 70% de las personas del país vive con un ingreso menor a 3,500 pesos mensuales.
De manera adicional se debe considerar que la economía mexicana atraviesa por una de las peores crisis de su historia, ya que en la actualidad existen casi 3 millones de desempleados, más de 12 millones subempleados y 13 millones más ya ni siquiera salen a buscar empleo. También existe una pérdida de al menos 50% en el poder adquisitivo de las familias y el número de personas en pobreza se ha incrementado en once millones durante los cuatro últimos años.
Como se desprende con toda claridad de las anteriores consideraciones, existe una terrible inequidad fiscal en donde los grandes empresarios son los que menos pagan, mientras que los asalariados que ganan una miseria, contribuyen en mayor proporción al sostenimiento de nuestro País.
Se puede encontrar una explicación a lo antes expuesto por el llamado régimen de la "consolidación fiscal", según el cual las grandes empresas pueden agruparse constituyendo otra pero solo para efectos fiscales, de tal manera que las pérdidas individuales de cada una de las empresas controladas, sufridas en el ejercicio, se aplican contra las utilidades generadas por otras controladoras, pagándose así menos impuestos.
Obviamente lo anterior se logra contratando grandes despachos de contadores con "habilidad" para estos menesteres, lo que en definitiva las medianas y pequeñas empresas no pueden hacer ante la falta de recursos económicos, mucho menos las personas físicas, menos aún los trabajadores asalariados.
Como dije, esa evasión se explica con esa "consolidación fiscal", pero no se justifica con nada. Es injusto que en México los grandes corporativos sean los que menos impuestos pagan y sean los que más beneficios obtienen. Ya en otra ocasión veremos de cuales corporativos estamos hablando. Sugerencias y comentarios al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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